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Definitivamente las paradas argentinas son cada vez más en Madrid. Siempre hubo y siempre habrá pero en estos meses (y los que vienen hasta que acabe el año) están desembarcando nuevos restaurantes desde el otro lado del Atlántico, principalmente desde Buenos Aires. Lo último se viste de manteles de papel, trae unas milanesas contundentes y cuenta con una terraza mayúscula a la sombra de un puñado de grandes árboles; de hecho, hay más espacio de servicio en el exterior que en el interior del local.
De Palermo Hollywood a Chamartín han viajado Sebastián Valles y Leonardo Rainelli para traer los sabores y maneras más tradicionales de Argentina. Los aficionados a la carne, ya tenéis otra buena pista para comer entre Plaza de Castilla y el estadio Santiago Bernabéu. La Dorita que acaba de abrir en Pedro Muguruza, 1 (vecino del famoso asturiano Asgaya y del estrella Michelin Ugo Chan) lleva dos décadas de vida y reconocimiento en Buenos Aires (tienen varios locales bajo el mismo sello distribuidos por distintos barrios).
Aquí también las carnes, por ahora, se sirven al punto argentino sea bife de chorizo, asado de tira o entraña. Su apuesta por lo auténtico es firme pero Mariano García Scarampi, su jefe de cocina, también saca las piezas ajustadas a nuestro punto. En carta aparece todo un escaparate de milanesas, piezas de buen tamaño y con carne de primera: napolitana, capresse, Fugazzetta y napolitana con setas de temporada. Sirven chinchulines, el intestino delgado de la vaca, un bocado poco común en la capital (incluso en restaurantes argestinos) y la estrella de la casa más allá del océano: el choricampi, un chorizo criollo envuelto en queso y horneado dentro de una fina masa de pan de campo artesanal.
En este nuevo asador no falta el apartado de vinos argentinos en la carta líquida y a los postres no es que haya dulce de leche para cerrar la velada es que hay tres versiones a partir de este otro icono transatlántico: panqueque, flan y una mousse de chocolate cocido con dulce de leche.