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© Iván Moreno
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10 espacios secretos del subsuelo de Barcelona con una historia sorprendente

Túneles, estaciones de metro, refugios antiaéreos, almacenes, depósitos... espacios espectaculares que se esconden bajo tierra

Xavi Casinos
Escrito por: Maria Junyent
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Hay una Barcelona que no vemos normalmente, que se encuentra bajo tierra. Son rincones desconocidos que tienen su origen en antiguos túneles, estaciones fantasma, refugios antiaéreos de la guerra, almacenes que parecen catedrales y grandes depósitos de agua bajo algunas infraestructuras. Hay muchos más, pero hemos seleccionado 10 de estos subterráneos que normalmente no están abiertos al público, aunque pueden ser visitables en determinadas ocasiones. Por ahora, aquí ofrecemos algunos con sus fotografías, que, en algunos casos, nos dan una idea de su espectacularidad.

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1. Una ‘catedral’ bajo el Poblenou

Un extenso y espectacular espacio de bóvedas conectadas y recubiertas de baldosas de color verdoso se abre ante los ojos de los visitantes del sótano de la fábrica Can Waldes en el Poblenou. La actual cooperativa se dedica a fabricar elementos metálicos para ropa, como botones o remaches. El sótano es una especie de catedral, con decenas de habitáculos que originalmente no estaban conectados, ya que fueron construidos como depósitos para una industria de aceite que finalmente no prosperó. Fue entonces, en 1924, cuando Can Waldes abrió de la mano del empresario checo Jindrich Waldes, en plena expansión por Europa del negocio de piezas metálicas. Waldes, judío, fue detenido en 1940 e internado en un campo de concentración. Su familia logró liberarlo y trasladarlo a los Estados Unidos, pero murió durante el viaje.

2. La cisterna con enigmas bajo el Park Güell

Una inmensa cisterna se encuentra bajo la sala hipóstila del Park Güell. Antoni Gaudí la diseñó para suministrar agua a la fallida urbanización inicial promovida por la familia Güell. Para acceder a ella, hay que atravesar una estrecha trampilla que pasa desapercibida para el público. Una vez dentro, uno se da cuenta de las grandes dimensiones del espacio, que se llenaba de agua a través de canalizaciones en el centro de las columnas de la sala hipóstila. Gaudí dejó algunos símbolos que alimentan leyendas sobre el arquitecto. Por ejemplo, en dos rincones de la cisterna hay extrañas piedras: una tallada en ángulos y otra con esquinas curvas, que algunos asocian con la masonería. Unas enigmáticas cruces rojas pintadas en algunas columnas añaden misterio al lugar.

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3. Una cripta bajo el hotel Oriente

El hotel Oriente, en la Rambla, está construido sobre lo que fue el convento y escuela religiosa de la orden de los Hermanos Menores, del que aún se conservan algunos vestigios, como la recepción, donde se aprecia la estructura del antiguo claustro. Sin duda, lo más impresionante está bajo tierra, en una zona destinada a almacén del hotel, donde pueden observarse restos de lo que parece ser la cripta del convento, con media docena de nichos. El uso religioso del edificio finalizó con la desamortización de 1835. Durante un tiempo, lo ocupó la policía y, más tarde, dependencias de la Maquinista Terrestre y Marítima. En 1841, fue adquirido por el empresario italiano Franco Durio, quien lo convirtió en la Gran Fonda Oriente, que acabaría siendo propiedad de la familia Gaspart y transformado en el actual hotel.

4. La cueva bajo el Museo Palmero

Una antigua masía en el barrio de Sant Genís dels Agudells (Judea, 2) alberga el Museo Palmero, donde se recopila buena parte de la obra de tres generaciones de una familia dedicada a la pintura. Se pueden apreciar obras del abuelo Alfredo Palmero, cuyas copias son habituales en muchos comedores de hogares particulares, así como lienzos de su hijo, Miguel Ángel, y su nieto, Alfredo. Además de cientos de cuadros, también hay muchas antigüedades adquiridas durante años por la familia. Pero una de las atracciones está bajo tierra: la entrada a una cueva que, según la leyenda, era el inicio de un túnel que conducía a algún lugar de Collserola. Incluso se dice que fue uno de los escondites del bandolero Joan de Serrallonga, aunque esto es poco probable.

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5. La Maternidad subterránea

Los antiguos pabellones del recinto de la Maternidad, junto al Camp Nou, estaban unidos por un sistema de túneles que los conectaban con la cocina y otros servicios, como la lavandería. Algunos tramos de esta red de galerías son accesibles y se utilizan hoy para el paso de servicios de electricidad y comunicaciones. Todavía son visibles las marcas de los rieles sobre los que se transportaban en vagonetas la comida o la ropa sucia. Actualmente, de todos los pabellones, solo queda uno con uso hospitalario: el conocido como Pabellón Azul, junto a la calle Doctor Salvador Cardenal, donde hay servicios del Hospital Clínic. La antigua cocina es un edificio modernista –como el resto– que ocupa una posición central y que actualmente tiene usos administrativos. La lavandería estaba donde hoy se encuentra el archivo histórico de la Diputación.

