Denassus tiene un nombre obvio y que nos encanta: los dos socios y propietarios, Sergi Ruiz (Premio Nariz de Oro 2014) y Alejo Mailan son sumilleres y se come... ¡de narices! Este gastrobar –sí, merece ese nombre, esto es una barra de bar con un elevado nivel gastronómico– abrió el verano del 2019, y desde entonces se ha establecido como un puesto de disfrute de alto nivel hedonista en Poble-sec. Ruiz y Mailan habían coincidido en el Bar del Pla –¡que como escuela no está nada mal!– y decidieron "abrir un sitio que nos gustara como clientes, que sea informal, pero donde te puedas pegar un festival", explican. En la cocina está el chef Eduardo Orionda, que se hace cargo de una carta íntimamente relacionada con el menú de los vinos: unas 150 referencias, de las que sirven una quincena a copas, y que rehúyen la obviedad y favorecen los vinos naturales y con mucha personalidad.
¿Es caro, comer en Denassus?
Depende. Este es local que ejerce el clásico "lo que quieras gastarte" de manera exquisita. Tanto puedes zamparte platos de disfrute instantáneo y salvaje, a precios contenidos –como unos buenos huevos rotos con patatas fritas y cecina ahumada de León, o los maravillosos callos y morro de la casa– como hacer fiesta grande con producto noble de cada temporada (pescado fresco de lonja y ternera madurada de Donosti). O hacer el momento vermú de caña y bravas del fin de semana. Y ya acumulan en el zurrón platos icónicos y creativos: su croqueta de pato Pekín y la tortilla trufada tienen fans. Estamos hablando de un bar-restaurante de tapas de nivel, con una carta muy reducida y muy pensada: todo el rato entran fueras de carta con producto de temporada.