Minyam
© Maria Dias Minyam
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Cocina catalana con reserva online

Reserva mesa en los restaurantes de cocina catalana más populares de la ciudad

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  • Catalana
  • El Raval
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La longevidad de un restaurante solo es motivo de alegría si se come bien. Y Ca l'Estevet, que se funde desde el año 1890, supera las expectativas. Propiedad de la familia Ros Cabot desde 2010, en Ca l'Estevet todo es limpio y pulido, y el servicio, joven y efectivo, de una amabilidad casera y eficacia de gastronómico. Todo el mundo se llena la boca con la cocina del chup-chup, pero hacer un capipota con pisto como el suyo –nada pesado, pero con todo el sabor y la densidad– no es fácil. Encontrarás platos perdidos en la memoria y favoritos de todos los tiempos, como sus paradigmáticos canelones, los caracoles y las albóndigas con sepia y gambas. Aquí manda la excelencia.
  • Catalana
  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Denassus tiene un nombre obvio y que nos encanta: los dos socios y propietarios, Sergi Ruiz (Premio Nariz de Oro 2014) y Alejo Mailan son sumilleres y se come... ¡de narices! Este gastrobar –sí, merece ese nombre, esto es una barra de bar con un elevado nivel gastronómico– abrió el verano del 2019, y desde entonces se ha establecido como un puesto de disfrute de alto nivel hedonista en Poble-sec. Ruiz y Mailan habían coincidido en el Bar del Pla –¡que como escuela no está nada mal!– y decidieron "abrir un sitio que nos gustara como clientes, que sea informal, pero donde te puedas pegar un festival", explican. En la cocina está el chef Eduardo Orionda, que se hace cargo de una carta íntimamente relacionada con el menú de los vinos: unas 150 referencias, de las que sirven una quincena a copas, y que rehúyen la obviedad y favorecen los vinos naturales y con mucha personalidad. ¿Es caro, comer en Denassus? Depende. Este es local que ejerce el clásico "lo que quieras gastarte" de manera exquisita. Tanto puedes zamparte platos de disfrute instantáneo y salvaje, a precios contenidos –como unos buenos huevos rotos con patatas fritas y cecina ahumada de León, o los maravillosos callos y morro de la casa– como hacer fiesta grande con producto noble de cada temporada (pescado fresco de lonja y ternera madurada de Donosti). O hacer el momento vermú de caña y bravas del fin de semana. Y ya acumulan en el zurrón platos icónicos y creativos: su croqueta de pato Pekín y la tortilla trufada t
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  • Catalana
  • España
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Taverna del Ciri ya no es esa fonda con menú de mediodía económico que abrieron Artur Martínez y Marc Ribas en 2013, pero tampoco ha traicionado el espíritu inicial. Ribas, propietario único ahora, apunta a la cocina de fonda en versión ultralocal y gama alta: apuestan por los vinos de Km0. No hay gintónics ni combinados, sino digestivos catalanes centenarios, como la ratafia, y vinos producidos a 20 km del restaurante. Como dice el chef más mediático de Catalunya, "hago otras cosas, pero la Taverna del Ciri es mi guerra". Esto significa que el Ciri es su apuesta personal por la cocina del territorio, vehiculada a través de platos con innovaciones que salen un poco del patrón musical catalán pero que vuelven siempre vuelto al ritmo ancestral. Y siempre con una trazabilidad de producto cercano modélica. Por ejemplo, unos macarrones rellenos de chanfaina con crema de orégano y queso Ermesenda, o un bikini de Bikini de capipota y apio nabo con mayonesa de raifort. Pero también os esperan albóndigas o pollo de asado, siempre con un toque creativo y diferencial brutal.
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