Tras una primera experiencia en Formentera, César Figari abrió este restaurante junto al chef Álex Vargas y su equipo de confianza. La puerta de entrada conserva un aire clandestino. Parece un lugar secreto, pero será un secreto a voces. No escatiman con la calidad del producto. Atún bluefin para su tiradito shiso y ternera gallega para su lomo saltado. Cocina fría y caliente, alusiones a las autóctonas fusiones nikkei y chifa y un original apartado con tapas de autor (recetas de destacados chefs amigos).
El punto fuerte de la mayoría de los restaurantes de Alonso Martínez es su decoración, además de la calidad de la comida. Los locales son tan acogedores y tienen un aire provenzal y vintage que invitan a quedarse durante horas, tomando algo con los amigos en una larga sobremesa. Para el postre te recomendamos que te pases por la estrella del barrio, en lo que a gastronomía se refiere: Mamá Framboise.