La rebeldía es algo inherente al ser humano. Dicen que las reglas están para romperlas, y estos diez jóvenes de hoy en día y de tiempos pasados, incluso de la ficción, son un ejemplo de que ir en contra de lo marcado y luchar por lo que se cree justo nos hace libres.
Enric Duran
Arthur Rimbaud
El joven poeta maldito por excelencia no podía faltar en este Top 10 de jóvenes rebeldes. Aunque sea francés, ya es universal porque sigue inspirando a rebeldes por todo el mundo, pidiéndoles que: “Tranquilos, destrocen con sus zuecos el yugo que pesa sobre el alma y la frente del mundo”. Nos inspira en la lucha.
Arianna Puello
Quien también está hecha una poetisa (sin permiso de los clásicos) es esta chica de Salt (Girona) que grita en contra del ‘establishment’ a base de rap. Las rimas consonantes y con muchos insultos funcionan, en la línea: “Ei, cabró, surt al balcó!”... Pobre Rimbaud, pero el hip-hop, es rebelde.
Amina
Una de las almas de Femen. Aquí todavía no tenemos a ninguna destacada, pero sí que existe una página de Facebook de Femen Cataluña. Se puede leer: “Nuestros pechos desnudos son nuestras armas, ¡sal, desnúdate y gana!”, o como dirían los de las rimas: “¡Viva el pezón el rebelión!”.
La sobrina
Toda familia debe tener una sobrina rebelde. Quizá todavía no es de Femen, pero si las cosas siguen por este camino, pronto no nos quedará otro remedio que acompañarla a Londres a abortar. Ella puede ser nuestra rebelde particular, la que nos informa de todo lo que se cuece en la lucha.
Marieta de l’ull viu
Nos referimos a la que bajó la Font del Gat y conoció a un soldado, destacado precedente de las sobrinas y Femens de este mundo. Chicas con los ojos vivos. Claro que la interpretación metafórica del higo chumbo mejor se la dejamos a filólogos más preparados en los dobles sentidos.
El timbaler del Bruc
Durante la Guerra del Francés, un chico consiguió ahuyentar al enemigo tocando el tambor. Con el eco provocado por la montaña de Montserrat, los franceses creyeron que les atacaba un ejército. Por desgracia, del tambor al ‘drone’, ya se ve que la industria de matar ha evolucionado una barbaridad.
Son Goku
Es japonés pero aquí lo hemos conocido hablando catalán. Sus poderes van más allá del simple sonido de un tambor. Aquí de lo que se trata es de encontrar unas bolas que otorgan dones especiales y así se puede ganar, no a los soldados franceses del XIX, sino a los malos del universo. ¡No nos falta de nada!
Los chicos de Social Point
No sabemos si de pequeño Horacio Martos y Andrés Bou querían ser Son Goku, pero sí que de jóvenes han montado una empresa de juegos informáticos en el Poblenou que se ha convertido en la cuarta europea del sector. Detrás de las apariencias de buenos chicos, sus ejércitos virtuales inspiran rebeliones.
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