Interior de Bar Brutal
Foto: Bar BrutalBar Brutal
Foto: Bar Brutal

Los mejores bares de vinos naturales de Barcelona

Los locales donde todos (o casi todos) sus vinos están elaborados con uva, solo uva, sin aditivos de ningún tipo

Mireia Font
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La revolución mundial de los vinos naturales y de intervención mínima no ha pillado a Barcelona desprevenida. Todo lo contrario. Aquí encontraréis los mejores locales de la ciudad especializados en este tipo de viticultura. Referencias catalanas, españolas, francesas, griegas, italianas, por botella o por copas, con o sin comida, para disfrutarlas en la barra o en mesa. Os cubrimos todas las opciones. ¿No os importa un poco de sulfitos? Pues consultad esta otra lista. Si también os va el mundo coctelero, aquí.

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Time Out Market Barcelona
  • Qué hacer
  • El Gòtic

Time Out Market es un concepto único que tiene el objetivo de celebrar los sabores más auténticos y reunir la mejor comida y cocineros de una ciudad bajo un mismo techo. Presente ya en grandes ciudades del mundo como Nueva York, Montreal, Oporto y Ciudad del Cabo, el de Barcelona se encuentra en el Port Vell, en la terraza-mirador del Maremagnum, con vistas espectaculares al mar y la ciudad. El espacio, de 5.250 metros cuadrados, alberga una cuidada selección de 14 chefs, un restaurante de servicio completo y cuatro bares: dos de ellos al aire libre.

Los mejores bares de vinos naturales de Barcelona

  • Bares de vinos
  • Eixample

Món Vínic Store es más que una tienda y bar de vinos artesanales y quesos, es un centro divulgador de la cultura vinícola y un referente indiscutible de la escena barcelonesa de los vinos naturales o de intervención mínima. Cada semana ofrecen treinta vinos a copas de distintos estilos y procedencias. También podéis elegir cualquier botella de las que hay en las estanterías, os cobrarán un suplemento de 10 euros por destape. Si deseáis beber más y necesitáis hacer cojín en el estómago, podéis optar entre tablas de quesos locales e internacionales singulares elaborados por pequeños productores o embutidos, patés, confitados, escabeches, pescado marinado y conservas. Os recomendamos encarecidamente que os dejéis aconsejar por el personal. Nunca fallan.

  • Bares de vinos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
L'Ànima del Vi
L'Ànima del Vi

Aquí trabajan solo vinos naturales, sin aditivos, vinos que han evitado injerencias químicas y manipulaciones humanas para llegar a la mesa casi incorruptos. Se nota. Aparte de tener una selección de caer de culo al suelo, ofrecen platillos para para llenar el buche, como la ensalada de pulpo y patata orgástica. Todos los ingredientes son de primera; están preparados con un gusto exquisito. La luz es cálida en este 'bar á vins' y la música jazz reverbera en las copas. Es una cueva atemporal que supura magia en cada rincón, consiguiendo una armonía indescriptible entre bodega, oferta gastronómica y atmósfera. L'Ànima del Vi es un elegante chup-chup catalano-francés capitaneado por Benoit y Núria, una pareja que hace funcionar el negocio con una cadencia hipnótica.

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  • Bares de vinos
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 3 de 4

La reverencia por la religión del barril y el rayo y la presión vecinal llevaron a los gemelos Colombo, propietarios del restaurante Xemei, a combinar una tienda de vinos en la entrada con el mantenimiento de una barra de vinos a granel y botas. Con unas ¡2000 referencias de vinos! todos ecológicos o biodinámicos de todo el mundo, sin ningún tipo de química o aditivo, ya precios ni caros ni baratos, en una franja muy interesante. Una taberna de estilo antiguo que también vende vermut. De la pequeña cocina del bar salen platos de poca temperatura: ahumados, macerados, curados y marinados. Maridajes brutales. Para comer, es necesario reservar. Para solo beber, no.

  • Bares de vinos
  • Esquerra de l’Eixample

La italiana Beatrice Casella (ex Hisop) y el catalán Iván García (ex Direkte Boqueria y Aürt) dirigen un bar de vinos que por la calidad de la comida que despachan ya podría considerarse casi un restaurante. No lo haremos porque sus intenciones quedan claras con el diseño interior del local; la protagonista indiscutible del espacio es una enorme barra alicatada en su centro. Tienen más de 200 botellas de vino natural o de intervención mínima y media docena de grifos con blancos, brisados, rosados, tintos y espumosos que cambian casi semanalmente. Para acompañar, platillos creativos con acento italiano; aceitunas de Abruzzo rellenas de pollo, croquetas de macarrones, raviolis de conté y pesto de rúcula, sardinas a la brasa con caldo de espinas y 'nduja'. Un lujo de sitio.

