Los mejores museos para visitar en familia en Barcelona

El Museo de Ciencias Naturales es una agrupación de diversos lugares que todo niño debería pisar una vez en la vida: El Museu Blau, en el Fòrum, el Jardín Botánico de Montjuic y el Museo Martorell del parque de la Ciutadella. Al primero hay que ir a toda costa porque la azotea es un museo vivo, lleno de plantas, donde sopla el viento del mar. Actualmente, la terraza está cerrada por reformas, pero en el interior del museo hay exposiciones sobre la historia de nuestro planeta y el Nido de ciencia; un espacio gratuito para experimentar con materiales sugerentes de la naturaleza destinados a niños de hasta 6 años.

Miró pintaba la esencia de las cosas y por eso no hace falta explicar prácticamente nada a un niño pequeño, para que conecte con la obra de este gran pintor. Un pájaro, una luna, una mujer embarazada, un cielo estrellado… Basta con saltar de cuadro en cuadro y jugar a adivinar qué representa para descubrir que ellos entienden la obra de Miró mejor que nosotros. Además, la Fundació Joan Miró ofrece una serie de actividades familiares que hacen la visita más amena, como una en la que los niños se convierten en exploradores para encontrar pájaros en la obra del artista. ¡No te olvides de asomarte por el patio del museo, con unas vistas deslumbrantes de Barcelona, y de bajar al jardín de las esculturas!

Un submarino en el patio de las Drassanes Reials recibirá a los niños antes de entrar en el Museu Marítim. Es un lugar ideal pasear entre embarcaciones enormes (¡algunas de las cuales todavía salen a navegar!) y conocer todos los secretos del fondo marino. Desde una máquina de vapor a un pergamino del siglo XIV, pasando por artefactos de navegación y barcos destinados a la pesca o al deporte, la colección de este museo es curiosa y variada. Las actividades familiares son también bastante diversas: algunas te invitan a ser un pirata y, para los valientes de verdad, existe la posibilidad de subir al pailebote Santa Eulalia, un velero centenario. Además, ¿sabías  que puedes subir arriba la muralla para hacer un viaje al pasado? Els Jardins del Baluard, el espacio ajardinado de encima de la muralla de Barcelona del siglo XIV, y la puerta de Santa Madrona, el único portal que se conserva de la muralla medieval de Barcelona, abren gratis el primer y tercer domingo de cada mes. No estaréis solos: os recibirán los guardas de la Asociación de Recreación Histórica de la Coronela de Barcelona.

¿Es una experiencia universal, la de haber sostenido a una serpiente entre los brazos con solamente ocho años? Muchos barceloneses tienen grabado en la memoria el día que subieron al Cosmocaixa y participaron en alguna de las actividades de este museo dedicado a la ciencia. Pasear por el bosque inundado, saludar a la capibara que se esconde, o lamer un trozo de hielo gigante cuando no mira a nadie son algunos de los hits del Cosmocaixa, que actualmente ofrece un abanico de actividades adaptadas a los nuevos tiempos. Puedes visitar, por ejemplo, el Planetario Burbuja o disfrutar de un taller de ilustración científica. Y para los más atrevidos existe la opción de pasar una noche allí. Sí, cómo lo oís: dormir con un saco entre los pies de los dinosaurios, pasear por las salas con la linterna en la mano y, por la mañana, desayunar viendo cómo se despiertan los animales del museo. 

Si piensas en el MNAC te vendrán a la cabeza, por ejemplo, las pinturas de Taüll. A los ojos de un niño, pueden ser estremecedoras, pero también fáciles de entender: si juegas a imaginarte que eres un campesino que no sabe leer y nunca en la vida ha visto una imagen (ni un dibujo, ni una pintura, ni una foto, ni un vídeo!), ¿cómo sería entrar en una iglesia oscura en medio de la montaña y encontrar la mirada inquisidora de Dios?

El museo también ofrece talleres y actividades para niños. Algunas cambian en función de las exposiciones, y otras, como los enigmas en el museo, son fijas y gratuitas. Los niños de más de 7 años pueden convertirse en detectives con la actividad 'El robo del bestiario', un juego de pistas incluido con la entrada general en el que persigues ladrones de manuscritos y averiguas quién es el asesino de un pobre pastor, a través de las obras de arte expuestas. Ah, y 'El museo dibujado' son unos cuadernos con propuestas para hacer una “visita dibujada”, para divertirse entre obras de arte de forma entretenida y autónoma. Por último, y para ir preparando la visita, el museo tiene una selección de historias de la serie 'Una mà de contes' que se inspiran en cuadros que las criaturas después encontrarán en la sala.

En la entrada del CaixaForum hay un mural de colores estridentes y formas orgánicas. Es una obra de Sol LeWitt, que da la bienvenida a este museo en el que las actividades familiares tienen un peso importante. De hecho, los más pequeños pueden gozar de una acción permanente que les invita a explorar el color y el movimiento partiendo de esta obra de arte. Aparte de otras actividades relacionadas con las exposiciones temporales, CaixaForum ofrece experiencias inmersivas que nos permiten conocer, de una manera estimulante y enriquecedora, ¡cómo funciona una orquesta por dentro!

