Los mejores bares en terrazas de hotel de Barcelona

La Terraza del Pulitzer, pionera en abrir sus puertas al público barcelonés, abrió sus puertas en 2013, y no pierde empuje: tiene nueva programación de sus ya clásicas sesiones de DJ  #BuenasTardesPulitzer y una nueva carta que resume los hits gastronómicos de todos los tiempos.

Y es que en pleno auge de azoteas de hoteles en la Ciudad Condal, la pionera de la calle Bergara sigue siendo una de las más queridas por locales y huéspedes, que disfrutan de su mezcla de cocina urbana, buen gusto musical y moderneo vintage que todavía se apunta a una buena fiesta. Ojo a su exquisita programación de DJ en horario de tarde noche. 

Horario: de lunes a viernes de 17 h a 23 h, sábados y domingos de 13 h a 23 h
Horario cocina: de lunes a viernes de 19h a 22:30h, sábados y domingos de 13h a 22:30h

Situado en el tejado del piso 25 de Torre Catalunya –un edifico que tiene ochenta metros de altura y es el sexto hotel más alto de Catalunya– el rooftop de Nobu tiene un jardín de inspiración japonesa, una piscina y servicio de bar y restaurante. La oferta gastronómica está inspirada por las vistas de mar y montaña, con platos como calamar a la sal y pimienta, ceviche de lubina con coco o perritos de butifarra. Y una selección de 'onigiris' y 'monakas' –bocado japonés que vendría ser un 'bocadillo' de mochi añaden el toque japonés. 

Las vistas desde la planta 25 merecen una visita. La panorámica que ofrece el restaurante Nobu, desde el piso 23, ya corta el aliento y transforman Barcelona en una especie de maqueta que podemos ver en 360º. El 'rooftop' está disponible para clientes no alojados en el hotel a partir del atardecer

Muchos de los terrados de Barcelona ofrecen una vista bastante limitada de la ciudad. No es el caso del bar que hay en la parte superior del Grand Hotel Central, el cual no os decepcionará. Con su piscina inacabable y unas vistas impresionantes de casi toda la ciudad, no es de extrañar que casi siempre esté lleno. Es un exclusivo 'rooftop' que combina una piscina infinita, un lounge bar, música variada (house, deep house, comercial, 80’s, o reggaetón) y una panorámica increíble del skyline barcelonés. El acceso no es complicado: en verano abre cada de 13 h a 1 h de la madrugada, y podéis acceder reservando a través de la web del hotel.  La entrada es un pago de 16 euros por persona que en realidad es un crédito para gastar en comida y bebida. 

El Mandarin Oriental, presente en más de 25 ciudades de todo el mundo, cuenta con un exclusivo SPA donde encontrarás una piscina interior de 12 metros, una sala de vapor oriental, una zona de relajación en la azotea con una piscina al aire libre y una larga y cara, lista de tratamientos de belleza no aptos para todos los bolsillos. Si eres uno de los pocos afortunados que puede ir, aprovecha bien este idílico paraíso.

Por no hablar del apartado de restauración, al alcance de todo el mundo que se lo pueda permitir: el excelso Moments, dos estrellas Michelin compartidas entre Carme Ruscalleda y su hijo Raül Balam, y Blanc, la visión de Ruscalleda de lo que debe ser un buen restaurante de hotel en la élite internacional, con toques de cocina catalana. Y no os olvidéis de Banker's Bar, una de las mejores coctelerías del estado. 

Hace unos años que los hoteles trabajan duro para atraer cliente local. Y la terraza del Negresco es un buen ejemplo: un bar con una perspectiva maravillosa de l'Eixample, que sin tener una altura mareante te ofrece una visión muy sugerente de los terrados colindantes, y de interés arquitectónico: festival de molduras, cornisas, cúpulas... Y si la arquitectura os da igual, aquí encontraréis una oferta de comida casual completa y bien ejecutada, con tapas ensaladas y hamburguesas, y los fines de semana un 'brunch' de lujuria y cócteles por 38 euros con el que os pondréis finos. 

