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20 restaurantes por menos de 20 euros

Restaurantes baratos donde comer por poco dinero. Un paseo por buenas cocinas de todo el mundo con un único billete azul en el bolsillo

Ricard Martín
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¿No tenéis mucha pasta? No hace falta que os resignéis a comer comida basura. Con un único billete de veinte euros –y la inestimable compañía de un buen amigo que tenga otro, la unión hace la fuerza– os ofrecemos un repertorio de restaurantes baratos. Eso sí, la clave está en ser epicúreos: disfrutar intensamente sin excesos. El turismo gastronómico con un solo billete exige controlar el gasto en todo momento, con esta selección de restaurantes low cost lo conseguiréis.

  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este es uno de los restaurantes a los que es difícil acceder a mediodía si no se estás atento a la hora. Excelente cocina a cargo de Maria Glòria y su madre, Glòria. Cocina de siempre, de mercado, con productos muy frescos. La paella de los jueves y la cebolla confitada son dos grandes platos. Las alcachofas, los bacalaos o las carnes, otros. No se reserva, no hay menú.
  • Bar de bocadillos
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
Los hermanos Alam, paquistaníes con fuerte tradición de restauración en Barcelona (tienen el background de restaurantes familiares en el Raval, Shalimar y Flor de Maig) regentan un fish and chips de alta calidad: es sólo una tienda con barra y dos mesas, pero los cucuruchos los llenan de merluza de palangre con un rebozado suavísimo, ahumado con leña de castaño. Las patatas llevan cuatro especies, chutney de mango y salsa de yogur. Saben lo que se hacen: el café es buenísimo, los bocadillos también, tienen buen vermut casero y cerveza bien tirada. El cielo del hipster! Cuidado, que por la tarde descansan de fish and chips y vuelven a retomar la freídura al atardecer. Los lunes cierran, no hay pescado fresco.
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  • Horta - Guinardó
  • precio 1 de 4
Xiringuito Aigua
Xiringuito Aigua
Un sitio ideal para desayunos, vermuts y comer al sol o a la sombra en verano, con platos que son un poco más que una tapa. Punto de reunión imprescindible para los fines de semana y entre semana en verano. Tagliat de buey con foie o sobrasada de Mallorca con miel son algunas de sus exquisiteces.
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Can Vilaró
Can Vilaró

Comida casera. Ya son pocos los sitios que pueden definirse así, como Can Vilaró. Un histórico, un clásico, un auténtico. Ubicado delante de lo que es ahora mismo el esqueleto del mercado de Sant Antoni, Sisco y Dolors reciben a diario como en casa a una legión de clientes fieles que ya saben qué escoger. Por el calendario, se podría decir que es un auténtico sitio de cocina de mercado, pero gusta más la etiqueta, menos usada y más concreta, de comida casera. Los lunes hay cola, sobre todo en invierno, para saborear su 'escudella i carn d’olla', abundante plato único. Los martes el cliente fiel se inclina por unos fideos a la cazuela gustosos, gelatinosos, y los miércoles son las lentejas las grandes protagonistas, con chorizo y cocción al punto. El arroz a la cubana, otro plato en vías de extinción, se puede disfrutar los jueves y los viernes. La sesión se puede enriquecer, ya sea con pies de cerdo casi mágicos o las albóndigas que borda Sisco. Y el sábado sabadete, un fricandó de fábula.

