En el corazón de La Latina, medio escondido pero casi ya un secreto a voces para los curiosos y aficionados a la buena mesa, los jóvenes y audaces chefs Pablo Sánchez y Lalo Zarcero abrieron un recogido bistro del que siempre saldréis felices. Recetas tradicionales y técnicas de siempre (fermentación, ahumado, encurtido) para que todo al final el plato resulte nuevo. Ahí está el encanto y el placer de sus creaciones, que, por supuesto, se rigen por la temporada y, en la medida de lo posible, el producto local. La carta es algo vivo, dinámico y va de unas croquetas de espinacas y cabrales a un steak tartar con aliño de kimchi, de unos tortellini de boniato a un rodaballo con crema de brócoli o un cochinillo a baja temperatura con ciruelas y puré de zanahoria. Buen pan y bodega con sorpresas. El clásico descubrimiento al que te llevas a tus amigos para tirarte el rollo.
En La Latina conviven restaurantes antiguos y castizos de Madrid como Casa Lucio y sus famosos huevos rotos con locales de reciente apertura donde degustar tapas de autor o probar menús degustación por un buen precio. El punto fuerte de los bares y restaurantes de este barrio son las terrazas, que se llenan con los primeros rayos del sol de primavera. Una zona muy recomendable para salir a comer o a tapear.