Situados a cinco minutos del funicular, son el espacio ideal para desenfundar mantel y cubertería de plástico y hacer un picnic bajo la sombra de uno de los numerosos árboles de este lugar que destila serenidad. Los pequeños disfrutarán corriendo alrededor del enorme lago y observando los renacuajos que viven en el conjunto de fuentes que corona el parque, alguno de los cuales acabará, probablemente, pasando la noche en casa.
Cuando llega el buen tiempo el cuerpo nos pide picnic, y estamos de suerte porque Montjuïc tiene la virtud que un mantel de cuadros rojos y blancos quedan perfectamente en cualquier rincón. Comed rodeados de verde y recargaos de buen rollo y aire puro, además de unas vistas incomparables de la ciudad a muy pocos metros de Poble Sec. ¡Que aproveche!