¿No tenéis mucha pasta? No hace falta que os resignéis a comer comida basura. Con un único billete de veinte euros –y la inestimable compañía de un buen amigo que tenga otro, la unión hace la fuerza– os ofrecemos un repertorio de restaurantes baratos. Eso sí, la clave está en ser epicúreos: disfrutar intensamente sin excesos. El turismo gastronómico con un solo billete exige controlar el gasto en todo momento, con esta selección de restaurantes low cost lo conseguiréis.
Comida casera. Ya son pocos los sitios que pueden definirse así, como Can Vilaró. Un histórico, un clásico, un auténtico. Ubicado delante de lo que es ahora mismo el esqueleto del mercado de Sant Antoni, Sisco y Dolors reciben a diario como en casa a una legión de clientes fieles que ya saben qué escoger. Por el calendario, se podría decir que es un auténtico sitio de cocina de mercado, pero gusta más la etiqueta, menos usada y más concreta, de comida casera. Los lunes hay cola, sobre todo en invierno, para saborear su 'escudella i carn d’olla', abundante plato único. Los martes el cliente fiel se inclina por unos fideos a la cazuela gustosos, gelatinosos, y los miércoles son las lentejas las grandes protagonistas, con chorizo y cocción al punto. El arroz a la cubana, otro plato en vías de extinción, se puede disfrutar los jueves y los viernes. La sesión se puede enriquecer, ya sea con pies de cerdo casi mágicos o las albóndigas que borda Sisco. Y el sábado sabadete, un fricandó de fábula.
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