Si piensas que los hermanos Romero se van a limitar a servir la misma ensaladilla que tienen en Colósimo (justo en la acera de enfrente) desde su apertura, estás muy equivocado. Aunque lo cierto es que ambas son súper recomendables. La de la casa madre se corona con un chorrito de arbequina, tiritas de pimiento rojo y de boquerón o anchoa y se caracteriza por estar elaborada con patata agria, huevo, atún y zanahoria –todo bien machacado–, guisantes y una mayonesa de diez. Por su parte, la de Menudeo es perfecta para teletransportarse al sur más auténtico desde el primer bocado. En este caso tiran más a lo tradicional, tanto en el emplatado como en la elaboración, aunque le añaden gambas y un poco de manzanilla a la mayonesa. ¡Un acierto total! La puedes devorar tanto en su zona de barra, perfecta para picoteo típico andaluz, como en su acogedora sala, que cuenta con varios espacios. También debes saber que el resto de la carta está marcado por el origen chiclanero de los hermanos. Si un día te levantas con capricho de ensaladilla, lo suyo es que visites ambos espacios y decidas tú mismo cuál es tu favorito. ¡Te va a costar elegir!
Es uno de esos platos/tapas con los que nos empeñamos en rastrear su autoría cuando es precisamente su condición universal la que lo hace tan querido. Si el 14 de noviembre nos disponemos a celebrarlo como día mundial de la ensaladilla rusa, poco importa si nuestra ración de cosas con patata y mayonesa tiene origen moscovita, parisino o murciano. Tampoco nos preocupa demasiado si la mayonesa de caza de Lucien Oliver es una impostora frente a recetas previas de russian salad o saladerusse en la Europa de mediados del siglo XIX.
El caso es que a continuación no vas a encontrar ni salsas prefabricadas, ni verduras reblandecidas, ni sucedáneos congelados amasados con huevina barata. Incluso los gastrónomos más exigentes quedarán más que satisfechos tras realizar esta ruta por locales que sirven las mejores de Madrid. Con mayonesa de la buena, libre de salmonela, y la patata en su punto perfecto de cocción, ni cruda ni en proceso de mutar a polvorón. De la receta más tradicional –la que sea– al platillo de vanguardia, aquí y ahora nos vamos a poner las botas. ¡No te olvides de pedir ración extra de picos!
RECOMENDADO: Acompáñala con las mejores croquetas de Madrid