En Canadá el tiro de hacha es casi un deporte nacional, y desde septiembre de 2018 también podéis vivir la experiencia aquí, en el Barcelona Axe Throwing, un antiguo taller textil que mantiene el look industrial pero donde las máquinas de hilar han dejado paso a diez grandes dianas de madera que han sufrido el impacto de las hachas. Como en Canadá, la versión local que han puesto en marcha Jaume Massagué y Ricard Fernàndez va muy ligada a un estilo de vida barcelonés –hay muchas sinergia con marcas, artesanos y emprendedores locales– y quiere potenciar el deporte que hay detrás de la parte más lúdica.
La actividad empieza con una pequeña entrevista –es imprescindible hacer una reserva previa– y con la explicación de las reglas para el buen funcionamiento de la partida. Recordad que tenéis en las manos un hacha –canadiense, de 11 centímetros y de unos 400 gramos– y nadie quiere hacerse daño, por lo tanto, hacedle caso a los expertos. Aquí no importa el sexo y la fuerza no es clave, más bien es contraproducente, todo es cuestión de precisión, puntería y algún truquito que os explicarán.
Este versión bestia de una partida de dardos cada vez tiene más adeptos –si lo probáis, lo entenderéis–y ya han creado un club de socios y se está gestando una liga. Sí, hay gente que va cada semana a entrenar. Quién sabe, ¡quizá tenéis antepasados vikingos y lo petáis!
¿A qué jugamos los adultos? ¿Hay mercado para nosotros? Jugar es un placer durante todas las etapas de la vida, y que no os de miedo que os tachen de inmaduros. Os proponemos espacios donde tendréis licencia para jugar como niños durante un buen rato. Escoged, probad la experiencia y decid hola a vuestro yo de 10 años.
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