Fishhh!
Ivan GiménezFishhh!
Ivan Giménez

Marisco a precios que no pican

Marisquerías 'cool' para llenar la barriga y no vaciar los bolsillos

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Se ve que en Calella de Palafrugell todavía hay gente que se refiere a la miseria del vecino diciendo que "es tan pobre que sólo come langosta para cenar". El refrán, me diréis, es extemporáneo. De acuerdo. Pero abrid la mente: tampoco es cierto que el marisco, hoy, sea sólo cosa de ricos.

No penséis que en marisquerías de cuberterías relucientes y camareros con pajarita y camisas almidonadas. Los establecimientos de los que os hablaremos ya no tienen en la entrada ese acuario con los crustáceos y moluscos esperando nuestra sentencia de muerte (que dictaríamos, no seáis hipócritas, sin ningún tipo de compasión). Hoy, en Barcelona, por suerte, hay lugares donde pedir ostras, bogavante o cigalas ha dejado de ser pretencioso.

Fuera de horas
Esto lo tiene muy claro Lluís de Buen, el oyster man más oyster man de la ciudad. Hace ocho años que abrió un restaurante en la planta -1 de la Illa Diagonal. Lo bautizó con el inequívoco nombre de Fishhh. Desde allí se le han ido ocurriendo ideas más o menos estrambóticas, pero exitosas: desde abrir barras de ostras en restaurantes de otros -ya podéis encontrar los oyster bar Fishhh en el Hotel Omm y en el Tragaluz- hasta formar un equipo de expertas oyster girls que os ofrecerán moluscos fresquísimos en el acontecimiento gastronómico más inesperado. La última idea de Lluís os hará volver a la Illa, pero fuera de horas: ha decidido abrir el Fishhh por la noche. Cuando toda esa planta -desde la FNAC hasta el Caprabo- ya está a oscuras, el único local abierto es el suyo. Para acceder a él, deberéis pedirle al guardia de la puerta que da al tramo del subterráneo de la calle de Constança que os acerque al restaurante. Sí, en un primer momento da impresión. Pero al cabo de dos minutos de estar allí, igual que si estuvierais en un comedor clandestino, le encontraréis el punto. En pocos lugares de Barcelona cenaréis con tanta tranquilidad, os lo aseguro.

Seguro que habéis visto circular por la ciudad los camiones de Mariscos Genaro, o bien la parada del mismo nombre de la Boqueria. Pues él es familiar directo. Por eso, la carta de pescado y marisco del Fishhh es bastante insuperable. Pero si una cosa le pierde son las ostras: llegan del Languedoc, de Galicia, de Irlanda, de Normandía, de Estados Unidos, e incluso, del delta del Ebro. Os las sabrá describir y os las servirá en algunos platos extravagantes. Las ostras Amancio Ortega (gallegas, con grelos y albariño) versionan las clasiquísimas Rockefeller (americanas, con espinacas).

La tempura de ostras Boston style la presenta con un emplatado lunar que incorpora una bandera americana y todo. Y si le decís que no sois muy de ostras, pedid las que llevan toppings: de gin-tonic, de Bloody Mary o de Fishhh sauce, tres condimentos para que os acabéis de animar a descubrir el sabor de mar de un molusco que, vox populi, es afrodisíaco. Pero no más que vuestra cena con luz tenue de esa noche.

Arroces heroicos
Debe ser que abrir marisquerías en los tiempos que corren sólo puede ser cosa de emprendedores, porque otro que no se encoge por mucha tormenta que caiga es Víctor Arrese, propietario de los restaurantes MariscCo.

De momento, son dos: el primero lo abrió en aquel trozo de la calle Còrsega que está siendo un hito de la Barcelona glotona. El segundo, que todavía no ha cumplido dos años, está en la plaza Reial y ocupa el espacio de El Taxidermista, donde tantas veces habíamos comido el menú de mediodía. Desde que abrió, Víctor ha comprobado cómo la plaza más guiri de Barcelona "ha mejorado increíblemente".

Nosotros penamos que sus arroces, verdaderos héroes de un campo de batalla minado de paellas de color amarillo fluorescente, han contribuido decisivamente. En la carta, tiene cuatro, pero son los caldosos de bogavante y de cigalas los que triunfan. La receta es de una de las cocineras más respetadas por el dueño de la casa: Mònica Mata. Es su mujer.

El chef del local, diligente, los cocina con acierto, igual que los otros hits de una carta de grandes clásicos del mar que ha tenido que traducir también al ruso. Pedidle el pulpo a la gallega y un espléndido atún a la plancha con salsa de soja (Víctor sabría defenderla con convencimiento ante los tribunales gastronómicos más desafectados). De la relación calidad-precio, hacen bandera: los 30 euros de precio medio, en este sentido, los avalan. Y cuando hace buen tiempo, su terraza es muy importante: comer con esta relación calidad-precio, desde una perspectiva única de la plaza Reial, no se paga.

Si es así como cenan los pobres de Calella, mirad, que me inviten cada día.

  • Mediterránea
  • Les Corts
  • precio 3 de 4
Fishhh!
Fishhh!
Ostras de todos los tipos, erizos y otros frutos del mar, una marisquería en el centro comercial L'Illa para comer in situ. Abre por la noche, o sea que cuando toda la planta es a oscuras, el suyo es el único local abierto. Os debe abrir el paso el guarda del pasillo subterráneo de la calle Constança, muy divertido. Como comer en un restaurante clandestino, vaya.
  • Marisco
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4
Tras la buena aceptación del primer local en el Eixample, han abierto donde antes estaba el Taxidermista. Aunque aquí ya no se elige el pescado por peso y pizarra —hay carta—, siguen ofeciendo pescado y marisco a buen precio, y puede verse expuesto en la pescadería. Además tiene una excelente terraza sin suplemento.

Más marisco asequible

  • Nou Barris
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Casa Castro
Casa Castro
Está considerada una de las mejores marisquerías de la ciudad, así de claro. Escondida fuera de los circuitos habituales, Casa Castro tiene un elevadísimo nivel de calidad. Aquí las gambas a la plancha, los percebes, el rodaballo o el bogavante son sublimes.
  • Marisco
  • Les Corts
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El Bisaura
El Bisaura
Si pasáis por el mercado de Les Corts, éste es el sitio para comer: un puesto especializado en marisco —son propietarios de puestos de pescado— en el que comer incomparables pescados a la plancha, gambas y cigalas. Sus calamares a la romana también son superlativos, de los mejores de la ciudad.
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  • Marisco
  • Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Gambeta
La Gambeta
El fundador de Cavamar, Xavi Ribó, ha traido su sabiduría culinaria hasta donde había estado el entrañable teatro Malic. La Gambeta destaca por sus pescados a la sal y, sobre todo, por las gambas que diariamente a la Barceloneta. También buenos risottos y pastas.
  • Mediterránea
  • Dreta de l'Eixample
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Gamba de la Costa
Gamba de la Costa
Con muy buena materia —atención a gambas y calamares— esta casa de comidas renovada con muy buen gusto convence por la sencillez y honradez de su oferta. Fantástico pescado y marisco.
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