Brazos de hormigón que son como olas, montículos cubiertos de hierba y, de fondo, una mezcla de bloques inmensos, modernos y acristalados y grandes chimeneas que recuerdan el pasado fabril del barrio. Sí, estamos en el parque de Diagonal Mar. Justo antes de llegar a la zona más diáfana, donde se encuentra el campo de fútbol... ¡Sorpresa! Unos toboganes gigantes nos esperan. ¿Lo mejor? Que son amplísimos. Vaya, ideales para que os tiréis toda la familia junta. ¿Un consejo? ¡Llevad una prenda o un cartón para resbalar mejor!
El parque de Diagonal Mar es el segundo parque más grande de Barcelona y uno de los que merece la pena visitar, tanto solos como con los más pequeños. Está diseñado para que no destaque en la ciudad que, igual que Barcelona, también acaba en el mar. Todo el espacio está ordenado por caminos y larguísimos bancos de hormigón que separan y ordenan los espacios y plazoletas. El innovador espacio forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
Historia
El espacio donde se encuentra actualmente el parque eran unos terrenos que pertenecían a una antigua fábrica. El matrimonio de arquitectos Benedetta Tagliabue y Enric Miralles aprovecharon la gran extensión para levantar un parque de 14 hectáreas en 2002. Con el objetivo de convertir Barcelona en una ciudad pionera en originalidad y arquitectura sostenible, nació el parque Diagonal Mar, lleno de ecosistemas y donde la naturaleza pasó a ser controlada por la mano del hombre.
Un parque infantil
Aunque el espacio está abierto para todo el mundo, destaca una innovadora zona infantil donde los más pequeños pueden trepar, tirarse por los toboganes, saltar entre bloques de cristal y tumbarse en pequeñas montañas de hierba de una manera segura. Aparte, también hay un campo de futbol y una zona para patinar que también podéis aprovechar los que ya no sois tan niños.