Costuretas Social Club (Verdi, 81), el nombre lo dice todo: en este local que abrió sus puertas en 2013 coinciden modistas autodidactas que no disponen de material y lo alquilan (hay máquinas, una mesa de corte y otras herramientas de costura) con fans de los trabajos manuales, habituales de los talleres monográficos. Costuretas conserva el mosaico hidráulico de la antigua floristería y, además de los espacios de trabajo, dispone de un rincón con sofás, cocinita y un pequeño jardín para los usuarios, un público variado en edad (los niños hasta los ocho años deben ir acompañados) y género. También está la esquina dedicada a la mercería, lotes 'do it yourself' como los de Japideis y el trabajo de pequeños creadores, como las telas de Nunoia y Ana Cuevas y los bolsos de Bao y Musa Bamba, entre otros.
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