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Las mejores playas de la Costa Brava para ir con niños en verano

Una selección de playas donde pasaréis un día genial en familia

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Hemos hablado de las mejores playascalas de la Costa Brava, pero para saber qué hacer y dónde ir a remojarse en verano, concretamente si vamos con niños, hemos elaborado este lista de playas donde las aguas son poco hondas, que la mayoría cuentan con servicios como duchas y lavabos y, evidentemente, son de fácil acceso. Olvidaos de caminar durante dos horas ni bajar por un acantilado. En estas playas (algunas más masificadas que otras) solo deberéis tener en cuenta una cosa: ¡llevar protector solar y evitar el sol de mediodía!

NO TE LO PIERDAS: Con niños, con amigos, en pareja o solos, descubrid las mejores playas de la Costa Brava.

  • Qué hacer

La Cala Sant Francesc, también conocida como Cala Bona, está situada en las afueras del centro de Blanes y es una pequeña playa muy acogedora de la Costa Brava, apta para todos los miembros de la familia. Esta cala semiurbana, rodeada de bosque de pinos y viviendas, hace unos 200 metros de longitud y unos 35 de anchura. Por sus dimensiones y facilidades de acceso es ideal para ir con familias. La arena es fina, pero, suele entusiasmar los niños porque está llena de grupos rocosos de diferentes medidas y las posibilidades de juego son infinitas. A la izquierda de la playa se extiende una zona larga de rocas ideal para practicar snorkel con poca profundidad.

  • Lugares de interés
  • Playas

La playa de Santa Cristina es prima hermana de Treumal: estas dos playas de la Costa Brava están separadas por un pasillo natural formado por unas rocas llamadas Punta des Canó. Está situada en el término municipal de Lloret de Mar entre los acantilados del Jardín Botánico Piña de Rosa y el pinar que rodea el camino que lleva a la Ermita de Santa Cristina. El hecho de estar entre dos cerros la resguarda de los vientos y oleadas, y así el agua a menudo está calmada. Esta playa de arena fina se extiende 450 metros de largo y en general se respira un ambiente tranquilo y familiar, ideal para ir con niños. El pintor Joaquim Sorolla inmortalizó la luz, los verdes y los azules de Santa Cristina en uno de sus cuadros más rabiosamente mediterráneos.

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  • Fuera de Barcelona
De las playas de la Costa Brava, una de las más animadas y concurridas se encuentra en medio del centro urbano, justo junto al puerto: la Platja Gran de Palamós. Esta playa está formada principalmente por arena fina y tiene una longitud de unos 575 metros. De hecho, su ubicación y tamaño la hace la playa principal del municipio y normalmente hay bastante gente. La bahía de Palamós está protegida de las olas por el gran espigón de levante del puerto y, por eso, es idónea para los deportes náuticos y las experiencias en vela. Si os fijáis es muy fácil encontrar pequeñas velas blancas y esto es señal que se está celebrando una regata.
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  • Ubicación

La playa de Castell empezó a ser conocida durante la primera mitad de los 90, cuando las movilizaciones de los vecinos y vecinas de Palamós hicieron posible mantenerla libre de urbanizaciones. Desde entonces se ha convertido en una de las últimas playas extensas vírgenes de la Costa Brava. Con forma de media luna rodeada de bosques y campos de cultivo, y con la desembocadura de una riera justo en medio, esta playa permanece tal y como la vieron nuestros abuelos. El arenero tiene una longitud de 375 metros por unos cuarenta de anchura y, el hecho de encararse directamente hacia el sur, le proporciona una buena protección contra los vientos dominantes a la zona. La playa es ideal para los niños, puesto que la pendiente de entrada en el mar es poco pronunciada y el fondo marino es de arena.

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5. Sant Pol

Bastante plana, arena perfecta (ni demasiado fina ni demasiado gruesa) y servicios básicos como duchas, lavabos e incluso bar. Las playas de Sant Feliu de Guíxols, y la de Sant Pol es un buen ejemplo, son ideales para los niños. Además, en verano encontraréis unos clubs infantiles con dinamizadores que entretienen a los niños con talleres, juegos, etc... De hecho, la de Sant Pol es la playa de la infancia de muchos de nosotros y, aunque fue asaltada por el ladrillo los últimos 30 años, todavía queda mucha belleza. Las casas de los indianos en primera línea, el elegante recinto de S'Agaró Vell, el suntuoso Hostal de la Gavina dando la entrada a unos de los tramos más espectaculares del Camí de Ronda.

6. Playa de Empúries

Arena fina, desnivel regular y un parque público ideal para hacer picnics. Solo por eso la playa de Empúries ya sería ideal para los niños pero, como todos sabemos, cuenta con un plus de interés que todavía nos emociona a todos: desembarcaron fenicios, griegos y romanos. De hecho, todavía podemos ver los restos del antiguo muelle helénico. Más tarde el románico también dejó huella en forma del poblado medieval de Sant Martí d’Empúries, y el siglo XXI nos procura cosas más pragmáticas pero necesarias, como quioscos y hoteles ‘belleépoque’ con huertecito.

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7. Cala d'Aiguafreda

La cala de Aiguafreda no es de tan fácil acceso como el resto. Está situada entre las de Sa Tuna y Cap Sa Sal y tenéis dos opciones para llegar: caminar unos 15 minutos por el camino de Ronda o aparcar en el parking que está relativamente cerca. Se trata de una playa que tiene relativamente poco espacio con arena, pero las aguas, además de cristalinas, son poco profundas y está equipada con los servicios básicos: un chiringuito, un restaurante e incluso una zona de pícnic. Además, cuenta con un centro de submarinismo donde podéis alquilar kayaks o participar en una excursión submarina. 

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