1. Valladolid


En una hora (o más) puedes cruzar Madrid en metro, ¿y si te digo que vas a tardar lo mismo en llegar a Valladolid? Solo por eso hay que hacer una escapada (o más de una) a la capital castellanoleonesa. Y uno de los momentos señalados del año es la Semana Santa, declarada además de Interés Turístico Internacional. La visita para conocer sus procesiones más destacadas es la excusa perfecta para descubrir también su espectacular Plaza Mayor, conocer el entorno de tapeo que se vive junto a la Catedral de Valladolid o las iglesias de La Antigua y San Benito o admirar la espectacular fachada de la iglesia de San Pablo. La Casa de Zorrilla y la Casa de Colón invitan a conocer detalles de la historia de estos icónicos personajes. Para algo más actual, el Museo Patio Herreriano muestra el trabajo de artistas contemporáneos en un edificio único, uno de los claustros del antiguo Monasterio de San Benito el Real. Otro de los museos destacados es el Museo Nacional de Escultura Policromada, del que salen, precisamente, muchas de las tallas que protagonizan los pasos que recorren la ciudad. La procesión más importante es conocida como Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, que se celebra el Viernes Santo. En ella participan todas las Cofradías de Valladolid y la ocasión para contemplar tallas del célebre escultor Gregorio Fernández.
Dónde comer y dormir en Valladolid esta Semana Santa
Valladolid es sinónimo de vino y también de lechazo, pero desde hace años la localidad hace gala también de la cultura del tapeo (y es que aquí se celebra cada año el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas y Campeonato Mundial de Tapas Ciudad de Valladolid). Si quieres ir a lo clásico, echa un vistazo a El Figón de Recoletos, La Parrilla de San Lorenzo o La Criolla. Para tapear, hay que dejarse llevar por el ambiente que hay en el entorno de la Plaza Mayor, donde se pueden encontrar barras como la de Los Zagales o Villa Paramesa, con pinchos muy originales; el Corcho, donde la estrella es su croqueta; o Jero, uno de los más solicitados por el público local. Otro rincón para tapear es alrededor de La Antigua y si te acercas hasta esta zona, no dejes de visitar el Pasaje Gutiérrez. Aunque puedes ir y volver en el día a Valladolid, si te apetece quedarte un poco más, muy cerca del centro se encuentra el hotel Palacio de Santa Ana, un edificio del siglo XVIII, antiguo Monasterio de los Jerónimos, donde disfrutar de una experiencia de alojamiento y restauración de cinco estrellas.