Mejores restaurantes argentinos: parrilla, empanadas, milanesas...

Dos hermanos y un destino. Martín y Joaquín sienten un entusiasmo desbocado por su trabajo. Y si el asado es un ritual en su país, aquí han cuidado cada detalle (con un diseño de local muy inspirado) para ennoblecerlo aunque tengan que adaptar (y es lógico) el punto de ese extraordinario bife de chorizo a nuestro gusto. Han formado un comprometido dream team desde el parrillero a la gente de sala, compran vino por todo el mundo para levantar una bodega 100% argentina muy especial, han nivelado la sección cárnica con piezas transatlánticas y nacionales para garantizar honestidad y pasan por el fuego la temporada (sea un espárrago o una remolacha) y una casquería que bordan. Venid sin prisa. Bárbaro.

Se viste de manteles de papel, trae unas milanesas contundentes y cuenta con una terraza mayúscula a la sombra de un puñado de grandes árboles; de hecho, hay más espacio de servicio en el exterior que en el interior del local. De Palermo Hollywood a Chamartín han viajado Sebastián Valles y Leonardo Rainelli para traer los sabores y maneras más tradicionales de Argentina. Los aficionados a la carne, ya tenéis otra buena pista para comer entre Plaza de Castilla y el estadio Santiago Bernabéu. La Dorita que acaba de abrir en Pedro Muguruza, 1 (vecino del famoso asturiano Asgaya y del estrella Michelin Ugo Chan) lleva dos décadas de vida y reconocimiento en Buenos Aires (tienen varios locales bajo el mismo sello distribuidos por distintos barrios).

El chef (y socio) del restaurante de alta cocina Mercado de Liniers en Buenos Aires, Dante Liporace, ultima la reforma del local en el que se instalará en Madrid. No queda nada para esta prometedora apertura, una de las primeras novedades gastronómicas que se estrenan en este curso 24/25. Será hacia finales de septiembre pero estamos salivando de curiosidad. Tenemos ganas de asomarnos a su carta. Quien abriera (y cerrara seis años después) Tarquino, el restaurante favorito del ex presidente argentino Mauricio Macri, uno de cuyos menús degustación reseñó hasta el New York Times desembarca en Chamberí de la mano de un par de empresarios argentinos. 

Últimamente parece que todo abre en Chamberí, concretamente en los aledaños de la recién reformada y más peatonal plaza de Olavide, donde van desapareciendo las cervecerías que ocupan estas calles para dar paso a famosas hamburgueserías y aperitivos de relumbrón. El barrio abraza desde las tendencias actuales a pie de calle (aquí sirven las dos versiones del kebab al carbón de Mómö) al último restaurante italiano contemporáneo con vinos naturales. En este ecosistema desembarca un nuevo restaurante argentino, que tiene, claro, algunos cortes de carne a la brasa, pero donde manda una cocina doméstica, sencilla, popular abierta todos los días. 

En el local que fue Fayer, cocina argentino-israelí, encontramos ahora Fogata (Orfila, 7) y el "Alta suciedad" de Calamaro sonando por los altavoces. Ahora la balanza se ha inclinado totalmente hacia la cocina argentina, sea una milanesa fugazzeta o un buen malbec de Mendoza. La brasa es el pilar de este elegante local (dos alturas, comedor arriba y barra y algunas mesas a pie de calle) de exquisito mobiliario. La propuesta sólida se comprime en una hoja que viene flanqueada antes por la sección de cócteles y después por los vinos (inclinación argentina pero con referencias de todo tipo tanto nacionales como internacionales). Entraña, mollejas de corazón, provoleta, berenjena a la parrilla, lubina con chimichurri... Un servicio a la altura de la celebración y el gozo que es sentarse en estas mesas. 

Con comedor amplio de estilo informal, protagonizado por los ladrillos vistos en paredes y un gran ventanal a la calle, es un lugar para tener en cuenta para reuniones en grupo, ya que también tienen disponibles menús pensados para este tipo de ocasión. Autodenominado como "el mejor restaurante argentino de Madrid", el restaurante La Cabaña Argentina lleva dos décadas dando servicio en su establecimiento de la calle Ventura de la Vega. Es allí, en el céntrico barrio de las letras, donde propone una oferta gastronómica que se centra en las elaboraciones realizadas a la parrilla y al estilo argentino, dúo que encarna la personalidad y concepto de este establecimiento. 

Sí, la carne impera en Ceferino y en sus brasas, y por ello dimos buena cuenta de su lomo de novillo Aberdeen Angus y de su lomo alto de retinta madurada 40 días, la más extensa que tienen, pues ya se sabe que el estilo allí está muy alejado del gusto por el añejamiento extremo que aquí es tendencia practicar. Hay piezas de Argentina y de España, ya se ve, pero también razas de Alemania, Polonia, Portugal, Holanda o Estados Unidos, con más de una decena de referencias en total.

Adelantemos que son uruguayos, no argentinos pero su culto al fuego es igual de firme. Leña de encina y sarmiento componen la ecuación con la que trabajan los maestros parrilleros de Charrúa para dar el punto adecuado a cada pieza que pasa por sus brasas.  En estas últimas, además de su catálogo cárnico también se cocina materia prima vegetal, reunida en su categoría de entrantes con las ensaladas, estas sí, elaboradas a salvo del calor del fuego. En su apartado dulce, es famoso su volcán de dulce de leche. La sala está caracterizada por un interiorismo minimalista, aunque acogedor, marcado por el contraste entre elementos en blanco y otros en negro. A estos dos tonos principales los acompañan diferentes texturas en elementos decorativos (pocos, pero acertados) y en la vajilla. Las mesas, de madera desnuda y sin mantel, se encuentran llenas de candelabros y velas.

Fue en 2014 cuando las hermanas Micaela y Agustina Geminiani iniciaron esta aventura dentro de un foodtruck que luego les llevaría a cosechar muchos éxitos desde un puesto del Mercado de Vallehermoso. Ahora, con la incorporación de Juliana Patalagoity, cuentan con un obrador y tienda cerca de la Gran Vía madrileña (Noviciado, 9), donde despachan diariamente cerca de 40 tipos diferentes de empanadas, y son muchos los que consideran que son las mejores de Madrid. En su oferta hay guiños a España, México, Italia, Venezuela o Perú, y para sus rellenos siempre utilizan producto fresco y de temporada. Desde ternera cortada a cuchillo con albahaca fresca o cordero con pimientos y especias Mapuches, hasta cheddar con jalapeño, ají de gallina o la clásica humita. Por cierto, en Graciana encontrarás, además, varias opciones de empanadas argentinas vegetarianas/veganas, incluso alternativas sin gluten.

Al Fuego es un concepto que sirve de paraguas para dos negocios: uno al que ir a comer y otro al que ir a comprar. En ambos la carne y su repertorio de cortes argentinos son los protagonistas, pero nos centraremos en el restaurante (Av. de Juan Antonio Samaranch, 67). En esta parrilla argentina, cuyo negocio raíz cuenta con catorce establecimientos en Argentina, las piezas de vacuno de la Pampa Argentina conviven con una selección de carnes españolas y otros platos, como la milanesa. Todo ello de calidad, avalada por una medalla de oro y una de plata en el World Steak Challenge, la competición internacional de carnes, en el año 2023. Además de su amplia variedad de cortes disponibles (en un rango de precios interesante, que permite ajustar presupuesto), cuenta también con una sección de embutidos (salchicha, chorizo o morcilla, en diferentes estilos) elaborados en la misma casa que merece la pena considerar como entrantes.