La sede barcelonesa del Museo de Arqueología de Catalunya, ubicada a los pies de la montaña de Montjuïc, expone vestigios arqueológicos que muestran las raíces históricas de Catalunya, desde la prehistoria hasta la edad media. Es un museo poco conocido de Barcelona, pero imprescindible para los amantes de la historia. Es un museo poco conocido de Barcelona, pero imprescindible para aquellos niños y niñas que han deseado alguna vez jugar a ser Indiana Jones. Podrás ver bifaces prehistóricos, así como herramientas y piezas artísticas, objetos del mundo romano, entre los que destaca el mosaico de las Tres Gracias, y también vestigios de la edad media y moderna. También se hacen talleres para simular que estás en una excavación arqueológica, ¡e incluso te puedes poner en la piel de un forense para analizar huesos muy antiguos!

¡Un museo al aire libre! Situado en una suave pendiente del Parque de Montjuïc, el Jardí Botánic de Barcelona nos permite conocer la vegetación de las cinco regiones del mundo con clima mediterráneo. Aparte de ser una visita obligada por aquellos niños que nunca paran quietos y no quieren quedarse en casa, el jardín ofrece actividades infantiles que hacen que los más urbanitas entren en contacto con la naturaleza: desde la creación de comederos para pájaros, hasta dibujar al natural, pasando por talleres de orientación, decoración botánica o relojes de sol.

La cultura egipcia tiene el cóctel ideal entre misterio, magia y espectacularidad para embelesar a cualquier niño o adulto. La colección de nuestro Museo Egipcio, recorre los 3.000 años de esta fascinante cultura a través de piezas como las enormes cabezas de babuino usadas para decorar los templos, espejos de cobre y reposacabezas de alabastro, y algunos sarcófagos infantiles. ¡Incluso podrás ver gatos momificados o bebés de cocodrilo y halcones! Además, el museo organiza actividades familiares de todo tipo, que invitan a los niños a convertirse en navegantes del Río Nilo o escribir jeroglíficos. ¡Ah, y los viernes y sábados por la noche también puedes disfrutar de visitas nocturnas!

Cualquier cosa con el nombre chocolate tendrá éxito entre el público infantil, y el Museo del Chocolate del Born no es una excepción. Este museo nos lleva en un viaje en el tiempo para que conozcamos los orígenes del chocolate, su llegada a Europa y su difusión como elemento situado entre el mito y la realidad. También ofrecen un conjunto de actividades para experimentar e interactuar, con todos los sentidos, con los productos, para que despierten la sensibilidad y creatividad de los participantes. Para los mayores hay catas de chocolates y, para los más pequeños (aunque los mayores de edad son bienvenidos) el museo ofrece talleres para embadurnarse bien las manos de este ingrediente delicioso, como tutoriales para hacer piruletas de chocolate o bombones muy diversos.

Probablemente, este no es uno de los primeros museos que surgen al pensar en la oferta cultural de la ciudad, pero es un museo de Barcelona que deberías conocer. Si eres amante de la música, o estás interesado en la historia de los instrumentos de diferentes culturas, es una visita que no te puedes perder. Toda la exposición va acompañada de proyecciones y dispositivos interactivos. Destaca especialmente la sala final, donde podrá tocar libremente diversos instrumentos musicales.

¿Cómo se divertían los niños del pasado? La Sala de las Diversiones, en el desván del Museo Frederic Marès, es un espacio donde se exponen todo tipo de piezas vinculadas al entretenimiento como soldaditos de plomo, teatrillos de cartón, muñecas (un poco terroríficas), juegos de mesa antiquísimos o cromos. Esta magnífica colección de objetos antiguos con mucho carácter sirve para entender a qué han jugado los niños en épocas pasadas donde no existían ni las videoconsolas, ni las tabletas electrónicas, ni depende de qué juguetes muy sofisticados. Ahora bien, paseando por la Sala de las Diversiones quizás descubráis que lo de la 'sofisticación' es bastante relativo, y que la magia de interactuar con un autómata o de jugar con un teatro de sombras es única y especial.

Este espacio forma parte del Museo de Ciencias Naturales y es donde debes llevar todos aquellos niños que están obsesionados con el reciclaje, la conservación de la naturaleza y el cambio climático, porque ahora ofrece exposiciones científicas sobre temáticas con fuerte impacto social relacionadas tanto con la crisis climática y de la biodiversidad, como con la exploración de las actuales fronteras del conocimiento. Ah, y es una oportunidad para ver la técnica de la “taxidermia en movimiento” una fiel representación de la naturaleza en la que arte, técnica y ciencia se unen en unas composiciones extraordinarias.

Lejos del bullicio barcelonés, el Monestir de Pedralbes no es solamente un lugar precioso de tranquilidad y calma, sino un espacio donde descubrir cómo era la vida monacal. Aparte de pasear por el claustro y ver cómo era el huerto de donde comía toda la comunidad, los más pequeños pueden realizar actividades de lo más divertidas: una de ellas sigue las aventuras de la Gata Luna, una felina que vivía en el monasterio y que hacía travesuras de todo tipo, pero hay otras que invitan a los niños a hacer volar la creatividad.