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  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
En la derecha del Eixample, pasada la frontera del paseo de Sant Joan, todavía queda un lugar que se resiste al poder del yen. Me refiero al Portolés, restaurante popular que representa como pocos lo que es la comida de mediodía, las conversaciones relajadas para coger fuerzas para trabajar por la tarde o, quien vaya solo, beber vino en porrón mientras lee un periódico con noticias que cuestan de tragar. Todo lo que se sirve en el Portolés está escrito en una pizarra. Una oferta amplia, en la que encontramos los primeros, como un muy buen gazpacho, una fideuá, unas alcachofas al vapor o un arroz a la cubana como lo hacían nuestras abuelas, o unos segundos que van desde unas carrilleras de cerdo al horno o una escalopa con vinagre de Módena, hasta un magret de pato o un bacalao con tomate, pasando por unos salmonetes de roca fritos o una trucha a la navarra. Pescado fresco, carnes magras. A la hora del postre, podemos volver a acercarnos a la pizarra para decidirnos por un flan de chocolate, de requesón o de coco, un yogur de queso cabra con miel o un músico. Hay cola, y el servicio –todos son familia– no está para tonterías.
  • India
  • Eixample
  • precio 2 de 4
Om India
Om India
Alejado de la suntuosidad de otros restaurantes indios —algo que se nota en el precio—, la carta de Om India se centra en la región del Panjab, y las presentaciones son sobrias y generosas (su papadum, el pan plano el forma de tortita, gana por goleada a todos los demás).
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  • Bar de bocadillos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Si no lo sabes, no te paras. El Transatlàntic pasa desapercibido en un barrio donde despuntan los locales guiri friendly. Giras la esquina y casi chocas de morros con este fabuloso bar-restaurante, refugio del curriqui y el jubilado. Es restaurante de menús de trabajadores, de aquellos auténticos, ¡sí! Por las mañanas, bocadillos kilométricos para hartar estómagos hambrientos. Al mediodía, menús dignos de los fogones más caseros, a diez euros. Consejo: daos prisa en entrar si veis un cartel (totalmente DIY) en la puerta que pone"hoy hay patatas a lo pobre"- con chorizo, buenísimas, macarrones generosos o lasaña casera. Y según como, bacalao con pisto, fricandó o una excelente entraña, tierno corte de ternera.
  • Surasiàtica
  • El Poblenou
La identitat corporativa. Ah, el somni verd cruixent (pels bitllets) d’un grup de restauració: tenir cinc o set o 27 restaurants “amb personalitat pròpia i branding corporatiu” (el tòpic que omple aules d’ESADE). El Grup Mosquito, campions del menjat asiàtic i la cervesa artesana, ja han obert sis locals i ho han fet a l’inrevés: tingues cura de fer bon menjar a bons preus i la gent farà la resta. He dit sis? Set. En Giles (Jazz pels amics) Brown , britànic i cap d’aquest petit imperi inaugurat el 2003 amb el Mosquito, han obert Cal Cuc a Poblenou: “Una taverna asiàtica, un lloc desenfadat on hi caben molts nens, amb molta terrassa i una mescla del que sabem fer millor”, explica. La ubicació és or pur: exbar Manolo gegantí, a Marià Aguiló amb Taulat. Hi ha restaurants que fan un complex pla de negoci per trobar una identitat i un tret diferencial. Els Mosquitos van obrir una setmana després del traspàs, sense reforma, però han mantingut la seva ànima: donar una teca òptima a un preu excel·lent. “Estem en fase de desenvolupament del local i la carta” adverteix . Tret distintiu? “Una carta de plats de tot el sud-est asiàtic i molta birra artesana”, diu sense massa cerimònia (i són catorze tiradors!). En realitat la gracià és que el tret distintiu és la cuina: tots els locals segueixen una estètica informal i casolana sense ambicions com a fil conductor. Cal Cuc: local enorme, sense les estretors dels altres, molta llum, una joia per menjar en grup i amb nens. No fan cuina
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  • A la brasa
  • El Raval
“Qualsevol plat argentí que et passi pel cap el tindrem”. Aquest és el titular del nou Sifó. Pablo Antico i Jorge Runnacles acaben de reconvertir el Sifó de bar de nit –pioners, el van obrir fa 18 anys, quan el Raval semblava Kosovo– en restaurant argentí. Preciós: cuina oberta, llum, fusta i dibuixos d’icones argentines (El Eternauta a càrrec del gran Martín Tognola!). Després van oferir durant quinze anys un dels millors menús de migdia al veí Ofis, traslladat ara al Sifó diürn. Que abraça, per fi, “l’argentinitat sense complexos”. Mestres de la carn i de la creativitat popular, auguren una graella I+D, pizza argentina –quasi inèdita a Barcelona–, empanades i un tiquet que va “d’allò universal fins al que et vulguis gastar”.
  • Bares de tapas
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El 58
El 58
En Poblenou hacía falta un local de tapas de estilo creativo y joven, pero sin juegos de manos. Aquí encontraremos un buen producto y algunas recetas imaginativas como la brocheta de langostino con chile dulce, pero sobre todo buen producto a precio asequible como las gambas a la plancha. Y unas bravas fenomenales, que son homenaje-variación a las del Bohèmic. El local es muy, muy agradable y tiene un patio interior espléndido.
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  • Bar de bocadillos
  • Gràcia
  • precio 1 de 4
Ni detrás del mostrador ni en la barra encontraréis a Pepita. En cambio, sí es fácil encontrarse con Sofia o Andreu, los propietarios de un local que estira los horarios: sirven almuerzos, aperitivos, comidas (tres menús de 8, 10 y 12 euros), meriendas y cenas a la carta, donde las protagonistas son las «pepitas», inspiradas en los famosos pepitos, desde el clásico de lomo hasta combinaciones sorprendentes. La Pepita también es un local de copas, con predilección por los gin tonic (por 4 euros preparan medio vaso) y el vermut casero, a base de ginebra, naranja y sifón.
  • El Raval
  • precio 2 de 4
Bar Fidel
Bar Fidel