6. La estación fantasma de Banc

El metro de Barcelona tiene varias estaciones fantasma, aquellas que con el tiempo han quedado fuera de uso. Una de ellas se encuentra en el túnel de la línea 3 bajo la Via Laietana y aparece en algunos planos de principios del siglo XX marcada como Banc. Recibía este nombre porque coincidía con el edificio que había sido sede del Banco de España y que hoy pertenece al BBVA, en la esquina con la avenida de la Catedral. Parece que era una especie de modelo de estación construido al mismo tiempo que el túnel. De hecho, se trata de dos cortos andenes a ambos lados del túnel, de los que salen escaleras que no conducen a ningún lugar, solo a unas ventanas sobre las vías. Banc nunca llegó a ser una estación operativa, aunque una leyenda infundada dice que allí paraban trenes que transportaban dinero desde Correos hasta el Banco de España.

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7. La mesa redonda del subsuelo de Sant Andreu

La entidad cultural La Lira (Coroleu, 15), en Sant Andreu, conserva en perfecto estado un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. Se accede a través de una galería de 70 centímetros de ancho, construida en ladrillo con bóveda. Al final, hay un pequeño habitáculo con un banco circular utilizado por los miembros de la asociación durante los bombardeos. Tiene unos dos metros de diámetro y capacidad para unas 10 personas. En el centro de la sala sorprende una mesa redonda de obra, que parece haber sido construida años después de la guerra y que habría servido para juegos clandestinos. El refugio se puede visitar concertando una cita con la entidad. Curiosamente, este refugio no formaba parte del registro municipal que documentaba todos los refugios antiaéreos repartidos por la ciudad.

8. El refugio de Companys en el campus Mundet

El presidente Lluís Companys estableció su residencia durante el final de la guerra en el Palau de les Heures, que actualmente forma parte del campus universitario Mundet. Por este motivo, se excavaron unas galerías destinadas a proteger a Companys en caso de bombardeo en la zona. Gran parte de este refugio aún se conserva. El palacio era propiedad de la familia Gallart y fue requisado por la Generalitat. Los Gallart eran industriales que habían hecho fortuna en Puerto Rico con el negocio del azúcar. La familia apoyó al bando franquista y se trasladó primero a Francia y luego a Italia. Los Gallart facilitaron la ubicación del palacio a la aviación fascista para que fuera bombardeado, pero su localización, al pie del Tibidabo, hacía imposible el ataque. El palacio fue adquirido por la Diputación en 1958.

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9. El túnel de la guerra

Bajo la calle Pelai sobrevive un tramo de un túnel ferroviario construido durante la guerra para comunicar la red de los Ferrocarriles de la Generalitat con el metro, con el objetivo de transportar municiones de forma segura. El túnel, que nunca llegó a completarse, comenzó a excavarse tras la bomba que el 17 de marzo de 1938 cayó sobre un camión cargado de explosivos frente al teatro Coliseum, en la Gran Vía, causando la muerte de 500 personas. El acceso a este túnel no es público y se realiza desde el final del andén de la estación de Ferrocarriles de plaza Cataluña, atravesando una subestación y, finalmente, pasando por una ventana. En este tramo de galería, de unos cien metros, aún son visibles restos de la construcción e incluso un pequeño muro de la antigua muralla medieval de Barcelona.

10. Un búnker estalinista bajo la avenida Tibidabo

Un búnker subterráneo casi intacto, construido durante la Guerra Civil, se conserva bajo la sede de la Mútua Universal, en la avenida del Tibidabo. Este búnker data de cuando el edificio era la sede del consulado general de la URSS en Barcelona. Tiene 50 metros cuadrados y está construido con hormigón. La actual sede de la aseguradora fue la residencia familiar del empresario farmacéutico Salvador Andreu, principal promotor inmobiliario de la zona. Al estallar la guerra, el edificio fue requisado para instalar el consulado. Al frente estaba Vladimir Antonov, una figura destacada del régimen estalinista conocido por dirigir el asalto al Palacio de Invierno. El búnker estaba totalmente equipado para que el consulado pudiera seguir operando durante los bombardeos. No está abierto al público.

Más espacios subterráneos curiosos de Barcelona

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En Barcelona llegaron a existir cerca de 1.400 refugios antiaéreos. Algunos de ellos se pueden visitar, como por ejemplo el de la plaza del Diamant, a doce metros bajo tierra, uno de los más grandes entre los 90 que había sólo en el barrio de Gràcia.

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4. Estación de Ferrocarils de Provença

Además de las llamadas 'estaciones fantasma', también hay secretos en estaciones en uso, como por ejemplo la obra 'Meeting Point' de Jordi Benito que hay en el suelo del vestíbulo de la estación de Ferrocarrils de Provenza, y que, mediante un grabado, representa una frase de Pompeu Fabra traducida al lenguaje matemático.

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Desde el equipamiento de educación ambiental La Fábrica del Sol organizan visitas guiadas al alcantarillado de la ciudad. El aforo es muy reducido, hay mucha demanda y hacen pocas cada año, pero si queréis estar al caso de las inscripciones, podéis registraros a la web del proyecto.

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Hace menos de un mes que el ICUB informaba de tres nuevos hallazgos: yacimientos romanos de viviendas a la calle Sant Sever, fosas de inhumación en la Barceloneta y entierros romanos de los siglos III y V al Born. Si queréis ver yacimientos del XVII, teneis que visitar el Born Centre de Cultura y Memoria.

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