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Hace unos meses abrió un vegano en la codiciada zona de Retiro. Su punto distintivo son las propuestas crudiveganas (los alimentos no superan los 41º en su elaboración para mantener todas sus propiedades nutricionales) que incluyen en la carta. Falafel 20 horas, veggie roll,  lasaña de calabacín, spaghetti con pesto… Todo está hecho al momento pero hay platos que exigen una dedicación especial y, entonces, entran en juego sus cuatro máquinas deshidratadoras y la buena mano de Jùlia Török. Ella, junto a su pareja Fabrizio Gatta son los propietarios de este local donde cuidan por igual las presentaciones y el medio ambiente. Han proyectado un espacio luminoso (gracias a sus enormes ventanales), sencillo pero cómodo, donde disfrutar de elaboraciones sanas y gustosas; quizás no sean tan económicas como en otros vegetarianos pero es comprensible cuando buscas elevar el nivel de este tipo de cocina. También preparan platos sin frutos secos (atención con los alérgicos) y sin gluten. Sugerencia: merendar una de sus tartas en la terraza interior mientras se pone el sol.