Barcelona con niños

Espacio activo familiar. Así resume Eulàlia Ferrater la razón de ser de La Llum de la Vila, el sitio más polivalente que os podéis imaginar para familias con niños de entre 0 y 6 años. Los adultos entran gratis y los niños pagan una entrada de 5 euros diaria (también hay abonos). Mientras los niños juegan en un entorno seguro, los padres pueden charlar tomándose un café o aprovechar el wifi y trabajar un rato con el portátil. También organizan multitud de talleres (danza, yoga, cuentacuentos...) y charlas. Tened este sitio del Poblenou en vuestro pensamiento. ¡Os puede salvar la vida el día menos pensado!

Ya no hace falta coger un avión o un barco para sentirse cerca de las Baleares. Solo hay que ir al Idò. Y si vais con niños, la jugada será perfecta. En este bonito local de Sant Antoni, dedicado a la gastronomía de las Islas, tienen una zona de juegos para entretener a los más pequeños mientras vosotros probáis productos autóctonos (que también están en venta). ¿Que les entra hambre con tanto juego? Pues que merienden una ensaimada, o pan con sobrasada y azúcar o unas Quelitas con chocolate. Y para beber, ¡siempre un Laccao! 100% sabor balear.

¿Cuántas veces habéis soñado con hacerle una falda a vuestra hija? ¿Y una mochila de tela? ¿Y una bolsa para guardar la merienda? Pues dejad de soñar y apuntaos a los cursos del Costuretas Social Club de Gràcia. Si ya sois unos manitas, solo tenéis que aprovechar las máquinas de coser que alquilan por horas. Otro punto a favor es que podéis ir con vuestros hijos, porque en este espacio tan inspiración también hay un rincón pensado exclusivamente para los más pequeños. ¡Y es que la creatividad se contagia!

El proyecto de la diseñadora textil Pilar García se hace mayor. Empezó con delantales, manoplas y fundas de cojín para niños, y ahora hace mochilas, carteras, pijamas y albornoces. El universo de Mina Mina sigue fiel a los bonitos tejidos de estampados retro que compra en Estados Unidos y en Japón. Va a abrir una tienda-estudio en la plaza de la Virreina, donde también impartirá talleres. De momento, encontraréis sus productos en Bateau Lune, una increíble tienda de juguetes de la que casualmente seré vecina.

El templo de la Polaroid en Barcelona se reinventa a favor de los más pequeños. Siguen vendiendo cámaras y carretes, pero una parte de esta tienda del Born ya es un oasis para el shopping infantil de diseño. Encontraréis juguetes de madera, objetos decorativos tan divertidos como los cojines de Woouf!, algo de ropa (camisetas de Mini Cellophane y cazadoras tejanas) y libros muy originales. ¡Querreis volver a vuestra infancia!

En los últimos años han abierto muchos sitios pensados en clave familiar, pero hay que reconocer que La Nena fue uno de los pioneros, un clásico con una década a las espaldas. En horas punta puede ser un poco caótico, pero si os apetece un chocolate caliente, en ningún sitio lo hacen tan bueno como aquí. También tienen pasteles caseros y zumos naturales buenísimos (combinando frutas y hortalizas), además de algunos platos vegetarianos. Mientras coméis, podéis leer periódicos o revistas, ya que tienen un buen surtido. Y los niños cerca, jugando a las cocinitas.

Si sois de ese grupo de padres o madres que os habéis sentido incómodos en algún lugar porque vuestro hijo no deja de hacer el indio, ya tenéis quién os entienda. Se llama Joan Delriu y es el propietario de la cafetería Móndivers. En Gràcia ha creado un espacio donde los niños están la mar de entretenidos (rocódromo, cocinita, un rincón para dibujar... ) mientras vosotros os tomáis un café y probáis el delicioso pastel casero de Bea. O jugáis una partida al futbolín con una cerveza en la mano. También organizan talleres y hacen exposiciones, porque la cuestión es que aquí todo el mundo se lo pase bien.

'Pizza' es una palabra mágica si tienes que negociar con un niño, y más todavía si estás en Poblenou. Angelo Lombardi regenta el Piazza Grande, un restaurante de cocina italiana donde los niños disfrutarán de la pizza de prosciutto cotto (jamón york) o la de salchicha con tomate. Y, para acabar, pueden jugar en la plaza. Los padres podéis decantaros por una pizza clásica (como la de cuatro quesos) o probar un plato de pasta auténtica y casera, como los 'bucatini all'amatriciana'. Y de postre, tiramisú. Sin duda.

La finca agrícola Temps de Terra, situada en el valle del Cabiscol de Amposta, es un paraíso. Cultivan frutas y verduras, crían animales en libertad y el fin de semana funciona como restaurante y mercado de proximidad. Es muy recomendable visitar la finca en familia, pero si no podéis ir al Montsià, al menos id a la tienda-restaurante que Temps de Terra tiene en Sant Gervasi. Producto de calidad del sur de Cataluña y un rinconcito ideal para niños que tienen que portarse bien mientras los padres llenan el cesto o el estómago.

El restaurante Marc de la Vila Olímpica está en la agenda de muchas familias del barrio. Dicen que se come muy bien –hacen cocina mediterránea–, que está bien equipado (tronas, cambiadores...) y que para los niños, además de un menú por 8,50 euros, tienen habilitada una sala de juegos que permite a los padres disfrutar de la comida con tranquilidad. El fin de semana va una monitora y, a partir de octubre, también organizarán actividades infantiles para que los padres puedan alargar la sobremesa como Dios manda.