Joaquín Reyes se ha dado cuenta que dedicamos mucho tiempo a pensar en nosotros mismos. En cómo somos, cómo estamos y en lo que nos gusta. Y ha hecho un espectáculo que trata sobre esto. Se llama ¡Que me aspen! y retrata a un Reyes "tontico, estomagante y algo cabrón", según sus propias palabras. Un poco ingenuo, también. En ¡Que me aspen! aprovecha para repasar su trayectoria.
Este campesino manchego con notas de una lucidez perturbadora forma parte de los orígenes del Joaquín Reyes que hoy conocemos. Empezó como huésped de 'Smonka', el concurso pilotado por Ernesto Sevilla en el que todo el mundo terminaba con un pastel estampado en la cara, y trascendió en 'Museo Coconut'. "Onofre era un ser humano total. Vivía en una permanente huída hacia adelante".
Nació como homenaje a los fanáticos de la tecnología y enseguida se convirtió en uno de los fenómenos de 'Muchachada Nuí'. El capítulo 'El peor día de mi vida', un pequeño drama sobre la sensación de desamparo que puede sentir alguien cuando de golpe internet no funciona, tiene más de 8 millones de visitas en YouTube. Es rabiosamente contemporáneo.
No son pocos los famosos que han pasado por el prisma de Reyes. Cualquiera de sus parodias de 'Celebrities' o 'Testimonios' es excelente, pero si solo pudiera escoger una, me quedaría con Björk. Aunque la obra maestra total de 'Celebrities' es la adaptación de Dogville en el que la mujer de Spielberg y la de Von Trier discuten sobre el raccord en un plató dogma.
Los políticos no dejan de alimentar el cómic en su etapa en 'El intermedio'. En el caso de Esperanza Aguirre, lo tenía muy fácil porque el guión lo ponía la misma presidenta de la Comunidad de Madrid, sin que haga falta distorsionar demasiado su discurso. No es complicado imaginarla diciendo que el culo se le hace after-eight cuando piensa en la Union Jack.