¿Habéis nacido cansados? Tranquilos, en Barcelona hay un montón de bares que pueden satisfacer vuestras necesidades de comodidad y tranquilidad. Son bares de todo tipo: para ir en pareja o con amigos, para tomarse una cerveza artesana, un té o saborear las creaciones cocteleras más sibaritas, pero todos tienen en común que disponen de sofás donde encontraréis el descanso del guerrero. Son espacios agradables que os endulzarán la vida. Buscad el momento para dejaros caer.
Bares acogedores de Barcelona
Los locales más confortables y con encanto, sitios con sofás para apalancarse y dejar pasar la vida con una cerveza, un té o un cóctel en la mano
El Solange es un delicioso espacio dorado donde no te parecería extraño encontrar a Scaramanga bebiendo un Old Fashioned o a Vesper Lynd guiñándole un ojo al barman, después de estrangular a un espía en el baño. Sofás vintage, barra señorial de madera, materiales de calidad, oro líquido como color oficial y un gusto exquisito en la decoración, estos son los ingredientes que acompañan la soberbia coctelería made in Pernía. Porque en Solange se preparan cócteles de verdad. Los clásicos. Sin adornos modernillos. Sin flores exóticas en el vaso. ¡Qué Bloody Mary, señores. Qué Gin Fizz! Ah, y si estáis creativos, dadle cuatro pistas al barman y él se encargará de parir un nuevo cóctel sólo para vosotros.
Cuando entras en el Cosmo no sabes si sentarte en un sofá azul cielo, en un sillón violeta o apoyarte en un taburete forrado con la misma ropa que la carta del menú. Las paredes son blanco impoluto, los techos son altísimos y alguien se ha dedicado a pintar los tubos de refrigeración de rojo sangre. Una pizarra garabateada ofrece nachos y hummus. Esta cafetería y galería de arte es un local tranquilo para leer un libro o para beberte un zumo natural de tres frutas con jengibre mientras hojeas sin vergüenza el último número de tu revista favorita de interiorismo.
La vida en horizontal es mucho más placentera que en vertical. Esto lo saben en el 33/45, donde cuidan a la gente que sigue al pie de la letra la ley del mínimo esfuerzo: en este bar siempre hay gente espatarrada en el área de descanso que hay al fondo, un rectángulo espacioso y consistente en un número infinito de sofás, butacas y sillas retro; un punto de relax pensado para que el cliente se pase allí toda la noche charlando con los amigos o disfrutando de la vista decadente de la calle de Joaquín Costa. A diferencia de otros bares con mobiliario reciclado, el 33/45 tiene estilo; se percibe una extraña simetría en estas Galerías del Tresillo para modernos.
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