Sin proteína animal: nuevos vegetarianos de Madrid

Interior día/noche. Segunda planta del animado mercado de Antón Martín. Un puesto esquinado. Desde una cocina mínima Nacho Sánchez se ha propuesto cada día (salvo domingos) hacer grande la cocina vegana y, más concretamente, la crudivegana. Se perdió un psicólogo (o no) para ganar un apasionado defensor de la comida más saludable. Todos sus platos –sabrosos todos y la mayoría con ingredientes ecológicos - se defienden solos pero es que su tabla de quesos levanta pasiones… Y, bueno, si además nunca has oído hablar de la kombucha, ya tienes otra razón para ir y probar sus creaciones con esta bebida fermentada. Pura vida.

*Actualización: Acaban de cerrar su puesto en el Mercado de Antón Martín para abrir su propio restaurante en Malasaña. ¡Seguiremos informando!

Lo nórdico arranca en el nombre pero se estira hasta su interiorismo. También hay ecos del espíritu cosmopolita y avanzado de aquellas tierras pero ellos vienen de Valencia, donde el éxito de otros locales del grupo, les ha animado a abrir sucursal en la capital. Su propuesta destierra ese acogedor aire de guiso casero, común en el ambiente veggie, para abrazar lo chic, lo sofisticado sin renunciar a la calidad ni a los valores (nutricionales). Aquí puedes tomarte un cava con unos fagotti de pera y taleggio con setas de temporada confitadas y base de pesto rojo o pedir de postre una crema inglesa vegana con manzana en tres texturas, helado de manzana verde, toque de maracuyá y flor de Jamaica. Tienen menú del día, platos pensados para los más pequeños y catering para empresas. Eficiencia empresarial.  

Aún con El Retiro, pulmón verde de la ciudad, a un paso, no había un restaurante de comida sana, nutritiva y sin origen animal en los alrededores hasta que llegaron Fabrizio Gatta y Jùlia Török. Ofrecen una carta breve pero rebosante de platos coloristas, hechos al momento y de querencia internacional (falafel, lasaña, burrito, sushi, ratatouille…). Sea cual sea  destino escogido, el viaje pasará siempre por la salud y el sabor. Estos días la terraza interior recoge sus grandes ventanales y se abre a la calle. Un rincón, lleno de luz y rostros amables, perfecto para esta primavera.  

Bienvenidos a un restaurante cooperativo. El compromiso social y ambiental de este proyecto es total y llega a todos los rincones y decisiones de su trabajo diario. Abrieron hace unos meses pero ya está entre lo más querido del barrio de Las letras. A partir de producto local, eco o de comercio justo, preparan un menú del día que conquista. Un par de opciones para primeros, segundos y postres, que SÍ cambian a diario. Sencilla y amable. Sirve para la cocina y para la gente que regenta este espacio único, del uno sale mejor de lo que entra.  

Un local pequeño para un corazón vegano gigante. Grandes son también sus raciones. Sus platos y sus salsas son tan caseros y hogareños como unas croquetas (que, aquí, son croquetones) o un cocido (preparan una interpretación vegana). Contundentes hamburguesas de remolacha o quinoa y sus versiones de salchichas, entre sus especialidades. Y entre sus reglas fundamentales, “todo es recién hecho”. Y se nota. Hombre, no todo es ecológico pero sí ponen el ojo siempre en lo local. Todo está muy bueno, la gente es simpática y no vas a salir con hambre (deja hueco para una de sus tartas). Por la zona ya es un “must”.

La gente de Viva la vida cambia de nombre y de carta sumando más platos veganos y sin gluten. Pero son sus hamburguesas 100% animal free las que gobiernan las comandas. Hamburguesas hechas con verduras, avena, cacahuete y manzana. Y a partir de ahí, una amplia galería de trajes para vestirlas y, que no falten, las patatas supreme de acompañamiento. Ahora que los árboles empiezan a dar sombra, el binomio ensalada y terraza en el corazón de La Latina cotiza al alza entre vecinos y turistas. Ah, y en esto son únicos, preparan cada día un menú inspirado en un país. De Italia a México, de Argentina a Egipto. Bon appétit!

Lleva menos de un año y ya se ha consolidado como la opción más saludable entre los vecinos de esta zona de Chamberí,  detrás de la siempre concurrida plaza de Olavide. Ojo, que si lo encuentras lleno, siempre te quedará una opción: take away. Famoso es su chorizo vegano con patatas y salsa chimichurri y siempre despierta curiosidad su versión de pulpo a feira. Difícil escoger en una carta siempre sugerente y con muchos movimientos. Puedes venir a tapear cualquiera de sus raciones (croquetas, empanadillas…) pero lo suyo es sentarse y entregarse a su menú del día. Uno de esos locales que te hacen olvidar la proteína animal a golpe de viandas sabrosas y bien presentadas.