Toni Bigoti
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6 patatas bravas de autor en Barcelona que tenéis que probar

Cuando la tapa reina juega al engaño sabroso: una pequeña lista de patatas bravas que en realidad no son patatas bravas

Ricard Martín
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Pocos de nosotros podemos resistirnos a pedir patatas bravas, si el bar en cuestión ofrece una ración con garantías. Sin embargo, es tanta la popularidad de este platoaquí tenéis una lista de las mejores de Barcelona que ya han entrado de lleno en el terreno del trampantojo. Tenéis que conocer estas patatas bravas de autor: que de hecho, algunas no son ni patatas bravas.

  • Británica

Cuando abrieron su primer Fish & Chips en Sant Antoni, la idea de los hermanos Mani y Magid Alam era exportar a Barcelona un concepto 100% británico casi inédito entonces. Merluza rebozada con patatas fritas, elaborado con buen producto y técnica impecable. Y en un tiempo récord han convertido sus 'patatas bravas' de pulpo en un clásico de la tapa ravalera. La receta es un tierno pulpo rebozado con 'panko', mayonesa japonesa y aceite ahumado de Rooftop Smokehouse, espacio de referencia en ahumados artesanos en Barcelona. Mordedlas y no las olvidaréis.

  • Catalana
  • El Putget i Farró
  • precio 3 de 4

El Dinou de Buscarons, en el Putxet, es una casa de comidas, de formas populares pero espíritu gourmet, sangre y caldo nuevo que reclama tanda entre las bravas momificadas y los locales de lujo donde el 'maître' es el primo de Drácula. Su propietaria, la indómita cocinera Nuria Gómez, propone una variación de las bravas que es para mojar pan: patata gallega muy bien fritacrujiente por fuera, tierna por dentro– y que aparecen en el plato bien empapadas de una mayonesa de alioli negro, dulce y rotunda.

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  • Catalana
  • Les Corts
  • precio 1 de 4

No es necesario reinventar la rueda en cada nuevo local, ni vender motos. No obstante, hacer las cosas con sentido común y calidad no es nada fácil; pero si añades falta de pretensiones (que no de ambiciones) puedes triunfar. Este es el caso de Toni Bigoti, en Les Corts, en aquella recta de la travesía donde sólo había franquicias y bares decrépitos. Su propietaria es publicista de formación pero cocinera de pasión. Y lo aplica en un 'trampantojo' de bravas que en realidad son dados de polenta con suave crema de Idiazábal, crujientes, ligeras y sabrosas. Todas las salsas las hacen ellos y se nota: las administran de manera inteligente y casi siempre aparte.

  • Cervecerías
  • Eixample
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

Los 'imbiss' son, en Alemania, los locales de comida callejera por excelencia: muy populares y sencillos, puedes engullir salchichorras y cerveza por cuatro duros. En el novísimo Karl's Imbiss encontraréis unas patatas al horno deliciosas y especiadas al estilo cajún y seis salsas que acaban de rematar la comida: con carne, de mostaza y manzana, chimichurri, de tomate con curry, de chile o de tomate solo. 

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  • Mediterránea
  • La Barceloneta
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

De acuerdo, las bravas cabronas de Can Ros entran en la ortodoxia de la patata brava, pero su picante es tan particularsuave al principio, y empieza a golpear hasta el límite de lo tolerable cuando te has comido dos o tres– que no me he podido resistir a incluirlas en este listadito. Siempre que me siento a comer en este clásico renovado de la cocina marinera las tengo que pedir.

  • La Barceloneta
  • precio 4 de 4
Arola: ¡cilindros de placer!
Arola: ¡cilindros de placer!

Los años pasan y pese a que Sergi Arola reciba collejas por todos lados, si hay algo que es innegable es que es un cocinero de gran talento y que ha parido platos que son pura cultura 'gastropop'. Como por ejemplo, estas patatas bravas son el arquetipo que te viene a la cabeza cuando te dicen "bravas de autor": melosísimas patatas vacías, rellenas de ellas mismas y de una salsa brava inenarrable.

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