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  • Bares de vinos
  • El Poblenou

El eslogan del sitio no puede ser más claro; "Tu salón pero con una nevera llena de naturales". De vinos, se entiende. La carta alcohólica es generosa, con un número acertado de opciones por copa y botellas interesantísimas, nacionales e internacionales (Georgia, Austria, Eslovenia, Grecia, Francia, Italia, etc.). Para quienes no quieran beber con el estómago vacío, existen delicias imperdibles; dip de zanahoria y anacardos fermentados, lubina curada con aceite de mandarina y chile ahumado, huevos de atún y piparras, halloumi a la brass con alcachofas y crema de semillas, tortilla de patata y tupinambo... Buf, todo excelso. El postre, también. El local, alicatado de blanco, es pequeño y muy lindo, se ambienta con música de tocadiscos y se llena rápido. No aceptan reservas.

  • Bares de vinos
  • El Raval
  • precio 3 de 4

La creatividad de Matteo Bertozzi, chef y propietario de My Fucking Restaurant, es considerable y seria. Assalto, abierto a principios del 2024, tenía que ser un bar de vinos con algunos platitos. Pero su facilidad para subvertir recetas, explorar fermentaciones y jugar con las capas de sabores ha hecho variar el concepto original al de casi una barra de autor. Y no sólo a la hora de cocinar. La carta de vinos es única y singular: cuenta con unas 200 referencias que se nutren de subastas de bodegas y colecciones privadas. Esto significa que en la práctica son botellas que seguramente no podrá probar en ningún otro lugar, referencias peculiares y a menudo agotadas que buscan el choque palatal y la excelencia. En consonancia con la carta de vinos, la cocina no quiere repetir ni perpetuar recetas comunes. Lo más divergente llega con unos platos de temporada que, como la corbina rebozada en maíz y chutney de cilantro, cambian de sabor a medida que se mastican. Kimchis, garums y raiforts se utilizan así para dormir, refrescar o activar las papilas obligando al comensal a detenerse, interpretar lo que como y bebe y cuestionarlo. Un asalto en toda regla.

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Iker Morán
Periodista
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  • Bares de tapas
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4

Contracorrent Bar es un bar de verdad –barra y minicocina–, y no un restaurante de un cocinero Michelin que dice que tiene un bar, pero a precios de alta gastronomía. El chef siciliano Nico Drago –quien fue uno de los socios del O'viso y La Castanya, donde se podía comer bien por cuatro duros– y la sumiller Anna Pla se han formulado el reto de hacer un tapeo diferente con vinos naturales, pero apto para el barrio. En la cocina se mezcla Italia y Cataluña y se elaboran platos de cocina popular. La carta de vinos naturales –¡más de cien referencias en un bar de barrio!– promete muchos ratos de placer con amigos en una excepcional terraza.

  • Bares de vinos
  • Sant Antoni
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

El Garage es un bar y una tienda de vinos naturales. Tienen 1800 botellas de bodegas de Cataluña, España, Francia, Italia, Portugal, Alemania, Austria, Georgia, Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa, entre otros países. La bebida se complementa con tapas sencillas de cocina de proximidad y temporada, tablas de quesos y charcutería artesana y ecológica. Detrás de este local se encuentra el equipo de Vella Terra, los organizadores de la feria de vinos naturales homónima. También ofrecen cerveza artesana y destilados. Cada primer lunes de cada mes se organizan catas para profesional de la restauración. Tiene terraza y es 'dog friendly'.

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  • Bares de vinos
  • Vila de Gràcia
  • precio 1 de 4

El Bar Salvatge es una iniciativa innovadora y popular, que quiere acercar a todo el mundo la cultura del vino natural, interesantísima. Ofrecen vino a copas a buen precio: de 2,15 a 5 euros. Salen de ocho grifos que van cambiando, más uno del vermut de Rubén Parera, que también se ha encargado del interiorismo, con madera, carteles preciosos de ferias de vino y un neón salvaje en el techo que lo baña todo de luz calabaza. Hacen algo para picar para que no caigas al suelo –bikini, arepa, quesadilla, tartar– y dejan entrar animales: su logo es un hipopótamo tabernero, con delantal, sacacorchos, botella en la mano y hinojo entre dientes. Una imagen que representa su espíritu travieso, original y asequible.

  • Bar de bocadillos
  • Esquerra de l’Eixample
  • precio 2 de 4

Abierto en 2019, Rafa Peña (Gresca) y Biel Gavaldà (Gresca catering) hacen unos bocadillos que se cambian a voluntad, pero sin tocar el bikini de pastrami de lengua, con pan de molde croissant de Triticum y una mostaza de hierbas, ni el bocadillo de berenjena asada con tomates secos –pan de burger del horno San José–, tan pecaminosamente bueno que parece que no pueda ser vegetariano. Los bocadillos se pueden maridar con vinos naturales. ¿Resultado? Combinaciones apoteósicas.

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