Lo asumimos: los fritos tienen mala fama. Pero son tan buenas las croquetas, la tempura, las patatas, el pescaíto, el pato… que no podemos estar sin ellos. Todo lo que la freidora toca lo transforma en oro para nuestro paladar. Y si no, mirad, mirad…
Croquetas, pescaíto, tempura: los mejores fritos de Barcelona
Buñuelos de bacalao, churros, schnitzels... ¡los platos que más nos gustan de los templos barceloneses de la freidora!
Sobresalen en la tapa marinera y el rebozado desde hace 61 años. Después de probar sus buñuelos de bacalao –potentes, con el sabor del pescado desalado y deshilachado bien presente, con una capa gruesa de rebozado que les hace colitas– uno no puede evitar reírse de aquellas cosas llenas de aire y a precio de oro que te sirven en según qué sitios. No podéis dejar de probar su gambita rebozada, “frita entera para que puedas comerte los bigotes y la cabeza”, dice Jaume Cabot. Si vais en fin de semana, paciencia y caña, que la tiran buenísima.
Esta es una de esas delicias carnívoras por las que te sabe mal por los flexiterianos. Te llega a la mesa un plato abundante de pato frito virtuosamente, cortado a tiras y con unos palillos y un plato de salsa hoisin. Y tú vas deshilachando y mojando trozos de muslito de pato: las partes magras son jugosas y llenas de sabor, y las que llevan grasa son una gratificación sensual instantánea. Vale la pena planear la visita por los bordes lacados y refrititos. Por 1,80 € más, os prepararán el plato con ave ecológica, y con un bol de arroz es casi un plato único.
Su pizarra carcomida por el tiempo hace 61 años que dice que “todo va mejor con Coca-Cola”. Ahora bien, lo que nos interesa es que, por más años que pasen, esta taberna marinera no ha perdido ni un ápice de personalidad en el trato (espíritu afectuoso pero resolutivo, no están para tonterías) ni en la comida: guisos buenísimos y pescado directo de la barca, a precios reventados. Como con otros secretos bien guardados (las alcachofas, por ejemplo), Josep Maria Magí no dice ni pío sobre un amoroso bacalao enharinado y frito, con tomate, que desalan ellos mismos. “El punto es la cocción, pero no diré nada que ya hay demasiados piratas”. Ya sabéis que la bomba de la Barceloneta en realidad es la bomba de La Cova Fumada.
Uno de los platos estrella de este bar de tapas con una larga barra es la llamada fritura Cañete, una selección de gambitas, calamares, cazón en adobo y pescado de lonja del día, fruto de la feliz hermandad entre Atlántico y Mediterráneo. Rebozados con harina de arroz, como es tradición en el sur, son unos pescados sabrosos y nada grasientos, que compiten con otros fritos de la carta de gran nivel: unos boquerones receta de la madre de Julio, el jefe de sala, una gran croqueta de jamón y la torta de camarones.
Este japonés que ya funcionaba cuando el sushi todavía no estaba de moda, empezó hace 22 años con la voluntad de especializarse en fritos, pero ha ido evolucionando por petición popular y ahora ofrece sushi y otros platos japoneses. Pero sus tempuras de langostinos, alcachofas o verduras de temporada, hechas con harina de trigo y levadura y fritas con aceite de girasol, son todavía un must del local, que tiene también otras piezas fritas, como las croquetas de buey de mar o las bombas japonesas con pulpo.
EL ABC DEL PESCAÍTO FRITO
Merche Fructuoso hace casi 30 años que lleva la cocina del Bar La Plata. Si hay alguien que tenga autoridad para explicaros cómo hacer pescaíto frito, es ella.
1- Limpiar y rebozar
Comprad un pescado muy fresco: unas sardinas, por ejemplo (a ellos les llegan directamente de la playa). Quitadles la tripa, que queden bien limpias, pasadlas por agua, escurridlas y saladlas.
2- Sin excesos de harina
3- Dejad reposar
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