Un festival. El restaurante de importación madrileño 99 Sushi Bar instalado en Barcelona ha resultado una experiencia despampanante. Hay un amigo mío que tiene esta teoría: como el corpus de la cocina madrileña es tan escaso, Madrid ha adoptado otros recetarios y se ha convertido en una de las capitales de la cocina oriental de vanguardia.
Como en la barra, solo y feliz. La carta es una mezcla de recetas tradicionales de Japón y platos más de vanguardia en los que incorporan productos de tierras mas cercanas. Mis cuatro elecciones son unas 'gyoza' de jabalí con cebolla caramelizada, queso de Arzúa e infusión de castaña pilonga, un sashimi de 'toro' con 'wasabi' fresco, 'maki' de cangrejo de concha blanda y un ' Gunkan 'de erizo de mar nacional. Hay muchos platos a elegir: las vieiras a la parrilla con salsa de 'ume' y 'mentaiko', o el 'capumiso' de soja fermentada con algas, trufa, cebolla tierna y espuma de tofu. Ya volveré.
Con tantos platos por descubrir, hago una mezcla de recetas que conozco y dos novedades. Las 'gyoza' y el 'Gunkan' son delicias sutiles. Y el 'wasabi' fresco sobre un 'toro' que se deshace en la boca es un hallazgo. En cuanto al 'maki', descubrí el cangrejo de concha blanda en Boston. Y me casé con él. Este también proviene de Alaska. Si me preocupaba el equilibrio perfecto, he hecho diana. De postres, una sopa de 'yuzu' y sandía. Una experiencia magnífica.
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