Seguro que cuando entréis en el Orion su aspecto os resultará familiar. Os recordará a otros lugares que quizá no acabéis de precisar, con su aire cuqui-nórdico con personalidad propia, hasta que descubriréis que, evidentemente, el Orion tiene genes del Cosmo, en Enric Granados, y del bar Cometa, en Parlament. El Orion es, sin embargo, un poco más sobrio que sus hermanos, y su ubicación no tiene ni mucho menos el encanto de las otras, ya que se encuentra en la Gran Vía, "una de las calles más feas de Barcelona, lo sabemos, pero que tiene un punto que nos gusta y queríamos reivindicar", afirma el danés Thomas Noerby, propietario del local con su socia, la mexicana Regina González. Y es que la Gran Vía, dice, es una calle viva y transitada, con muchos vecinos "que también quieren tener su cafetería bonita con zumos naturales, ensaladas saludables y bocadillos km 0", dice Thomas, que define su Orion como "un lugar para quedarse, no sólo para tomar algo".
El problema de quedarse en el Orion es que los golosos tendrán problemas a la hora de resistirse a todos los pasteles caseros que les llaman desde la barra, porque aquí encontramos la pastelería –Thomas la llama "banco de pruebas pasteleras"– donde se elaboran artesanalmente las delicias que encontramos también en el Cosmo y el Cometa.
Vuestra fuerza de voluntad no resistirá, creednos, maravillas como el 'cheesecake', el 'cupcake' Red Velvet, el 'brownie' y un carrot cake que levanta pasiones. Si sois más de salado, tienen un bocadillo muy top con aguacate, ensalada, tomate y pollo, o zumos naturales como el de remolacha, manzana y limón. La idea de la carta es "ir sustituyendo los ingredientes menos saludables por otros que sí lo sean, buenos y de proximidad", como el Nestea casero, la limonada con jengibre o el café frío 'cold brewed'.
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