12 cosas que no sabías del Parque del Retiro

Su nombre oficial es Jardines del Buen Retiro. Recibe unos veinte millones de visitas al año, lo que lo convierte en el lugar más frecuentado de Madrid. ¿Quién no ha paseado alguna vez en domingo alrededor de su estanque o bajo el Ángel Caído? El origen del popular parque lo encontramos en los jardines de un recinto palaciego creado en la primera mitad del siglo XVII por el Conde Duque de Olivares para el disfrute de los reyes de la casa de Austria.

Una de las curiosidades del Retiro es que nace de una casualidad. Situémonos en 1630. Año en el que España se enfrentaba a múltiples revueltas y guerras, el país encontró como aliados a los ingleses. Los españoles decidieron invitar al Príncipe de Gales. Este no tuvo una acogida esperada: lo hospedaron en el Cuarto Real del Retiro sin ningún lujo ni comodidad. El Príncipe se enfadó y España obtuvo un enemigo más. Entonces se hizo construir un complejo palaciego en torno al antiguo Cuarto Real, que serviría de lugar de acogida para invitados ilustres. Es así como nace lo que hoy día es El Retiro.

Todos los días sin excepción Antonio Mingote y Barrachina paseaba por el Retiro. Debido a su estrecha relación y amor por el parque, Enrique Tierno Galván, el por entonces alcalde de Madrid, nombró a Mingote alcalde honorífico del Retiro cumpliendo así su deseo más romántico. Pocos años después de su muerte, se instaló junto a la puerta de Hernani una estatua del ilustre artista que todavía se puede visitar.

Se encuentra en la glorieta del Ángel Caído sobre el solar que ocupaba la fábrica de Porcelanas de la China, destruida durante la Guerra de la Independencia en 1813. La escultura es obra de Ricardo Bellver y el pedestal de Francisco Jareño. Curiosamente se encuentra a una altitud topográfica oficial de 666 metros sobre el nivel del mar. Esta coincidencia con el llamado 'número de la bestia' y la estatua dedicada al demonio ha llamado siempre la atención de los aficionados al esoterismo.

El estanque grande del Retiro está situado en la parte más alta de la pendiente que baja desde los jardines del parque al Paseo del Prado. Se proyectó en el siglo XVII como un gran depósito para el agua que se aprovechaba para el riego. Ha servido para acoger espectáculos acuáticos, como batallas navales o paseos en barca de los reyes y su corte. De hecho, una más de las curiosidades del Retiro es que contaba con sus propios materiales para construir navíos. En 1964, fue parte del escenario de la película ‘El fabuloso mundo del circo’.

En 2001 fue vaciado por completo para labores de limpieza, mantenimiento y reparación. Se descubrieron en el fondo contenedores de basura, alguna que otra sombrilla y más de cuarenta barcas hundidas. También se localizaron un buen número de artículos personales, desde teléfonos móviles a gafas de sol, urnas con cenizas, una máquina expendedora de chicles, aparatos de radio, cámaras fotográficas y zapatos.

Todos hemos estado alguna vez en el emblemático Palacio de Cristal que se encuentra sumergido entre la vegetación y los árboles. Pero lo que no todo el mundo sabe es que fue concebido para albergar una exposición de flora tropical. Invernadero de cristal y metal, inspirado en el Crystal Palace de Londres, sirvió de ubicación para la celebración de la Exposición Universal de Filipinas. Exhibía el exotismo del entorno y los orígenes de una cultura diferente a la de aquel entorno castellano y colonial. Años después, el palacio fue escenario de la toma de posesión de Manuel Azaña como presidente de la Segunda República. Actualmente pertenece al Museo Reina Sofía y se exhiben obras de arte contemporáneo.

La construcción del Retiro es de inspiración versallesca. Se creó un conjunto arquitectónico que tenía integrado un teatro, conocido como Coliseo del Buen Retiro, que acogió representaciones de dramaturgos españoles del Siglo de Oro, como Calderón de la Barca y Lope de Vega, además de una leonera, en la que se exhibían animales salvajes, una plaza donde se celebraban corridas de toros y espectáculos ecuestres, y un Salón de Baile, decorado con frescos de Lucas Jordán.

Entre las curiosidades del Retiro se encuentra también la de poseer su propio tesoro. Existe una leyenda que cuenta que Felipe IV mandó esconder su tesoro en el Retiro. La persona que se encargó de llevar a cabo la orden falleció de forma repentina horas después de esconder el botín. Se llevó a la tumba una valiosa información. En el año 1968 dos operarios municipales encontraron junto a una de las puertas del parque una serie de monedas antiguas valoradas en 300.000 pesetas. Había 59 monedas de oro y plata, dos monedas de Carlos III, 29 de Carlos IV y 8 de Fernando VII. Teniendo en cuenta que las monedas son posteriores al reinado de Felipe, es muy posible que el tesoro siga enterrado bajo algún árbol.

La Rosaleda fue diseñada  en 1915 por el jardinero Cecilio Rodríguez. Se tomó como modelo la Rosaleda de Bagatelle, en el Bois de Boulogne de París, que había diseñado diez años antes el arquitecto Jean-Claude Nicolas Forestier. El por entonces alcalde de Madrid, Carlos Prast y Rodríguez de Llano, viajó hasta la capital francesa, de donde se trajo 12.000 rosales de más de 350 especies diferentes. Este maravilloso rincón alcanza su esplendor en mayo y junio cuando florecen sus más de 4.000 rosales. Cuentan que antes había un estanque que se helaba todos los inviernos y servía para patinar sobre hielo.

En 2010 las obras del subsuelo del área conocida como 'Las Estufas' permitieron descubrir dos túneles abovedados de ladrillo. Se cree que formaban parte de canalizaciones subterráneas construidas en el siglo XI durante la época árabe o que pertenecieron a las instalaciones de la Real Fábrica de Porcelana, creada en el siglo XVIII. Otra de las hipótesis que nos llama mucho la atención es que formaran parte del sistema defensivo de las tropas napoleónicas.

El vivero de estufas constituye uno de los lugares más especiales del emblemático parque. El recinto fue construido en 1889 para albergar diversos invernaderos además de otras instalaciones de cultivo. La función de estos viveros era albergar las plantas que servirían para la ornamentación de la ciudad. A día de hoy, estas permanecen en el parque. Además, a modo de curiosidad del Retiro, es un lugar de interacción, donde uno puede ir a plantar sus frutas y hortalizas.