Tres amigos licenciados en filosofía, periodismo e historia del arte convirtieron un bar esquinero en un delicioso restaurante en miniatura, donde reelaboran y modernizan clásicos de la cocina gallega y vasca en formato platillo. Son toda una potencia a la hora del desayuno y comida: en el primer apartado, sus tortillas y revueltos, o tostadas con mermelada casera prácticamente tienen club de fans.
Para comer, son los reyes del plato del día y la tapa cuidadosa: probad la merluza a la romana con mayonesa de limón o los garbanzos con cocochas de bacalao y salsa verde. Todo el vegetal de temporada es ecológico.