Siempre me ha hecho gracia pensar que uno de los pocos cocineros nativos de allí que enfoca el sureste asiático desde un punto de vista de autor aquí se llame, de apellido, Leap ('salto' en inglés). Y la verdad es que en su nuevo menú de degustación, el camboyano Ly Leap –nueve años de locura selvática en el Eixample– da un salto hacia adelante: reproduce una rosa del desierto con pasta de arroz, rellena de carne, gamba y verduras al vapor, por ejemplo. Su maestría en la combinación de flores y especias dispara los entretenimientos en carruseles en los que giran dulces, ácidos y picantes.
Aclaremos conceptos. Dim sum significa, literalmente, pequeño bocado. Y “equivale a nuestro concepto de tapeo”, explica Meilan Kao. Aunque matiza que no es exactamente lo mismo: “El dim sum proviene del 'yum cha', que significa dim sum más té. Desde la madrugada hasta la tarde el té se acompaña de aperitivos, principalmente al vapor”.
Entendámonos: los dim sum son una amplísima variedad de tapitas asiáticas –hay unas 150– que se hacen en su mayor parte al vapor y se presentan en cestitas de bambú (aunque no todas). La mayoría de los dim sum provienen de Cantón y por su proximidad con Hong Kong saltaron al mundo anglosajón. ¿Y los 'dumplings'? Kai Zhou del Kai Xuan aclara que “son un subgénero de dim sum: la masa rellena, abierta o cerrada, frita o al vapor”. Pero no todos los dim sum son 'dumplings': unos muslos de pollo o costillas al vapor son dim sum. Aunque 'nems', 'gyoza' y 'bao zi' son dim sum y 'dumplings' al cien por cien.
En Barcelona, la mayoría de los chinos provienen de Fujian, en el noreste del gigante asiático, y por eso los dim sum no están tan presentes como en otras partes del mundo (aunque todas las cocinas chinas tienen sus dim sum). Ly Leap, propietario nacido en Camboya del Indochine, puntualiza que el dim sum “no es un aperitivo, es más bien un plato para almorzar por la mañana o a media tarde. Como aquí haces un desayuno de cuchillo y tenedor, allí cogían un par de baos e iban al campo”.