Maestra del equilibrio entre la elegancia y lo acogedor, la terraza del Claris es una apuesta segura para pasar buenos momentos. La vista desde la gran terraza no está nada mal, pero su verdadero punto fuerte es su ambiente y su diseño. A diferencia de muchos bares en los terrados, La Terraza del Claris también tiene un buen restaurante y, aunque no es de los más baratos de la ciudad, podréis probar platos típicos de la cocina mediterránea muy bien elaborados. Hay buena realida calidad-precio.

Acceso público: cada día, de 11 a 1 h, tapas y bebida. Para comer en el restaurante hay que reservar. 

Gracias a la increíble vista de 360° sobre Barcelona que ofrece y por su ubicación –en las Ramblas– la Isabela, la terraza con estilo en la azotea del hotel 1898, es una de las mejores decisiones para pasar una tarde relajada, para cenar o para tomar algo. Estar en pleno centro de Barcelona tiene su precio, pero valdrá la pena al probar las excelentes tapas que cocinan así como pasar una velada junto a la piscina exterior y con unas vistas fantásticas del anochecer. No hay  que reservar por adelantado, pero es recomendable ya que es una terraza bastante popular entre los turistas y los locales, especialmente en fin de semana. 

Acceso público: Mayo, de 10 a 24 h. Junio, cada día de 13 a 24 h. De julio a septiembre, de 13 a 2 h. Octubre, de 13 a 19 h.

Si lo que estás buscando es una joya escondida, un lugar sin demasiados turistas, os recomendamos La Terrassa del Villa Emilia. A un pasito de plaza España, os espera esta terraza acogedora. La vista no es tan espectacular como la de otros terrados, pero os ganará con su ambiente íntimo. Te ofrecen una pequeña pero cuidada selección de tapas con unos cócteles muy refrescantes.

Acceso público: cada día, de 11 a 1 h.

Como podéis intuir por el nombre, el Hotel Majestic es un espacio elegante, de servicio de primera clase y exclusividad. Su terraza, La dolce vita, sigue la misma línea y cumple con las expectativas que van con la fama del hotel: con vistas increíbles de la Sagrada Familia y de Montjuic, y una oferta culinaria extensa supervisada por el chef Michellin, Nandu Jubany, pasar una tarde en esta terraza es un éxito garantizado. La copa de vino más barata os saldrá por unos 10 euros, y es que no debéis olvidar dónde estáis. Sin embargo, puede ser una muy buena opción para una ocasión especial.

Acceso Público: De lunes a domingo de 11 a 1 h. 

El B-Pool Bar, en la parte superior del B-Hotel, es el sitio para ver y ser visto. La amplia terraza ofrece una buena vista de la plaza de Espanya, pero tendréis que reconocer que comer junto a la piscina, de este azul demasiado azul para ser verdad, y bajo las miradas de envidia de los turistas que observan desde el mirador del centro comercial Las Arenas, justo delante del B-Pool Bar, es tentador. Y no os culpo. En comparación con otros bares de terraza, los precios de las tapas y bebidas frescas son relativamente asequibles, así que podréis disfrutar de la velada sin sufrir demasiado por la visa...

Acceso público: cada día, de 20 a 1 h.
Precios: Cerveza 3 €, vaso de vino 4 €, cóctel 9 €.

Si os decimos que este hotel tiene una terraza en el último piso con una panorámica de 360 grados ya sabréis por qué lo hemos escogido. Que la elegancia de este hotel cuatro estrellas no os intimide y subid hasta el cielo. Entre la piscina y los cócteles sabrosos, sólo puede ser una noche que recordaréis. Los precios son relativamente accesibles, y vale la pena contemplar los sitios más emblemáticos de la ciudad desde esta perspectiva única. Además, ¿A quién no le gusta que lo traten como un rey por una noche?  

Acceso público: cada día, de 11 a 1h.