Bares con vistas

Desde estos bares, restaurantes y cafés, la panorámica es tan singular que justifica la visita

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Son mucho más que una terraza: estos bares, por su excepcional ubicación, ofrecen algunas de las vistas más singulares y espectaculares de la ciudad. Una copa aquí se convierte en una experiencia de vértigo. Cuidado, que si bebéis demasiado aquí quizá os mareáis.

  • Vallcarca i els Penitents
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Rincón
El Rincón
Desde la mesa de la terraza más al sur dicen que se ve al mar. Es un bar con vistas, está claro: situado en la esquina de República Argentina con Gomis, arriba del puente de Vallcarca, desde El Rincón se ve el Park Güell, la montaña pelada y una buena franja de casas y cielo. Es un bar triangular, todo ventanales, en la base de un edificio que aprovecha al máximo la punta final de su manzana: una especie de edificio Dakota de NYC pero de aquí y sin resonancias satánicas. Abre todos los días, está forrado de madera por dentro y su terraza es de las más codiciadas de la zona.
  • Sarrià - Sant Gervasi
  • precio 2 de 4
Mirablau
Mirablau
En el Mirablau se unen diferentes generaciones de enamorados o simplemente amigos, que buscan una de las mejores vistas de Barcelona en ese ambiente que brinda Sarrià, Tres Torres, Pedralbes... Gente mayor de 17 años o de 60, todo el mundo cabe aquí porque la diversión no tiene edad.

El nivel de la cocina del restaurante es más que digno, aunque quizá es más goloso congelarse en el tiempo y pasar la noche en su discoteca. Si salís a las seis de la mañana, no estaréis rodeados de vómitos y porquería, sino del aire fresco del Tibidabo.

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  • El Gòtic
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bar de El Corte Inglés
Bar de El Corte Inglés
Hoy no escribiré sobre bodegas con solera ni coctelerías. Hoy reseñaré un bar muy especial, repudiado por ser la corona de uno de los edificios más feos –por dentro y por fuera– de Barcelona: El Corte Inglés de la plaza Catalunya. Este bloque macizo de gris es ciego, no tiene ventanas.El bar que nos ocupa, sí  tiene: un enorme ventanal alargado como el visor del casco de Robocop, un mirador privilegiado del centro de la ciudad que va del mar al Tibidabo y Montjuïc allí al final, que diría Ramonet Faura. A la hora de la puesta del sol la vista es espectacular, insólita. Esta es una de las dos características que hacen de este bar un gran lugar. La otra es el ambiente: para llegar tienes que cruzar TODO el horror,  y una vez arriba te encuentras en una especie de aeropuerto de los 70, con una concurrencia estrambótica e imprevisible: extranjeros despistados, clientes del monstruo, camareros de los de toda la vida...
  • Mediterránea
  • Sants - Montjuïc
  • precio 3 de 4
Visual
Visual

Para comer con la ciudad a tus pies: situado en la planta 23 del Hotel Torre Catalunya, la visión casi panorámica sobre toda la ciudad es alucinante. Por la noche tiene un toque neoyorquino. La cocina va por caminos mediterráneos con un toque de modernidad bien entendida. Se come de forma consistente: hay muchas degustaciones finas, pero también entrecots de medio kilo.

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  • Clubs
  • Vallvidrera, el Tibidabo i les Planes
Merbeyé
Merbeyé
Loquillo inmortalizó este bar en "El Cadillac Solitario" ("junto al Merbeyé, a mis pies mi ciudad") hace un montón de años. En esa época no era extraño encontrarse al cantante y a Mariscal compartiendo barra, copas y vistas. Y aunque ya hace mucho tiempo que el Merbeyé no es el reducto ni de la élite social ni de la creatividad de la ciudad, la coctelería, incluyendo diseño y vistas, retiene un encanto indiscutible.
  • Horta - Guinardó
Las Delicias
Las Delicias
Poca gente va al Carmel si no es porque vive allí, y es una lástima porque hay más sinceridad es sus calles empinadas y en sus casas excavadas en la roca que en todo paseo de Gràcia. La terraza del Delicias se sujeta de milagro. Nace torcida y termina de la misma manera porque, como todo en el Carmel, está en una cuesta. ¿Y qué importa? Las desgracias se olvidan con un boquerón en la mano. Hacen unos calamarcitos buenísimos, ensaladas rusas de campeonato, bravas y una lista de tapas que siempre sirven con generosidad. Desde sus sillas se ve la entrada al parque del Guinardó. Podréis hacer una bonita excursión al parque Güell.
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