Algunos de los mejores jugadores de fútbol del mundo tienen ADN callejero. Vamos, que dieron sus primeros pasos tras un balón por los parques y las pistas que tenían cerca de casa. Zonas de acceso 100% libre donde, lo habitual, es encontrar bastante gente y nivel. ¡Y en Barcelona también tenemos! Cemento, dos porterías –o cuatro piezas de ropa a modo de palos–, líneas desgastadas y una pelota. Se necesita muy poco para hacer un buen partido de barbacoa. Las normas las ponéis vosotros. Si tenéis ganas de sacar el Oliver Aton que lleváis dentro dejaos caer por uno de estos diez campos.
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