9 spas para relajarse en Barcelona

Arriba de todo del Arts, en el piso 43, está este spa con una vista impresionante sobre la playa. Se trata de dos zonas gemelas –para hombres y para mujeres, aunque si sois una pareja mixta podéis pedir estar juntos cuando hagáis la reserva– que disponen de piscina de hidromasaje, hammam y una sauna donde podréis sudar de gusto mirando el horizonte. Hacen tratamientos de belleza con Natura Bissé y masajes: si os ponéis en manos de la encantadora Anita Gomes, definitivamente os parecerá que habéis tocado el cielo. La zona de aguas cuesta 45 euros. Un lujo alcanzable, vaya.

En el sótano del Hotel Diagonal 0, pero con luz natural y vista sobre un pequeño patio, este spa ofrece lo necesario para relajarse a un precio muy competitivo: el circuito de aguas –que también da acceso a un completo gimnasio– vale 15 euros. Y atención, entre el lunes y el jueves no festivos os harán un dos por uno si reserváis on line. También hacen masajes –¡si queréis en pareja!– y tratamientos de belleza.

Que levante la mano quien no haya recibido de regalo o haya regalado un pase a los 'baños árabes'. Pocos pueden competir con sus instalaciones: piscina con sal, helada, fría, templada, caliente, con burbujas, sauna, hammam y un ambiente de las mil y una noches. Es tan popular que a veces es difícil encontrar hora y, a diferencia de otros spas, el tiempo que os podréis estar es limitado: 2 horas. Un valor seguro, a partir de 39 euros.Y si los sótanos no os gustan, el Grupo Aire también tiene otras instalaciones en Cataluña, con luz natural y en una masía de 1497 a 30 kilómetros de Barcelona, ​​Aire de Vallromanes.

Cerca de la plaza de Espanya, este spa os sorprenderá por sus instalaciones: además de las saunas húmeda y seca, tiene una piscina con diferentes zonas de burbujas y cascadas de diferente intensidad, una piscinita de agua fría y un circuito de piedras para estimular los puntos de reflexoterapia. Incluso los más valientes podéis poneros a prueba tirándoos un cubo de agua helada por encima. El acceso a la zona de aguas sin límite de tiempo vale 25 euros.

Entre la Barcelona terrenal y el lujo oriental hay solo una pasarela y es la que separa el paseo de Gràcia del hotel Mandarin Oriental, templo del dejarse hacer, que, evidentemente, tiene el spa entre uno de sus servicios. Y qué spa, amigos. Después de relajaros mientras se os abren los poros sobre una hamaca de 'trencadís' y de nadar en una piscina tibia de 19 metros, un terapeuta os atenderá para encontrar vuestro tratamiento ideal. La insignia es el Esencia Oriental, un masaje extrarelajante que os untarán de pies a cabeza con el aceite Quintessence, hecho con mandarina, jengibre e incienso. El lujo se paga a 180 euros por 1 hora y 20 minutos.

El primer momento de bienestar os llegará subiendo hasta el emplazamiento privilegiado del hotel, en pleno Montjuïc. Lo más espectacular del spa es una piscina interior que recibe la iluminación natural de un enorme ventanal con cascada de agua incluida. También disponen de dos zonas de aguas –separadas para hombres y mujeres– con jacuzzi, sauna húmeda y seca. Podréis disfrutar el tiempo que queráis por 30 euros.

No se puede decir que sea el spa con más solera de la ciudad, ni el más nuevo, pero sí que tiene buena relación calidad-precio: por 39 euros se puede hacer lo que llaman la “ruta del bienestar”, que incluye piscina con chorros, baño turco y ducha circular con esencias, con un zumo de fruta o una copa de cava para volver a la realidad después de 90 minutos. Lo más interesante de este espacio es que acceden a cerrarlo por una sola persona.

Si no fuera por la calma y la poca gente que hay en la sala, diría que estoy en Marruecos. Allí, como en tantos otros territorios del mundo árabe, ir al hammam es una tradición cotidiana de higiene, salud y belleza, donde también se aprovecha para cotillear. En Rituels d’Orient, un palacete subterráneo cerca de la Diagonal con los clásicos elementos del hammam, dos salas de vapor –una de ellas a 45 grados y al 100% de humedad– y una piscina fría con sales, hay un silencio sepulcral. Por 47 euros podréis sumergiros y acabar con una exfoliación oriental hecha con un guante de crin y jabón negro perfumado con eucalipto. Veréis como bajo aquello rugoso que llamábamos piel, hay una nueva, suave como el terciopelo. Pero si de verdad queréis saber cómo se las gastan allí abajo, sumad un masaje de 40 minutos con aceite de argán. El precio se dobla, pero el placer también.

Pequeño, pero con gracia. Las instalaciones son modestas –solo tiene piscina cálida y sauna– pero es acogedor y muy asequible: por 21 euros tenéis una hora de circuito termal que incluye un jacuzzi, una sauna seca y una sauna de vapor.