Cenar después del espectáculo

Id al teatro o a un concierto sin preocuparos por el hambre

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  • El Gòtic
  • precio 2 de 4
Els 4 Gats
Els 4 Gats
Este mítico local nació como un sueño imposible: acoger a artistas que, por definición, no tenían un duro. Por aquí han pasado algunos de los personajes más importantes de finales del siglo XIX: Picasso, Ramon Casas, Santiago Rusiñol... En los años setenta abrió como un restaurante de cocina tradicional.
  • Comida rápida
  • El Poblenou
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Carrot Café
Carrot Café
El lugar definitivo de bocadillos de Sant Martí: disponen de cuatro tipos de panes distintos hechos a medida, que se aplican en recetas tan sugerentes como el de atún a la plancha con mahonesa de wasabi, o un muy catalán bocadillo de pan de coca con butifarra negra y alioli. También hacen hamburguesas, buenas y generosas, y tienen una carta de más de 40 cervezas de todo el mundo. Y un pastel de zanahoria casero, claro.
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  • Cocina creativa
  • El Gòtic
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Ohla Gastrobar
Ohla Gastrobar
El gastrobar del hotel Ohla es un lugar informal pero de alto nivel para comer medias raciones de cocina de autor de la mano de Xavier Franco, artífice del ya clásico Saúco, que ahora se encuentra arriba del hotel. Encontraréis tapas y platillos con producto de gran calidad y contundencia: como por ejemplo los mejillones a la brasa o el cuello de cordero confitado.
  • Francesa
  • El Raval
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Cañete Mantel
Cañete Mantel
El Cañete Mantel está conectado por la cocina con el bar de tapas Cañete. Y según explica el chef de los dos, Josep Maria Masó, "es una reproducción de un restaurante francés en pequeñito". Un facsímil cuidadoso, con muebles comprados en Francia y que transmite solidez. Como su cocina: primeros de espíritu creativo y con aires andaluces (ortiguilla frita, gamba roja) y segundos de brasa de leña-se puede compartir un costillar de vaca-o de aires francés. Por encargo, también preparan platos de la gran cocina clásica francesa.
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  • El Raval
  • precio 1 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bar Mendizábal
Bar Mendizábal
Un paquistaní de bigote inhumano pide una infusión. Una abuela bizca cargada con bolsas de la Boqueria baraja un café, su perrito aprovecha para escaparse y lamerme los dedos del pie-malditas chancletas-. En la terraza, un grupo de estudiantes barbudos de la Massana hace una competición de quintos ... Es el Mendizábal, el bar más incorrupto del Raval. No creo que haya ningún otro establecimiento tan en contacto con el exterior. El Mendi-como lo conocen sus acólitos-, más que un negocio en la calle, es un trozo de calle convertido en negocio, porque básicamente no tiene local. Una barra adosada a una fachada y unas mesas en el exterior conforman el mobiliario; la estrafalaria fauna de los Andes Ravalera se encarga de poner el resto.En el Mendi podrá tomar una copita de pie en la calle, haciendo amistades inesperadas, o reposar en la terraza de la plaza del Canonge Colom, una isla urbana que se esconde a plena vista y, a pesar de su proximidad con el infierno turístico, nunca se ha visto castigada por familias inglesas de piel abrasada. Este bar tiene un escudo que repele los guiris Paellador como si fueran vampiros ante un camión de alioli. Es demasiado desconcertante, demasiado Raval para atraer al rebaño. Y eso que hacen unos bocadillos orgiásticos con materia prima de la Boqueria que recomiendo para hacer esponja antes de los cubatas. Ahora bien, el mejor, más allá de viandas, es la posibilidad de ver el desfile de frikis de la calle del Hospital en vivo y en directo, en la
  • Mediterránea
  • Eixample
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Piratas Restaurant
Piratas Restaurant
El Piratas es ya un restaurante de culto, de los que se han ido ganando una reputación poco a poco y del boca a boca. Un local minúsculo de estilo bistró parisino y una cocina de base tradicional con toques de modernidad y que tiende a la simplicidad, donde el protagonista es el buen producto. Platos fríos, quesos, algunos guisos y postres que dejan huella, sificientes para que la clientela vuelva con nuevos amigos. Sin duda, parte de la culpa de su éxito se debe al cercano Teatro Nacional de Cataluña. Y es que hace de refugio para la gente del teatro.
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  • El Poble-sec
  • precio 2 de 4
El Cañota es un bar de tapas marineras de inspiración gallega con muy buenas referencias. Es el hermano pequeño del reputado Rías de Galicia, uno de los grandes restaurantes gallegos de la ciudad y del Estado. La oferta del Cañota es la de toda la vida: pescado y marisco, patatas bravas, pulpo a la gallega, ensaladilla rusa, cañas y vinos. Todo de la mejor calidad y en un local desenfadado en el que hacer una comida de celebración o cenar al salir del Lliure, el Mercat de les Flors y del BTM, que están al lado.
  • Sant Martí
  • precio 2 de 4
Celler Can Recasens
Celler Can Recasens
De día funciona como charcutería y de noche convierte l a trastienda y el entresuelo en un restaurante que genera colas en la calle. Acogedor y decorado con gusto, con ambiente artístico. Destacan las ensaladas, las fondues y unos quesos y embutidos excelentes.
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  • Mediterránea
  • El Poble-sec
  • precio 1 de 4
La Soleá
La Soleá
Un pequeño restaurante que ofrece una selección de platos pequeña pero acertada y contundente. Muy recomentable su burguer queen, una comida por sí sola.
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