5 restaurantes japoneses de Barcelona con un toque diferente

El éxito de la pequeña barra 'nikkei' del sótano del Palosanto, el Kokka, llevó al Grupo San Telmo a abrir su local más ambicioso. Big Kokka ocupa el espacio de aquel prodigio de interiorismo que fue el Big Fish, en el Born. Y de la barra 'nikkei' coge el espíritu de cruce japonés y peruano pero con muchos más recursos. Y hay que decir que con un 'dream team' culinario: la cocina va a cargo del chef peruano Juan Otivo (que ha pasado por Astrid y Gastón o el Ceviche 103) y la 'sushiwoman' Kyoko Li, quien fue mano derecha de Albert Adrià en Pakta. Encontraréis platos como una berenjena con ají amarillo y atún seco, katsuobushi, que es un prodigio de concreción de sabor y que no deja indiferente a nadie, y sushi mestizo de altísimo nivel.

Expansión seria y paciente: el grupo Nomo, en su décimo aniversario, ha inaugurado su quinto restaurante (el tercero en Barcelona). Nomo Sarrià viene a subsanar un déficit del barrio, el de la fusión japonesa-mediterránea. Y tanta es la solvencia del chef Naoyuki Haginoya en el cruce japocatalán que no le da cosita utilizar el término fusión, tan impopular hoy en día. De hecho, Haginoya es uno de los cocineros asiáticos que mejor entiende Cataluña. Y salta a la vista en propuestas de platos como los 'makis' de carabinero (acabados con el jugo de la gamba al sushi) y el 'tataki' de salmonete, con una impactante presentación que recrea el pescado entero. Y el sushi es de alto nivel.También es un valor añadido el inmueble: el restaurante ocupa una casa entera de Major de Sarrià, una finca catalogada del s. XIX donde los comedores se asimilan a las habitaciones y que evita aquel gran riesgo de los restaurantes de gama media-alta, la de caer en el interiorismo de postín pero impersonal.

El grupo de restauración asiática Shiaadi acaba de adquirir el Shibui, todo un clásico de la gastronomía japonesa en Barcelona, que abrió hace casi dos décadas. Según explica el grupo de restauración –con establecimientos a Cardedeu y Blanes–, la intención es "modernizar la gestión y la carta, con la apertura a las nuevas tendencias internacionales, y precios contenidos y excelencia, con menú de mediodía a menos de 20 euros". Entran las influencias nikkei, pero impecables clásicos marca de la casa como el sushi, el wagyu o el bacalao negro no salen.

Un festival. El restaurante de importación madrileño 99 Sushi Bar instalado en Barcelona ha resultado una experiencia despampanante. La gyozas y el gunkan son delicias sutiles. Y el wasabi fresco sobre un toro que se deshace en la boca es un descubrimiento. En cuanto al maki, deberíais descubrir el de cangrejo de cáscara blanda. Y si queréis encontrar el equilibrio perfecto a la hora de los postres, pedid una sopa de yuzu y sandía. Pero preparad la cartera: este es un templo del sushi para momentos especiales.