¿Cómo pronunciar la palabra bocadillo y no pensar en el Fidel?, en su carta kilométrica, su maestría para combinar ingredientes con sencillez -salmón con roquefort, emmental con confitura de tomate-, y ese pan tostadito... Un bocadillo en el Fidel es una inversión a riesgo cero.
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  • Mexicana
  • Eixample
  • precio 1 de 4
La Taquería
La Taquería
Sus propietarios, mexicanos, dicen que hacen "comida de calle mexicana". Y lo hacen muy bueno: sus 'tacos' –pedid los clásicos de pastor– son fenomenales, y las 'quesadilla' artesanas, evitan el 'cheddar' industrial. Disponen de todo un repertorio de delicias informales mexicanas, y los fines de semana preparan recetas tradicionales como los 'aguachiles' o el pollo con 'mole'. La interacción de propietarios y clientes también es un punto aparte: mexicano moderno y colorista.
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Tres amigos licenciados en filosofía, periodismo e historia del arte convirtieron un bar esquinero en un delicioso restaurante en miniatura, donde reelaboran y modernizan clásicos de la cocina gallega y vasca en formato platillo. Son toda una potencia a la hora del desayuno y comida: en el primer apartado, sus tortillas y revueltos, o tostadas con mermelada casera prácticamente tienen club de fans. Para comer, son los reyes del plato del día y la tapa cuidadosa: probad la merluza a la romana con mayonesa de limón o los garbanzos con cocochas de bacalao y salsa verde. Todo el vegetal de temporada es ecológico.
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  • China
  • Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
En el Chinatown barcelonés, junto al Arco de Triunfo, hay un restaurante chino que los entendidos han llegado a considerar el más chino de Barcelona. El Chen Ji es un local auténtico, sin ornamentaciones artificiosas, con unos platos preparados con exquisitez y siguiendo las tradiciones auténticas de una cocina riquísima, ahora borrada por la moda de la cocina japonesa y por la multiplicación de locales chinos que son más una lavandería que un restaurante. La clientela del Chen Ji es mayoritariamente china. Una garantía de seriedad. Una vez dentro, cerramos los ojos y nos dejamos llevar para convertirnos en viajeros sin movernos de la mesa. Un viaje de cinco estrellas a un precio low cost. En Chen Ji no hay ni un arroz tres delicias, los tallarines son hechos a mano, muy bien condimentados, por ejemplo, con verduras y ternera con anacardos, y las guo tie son una delicia. Quien quiera probar rarezas cotidianas como la medusa de mar o las lenguas de pato, sólo las debe pedir a un camarero que va y viene como una bola de dragón.
  • Británica
  • El Gòtic
  • precio 1 de 4
La sucursal en el Gótico del Federal Café tiene un carisma escénico que hace caer de culo: 200 m2 casi diáfanos en el Portal de la Pau, majestuosa puerta de entrada al Gótico que magnifica el local y al mismo tiempo lo esconde. El Federal fue el pionero aquí en la fórmula de brunch / desayuno / merienda / cena ininterrumpida; en todas sus franjas existe la posibilidad de ponerse las botas o de comer ligero, siempre con materia prima de la buena.La diferencia con su hermano mayor se debe a que en lugar de una casa con dos pisos, aquí ocupa unos bajos. Pero han mantenido, claro, los ventanales con asientos, la abundancia de prensa, el buen café -ver una Marzocco no garantiza nada pero es buena señal- y la comida excelente. Tenéis el brunch de arriero cool, de 9 a 13 h estructurado en huevos (nueve recetas, a cuál más exuberante), tostadas (ver la de pan de centeno con aguacate, limón y sésamo negro) y también hamburguesas para desayunar.A partir del mediodía, hasta el cierre, la cosa se anima con una fórmula, la de tapas, bocadillo selecto, burgers, ensaladas bien pensadas y platos del día que muchos locales de lo más recomendable han copiado. ¿Quién puede negarse a una hamburguesa de conejo con chutney de tomates verdes? ¿O a una ensalada de lentejas donde florecen todos los brotes de temporada?
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  • Mediterránea
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Donde a principios de siglo XX hubo una vaquería, ahora se levanta esta cafetería de aires nórdicos y diseño excelente, donde es posible desayunar y merendar muy bien, a base de sugerentes pasteles caseros, bocadillos hechos con cuidado y buena materia y recetas con huevos revueltos. Disponen de un menú de mediodía que vale la pena conocer y los sábados y domingos por la mañana hacen un 'brunch' de nivel.
  • Vegetariana
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4
Aguaribay
Aguaribay
Lo mejor que puede decirse de un vegetariano es que no lo parece. Evitan la cocina vegetariana de batalla del tipo tofu rebozado; cada mediodía encontraréis un menú con platos imaginativos, sabrosos y nutritivos, como las judías con crema de polenta y salvia, o la pasta rellena artesanal, siempre acompañada de una tapa como aperitivo. Por la noche triunfa su repertorio de tapas como las papas arrugás, las empanadas argentinas y las fajitas y burritos. Pequeña y cuidada selección de vino y cerveza.
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  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Gelida
Gelida
Un bar y restaurante de los que ya no quedan, con platos para presupuestos ajustados y buenos paladares. Su almuerzo de cuchillo y tenedor está para chuparse los dedos. Y a la hora de comer, preparaos para una comida comunitaria y unos primeros y segundos deliciosos. El capipota, el codillo y el bacalao son excelentes. Su carta de mediodía tiene casi 30 platos. Regadlo con un buen vino de Gelida.
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bar Ramon
Bar Ramon
Este fabuloso bar de barrio es un templo erigido a mayor gloria del rock'n'roll –encontraréis una guitarra de Bo Diddley colgada– y también de las tapas nutritivas e imaginativas. Buena música y mejor comida.
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