12 restaurantes de Barcelona para comer sano

"Ser 'healthy' es una consecuencia de lo que hacemos. Trabajamos el producto con mucho respeto, usamos tantos alimentos ecológicos como podemos, muchos de cooperativas de aquí, y hacemos un menú pequeño pero fresco cada día. En el congelador sólo tengo hielo". Así se presenta Tiago Rocha, chef y amo del Market. El menú lo forman un 80% de verduras y un 20% de carne y pescado. Una propuesta honesta, sana y muy pensada: "No encontrarás menos de tres texturas en un plato. Es la manera de servir recetas divertidas y que hacen subir un peldaño más un menú sencillo". El trato con el cliente es igual de saludable que su cocina.

Cerrado temporalmente. 

Xavier Pellicer Restaurant se ha hecho merecedor del premio al Mejor Restaurante de Verduras del Mundo. Llevan un mes abiertos, pero la guía We’re Smart Green Guide ha tenido en cuenta el trabajo hecho en el Celerí, cerrado el verano pasado:  el primer Michelin donde mandaba la verdura. La nueva dirección trae va un paso más allá en la novedosa concepción de platos vegetales declinados con proteínas para todas las dietas, y añade a la ecuación de alta cocina saludable la brasa de verduras, y en un futuro cercano un horno tandoori con que el chef –con estudios de nutrición ayruvédica– profundizará en su pasión por la cocina india.

Cerrado permanentemente. 

Un documental sobre los efectos nocivos del azúcar refinado en el organismo y en el medio ambiente le cambió la vida, a Ania Holden. Modificó sus hábitos, involucró familia y amigos y ahora también a nosotros con el Idíl·lic. En Polonia, de dónde es Ania, el almuerzo es la comida más importante del día y echaba de menos un lugar en Barcelona donde lo trataran de forma saludable. Proponen almuerzos y brunch durante todo el día –de 10 a 20 h– con dulces y platos sabrosos y caseros sin azúcar, ni gluten, ni lactosa, y con muchísimas opciones para veganos y vegetarianos. Un ejercicio de I+D constante para servir alimentos benéficos y divertidos.

Su falta de pretensiones lo hacen entrañable (y raro hábitat en el barrio del Poblenou): esta es una pequeña casa de comidas dedicada a sacaros el hambre de una manera equilibrada, de uso cotidiano y proletario. Cada día se inventan un menú con productos ecológicos y de proximidad que en su brevedad –tres primeros y tres segundos– dispone siempre de itinerario vegetariano, vegano y carnívoro. Ejemplo: una ensalada de hinojo y naranja, con segundos como la pulpeta de ternera rellena de pimientos y mozzarella o la burger de trigo sarraceno con mayonesa de remolacha.

Cuando entras en The Green Spot te rodea la sensación de ser en una cabaña en la montaña, con chimenea y silencio, a pesar de estar al lado de la Barceloneta. Se presentan con el maltratado lema Vegetariano para no vegetarianos, pero aquí no es pura estrategia de marketing. Recetas internacionales –mexicanas, italianas, asiáticas...– adaptadas al universo vegetal y pizzas alocadas que cuestan de encontrar en otros lugares –pizza negra y de cáñamo– harán que no echáis de menos ni una puntita de carne y pescado. Imaginación y pedagogía se ponen al servicio de la cocina saludable. No tengáis miedo de los nuevos sabores.

Esto es un 'fast-food' puro, con las formas de los que acaban en -ing. Pero todo lo que se come es cien por cien vegano, y por el precio del menú (menos de 9 euros, burguer, bebida y ptates) no se puede pedir más. Las hamburguesas son sabrosas y el local, sin ventanas pero con un tragaluz, es acogedor y tiene un no sé qué de Berlín oriental que me enternece. A nada de la zona cero guiri de la Sagrada Familia, la clientela no es turística sino joven y de coolectivos jóvenes sensibles al veganismo (metalheads, góticos, rastes, hipsters).

Abrió en 2014 como restaurante del gimnasio Metropolitan, pero el talento del equipo –delante, la chef Laura Veraguas– y el poso filosófico los han hecho superar de largo la etiqueta 'healthy'. Disponen de un huerto propio de 2.000 m² que les permite incorporar lo mejor de cada estación. Encontraréis, además de una carta llena de amor propio y ajeno, ocho sugerencias donde manda la temporalidad, matizada por los frutos florales y silvestres de su huerto. Son seguidores de Stefano Mancuso y el cultivo libre. Compréis o no el discurso, aquí hay talento y creatividad para hacer raíces.

Cerrado temporalmente.

The GreenHouse sigue la filosofía 'healthy' del hotel Pulitzer –gestión sostenible, certificado de turismo responsable Biosphere...– y añade el producto de proximidad y de temporada. En los fogones, Olly Melhuis, que ha cogido recientemente las riendas de la cocina de este restaurante de hotel abierto al paladar barcelonés. Disponen de un menú de mediodía que cambia cada semana y en tres formatos –completo, dos platos o expreso– con cuatro entrantes frescos que se pueden convertir en veganos y cuatro principales con carne y pescado –costillas de cerdo o salmón, por ejemplo– y también opción vegetariana.

Los amantes de la alimentación sana, equilibrada y natural os sentiréis como en casa en los restaurantes que la cadena GreenVita tiene por toda Barcelona. Los platos que encontraréis en cada uno de sus establecimientos están elaborados con productos frescos, ecológicos y de temporada entre los cuales destacan ensaladas deliciosas, verduras a la brasa, salteados ecológicos de arroz, quinoa o pasta, pescados frescos, pollo a la brasa y hamburguesas de pollo ecológico o vegetarianas. Un nuevo concepto que refuerza la idea que la comida rápida no está reñida con los productos sanos, sostenibles y de proximidad.

En el tramo final del Paral·lel que da al mar se ha convertido en un show de degradación gastro, en que los locales de fritanga zombi hace décadas que se arrastran. La apertura de Avocado es una rendija de esperanza y comida decente: el catalanovenezolano Hazael Puentes cuenta que "el 80% de los platos llevan aguacate, y toda la comida, menos los helados y la cerveza, los hacemos desde cero". Encontraréis una potente selección de ensaladas y 'street food' hispanoamericano (arepes, tacos, cebiche, 'lomo saltado'...) con opción vegetariana y vegana 'tuneable' a carnívora. Bueno y saciante: cada plato trae entre 500 y 700 gramos de comida. Las arepes, tremendas!