Las Lonjas de Moratalaz
@Guillermo Merino
@Guillermo Merino

Descubre Moratalaz, un barrio arbolado de caótica numeración callejera

El barrio de Moratalaz es uno de los más arbolados, tranquilos y seguros de la capital. Recorremos algunos de sus rincones

Dani Cabezas
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"Mi papá ha comprado un piso en Moratalaz, y en toda la familia reina la felicidad". En pleno desarrollismo franquista de los años 60, los periódicos madrileños se llenaron de anuncios que, con el estilo naif típico de la época, vendían las bondades de un nuevo y flamante barrio de la capital. Al este de lo que entonces era el Arroyo Abroñigal (hoy la M-30) la inmobiliaria Urbis construyó uno de los proyectos urbanísticos más ambiciosos de la ciudad.

Hoy, Moratalaz sigue siendo el barrio tranquilo y familiar de aquellos anuncios. Atrás quedan los problemas de escasez de dotaciones que sufrió en sus primeras décadas y el conflicto que supuso en los 80 la construcción de El Ruedo, diseñado por el prestigioso arquitecto Francisco Sáenz de Oíza para realojar a familias del poblado chabolista del Pozo del Huevo, en Vallecas.

La caótica numeración de sus calles vuelve locos a los carteros

Sus 95.000 vecinos disfrutan de uno de los distritos más verdes de la capital, con infinidad de parques y jardines y, según los datos de criminalidad, también el más seguro. Un lugar en el que, poco a poco, se está produciendo un relevo generacional y al que cada vez se mudan más parejas jóvenes.

Eso sí: los primeros paseos por el barrio no son fáciles. Perderse en Moratalaz es más que probable, dada la caótica numeración de sus calles que vuelve locos a los carteros, y lo parecido de muchos de sus jardines interiores y zonas peatonales. Pero hacerlo es, también, garantía de descubrir rincones alejados del tráfico, pequeños bares junto a parques infantiles en los que tomar algo mientras los más pequeños disfrutan y hasta escuchar el sonido de los pájaros, algo impensable a pocas estaciones de metro. Porque aquí, la vida va a otro ritmo.

¿Cómo llegar a Moratalaz?

Para llegar hasta este barrio en transporte público, sólo tenéis que coger la línea 9 de metro, que lo atraviesa por completo, y bajaros en Estrella, Vinateros, Artilleros o Pavones. También pasan por aquí los autobuses de la EMT de las líneas 20, 30, 32, 71 y 100, principalmente. 

Los imprescindibles del barrio

  • Qué hacer
  • Moratalaz

Madrid tiene infinidad de parques con encanto desconocidos para muchos de sus vecinos. La Cuña Verde de O’Donnell es uno de ellos. Con más de 400.000 metros cuadrados de extensión, su parte alta ofrece una de las vistas más privilegiadas del skyline madrileño. También allí, en su anfiteatro, es posible disfrutar de conciertos al aire libre cuando llega el buen tiempo. Y cuenta con el primer circuito público de parkour de Madrid.

El Centro deportivo municipal Moratalaz consta de 108.300 metros cuadrados dedicados al deporte. Se dice pronto, pero quizá no te hagas una idea de lo que supone tamaña cantidad de espacio. Así, grosso modo, te diremos que supone una sala de musculación y otra de artes marciales. También un pabellón polideportivo, un campo de fútbol, frontón, varias piscinas (al aire libre y cubiertas), campo de tiro con arco y pistas. Muchas pistas: tres de fútbol sala, una de atletismo, otra de baloncesto, la hay hasta de patinaje y de vóley playa, y, por supuesto, no faltan las de tenis ni las de pádel.

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  • Moratalaz

No digas patatas bravas, di mejor Gredos. Y es que, este pequeño y escondido bar de Moratalaz, el Bar Gredos, se ha ganado un lugar de excepción en el corazón de los amantes de este manjar tan irresistible como típicamente madrileño. Porque aquí, las bravas no es solamente que sean buenas (buenísimas), es que, además, también son baratas. ¡Solo 2 euros el plato!

  • Clubs
  • Moratalaz

La Sala Silikona abrió sus puertas allá por 1985. Sus casi cuatro décadas programando actuaciones en vivo bien la sitúan como uno de los referentes de la escena musical madrileña. A las cifras nos remitimos: si tenemos en cuenta que ofrece unos tres o cuatro conciertos por semana, estaríamos hablando de que a lo largo de su historia ha programado más de 6.000. Y como no solo de cantidad vive el melómano, bien se han encargado de cuidar la calidad. A los hechos, esta vez, nos remitimos. Y es que, por su escenario han pasado nombres como Antonio Vega, Luz Casal, Los Planetas, Vetusta Morla, Dover… Y suma y sigue, porque la Sala Silikona continúa al pie del cañón haciendo que a los amantes de vivir de noche entre buena música nunca les falte un concierto al que acudir o una pista en la que no dejar de bailar.

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  • Qué hacer
  • Moratalaz

Un clásico del barrio. Las lonjas son tres inmensas explanadas peatonales entre las calles Maroquina y Avenida de Moratalaz con decenas de terrazas. Además de bares de los de toda la vida, aquí encontrarás cervecerías artesanas (Norwich), clubs de dardos con solera (Bare Nostrum), heladerías para chuparse los dedos (Roma) y hasta un japonés que no tiene nada que envidiar a los del centro (Mifreshsushi).

Entre altos bloques de edificios de viviendas y las calles que los separan, encontramos este parque con zonas de césped, algún que otro camino, bancos estratégicamente colocados y dos pistas de patinaje, pensadas para que cualquier persona, ya sea un experto o alguien que se inicia, pueda lanzarse a disfrutar del deslizarse sobre ruedas. Y es que no, no solo del Retiro o de lugares como Madrid Río viven los amantes de los patines. ¿La prueba? Este enclave que recibe el sobrenombre de parque de los patines. Además, aquí también es posible encontrar una zona de toboganes y columpios para aquellos pequeños que todavía no se hayan animado a lo de divertirse sobre ocho ruedas.

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  • Tiendas
  • Juegos y juguetes
  • Moratalaz

Cualquier juego de mesa en el que sea que estés pensando... lo tienen. Mi Tesoro es una tienda de barrio escondida entre las calles del barrio, de dimensiones pequeñas, pero con un contenido muy concentrado. Tanto, que ni siquiera sus propietarios saben a ciencia cierta la cantidad de juegos que tienen. Entrar en este establecimiento es como entrar en un cofre lleno de juegos. Pura maravilla: desde los clásicos de toda la vida a las novedades más recientes. Y no solo de mesa, también juegos de rol, de cartas y hasta regalos frikis.

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