Aunque Paco Mir, comediógrafo experto, nos diga que 'One man, two guvnors' no es la comedia perfecta, no podemos resistirnos a utilizar una frase del 'Daily Telegraph' para hablar de esta obra de teatro que hace dos años que revienta las taquillas en Londres -y que ha pasado por Nueva York con el mismo resultado- gracias al trabajo de Richard Bean a la hora de adaptar el Goldoni 'Il servitore di due padroni'. "Quizá en la época de Goldoni, la Venecia del siglo XVIII, lo era, pero no hoy en día. Tienes que meterte mucho en el carácter de la commedia dell'arte", dice Mir. "Lo que está claro es que puedes tener una comedia perfecta entre manos y unos actores que te la destrozan, o tener una comedia mala y unos actores que la hacen perfecta", contesta. Vaya, que Mir es un relativista.
El caso es que el Victòria estrenará en España, el día 17, 'Un jeta, dos jefes', adaptada por Mir y dirigida por Alexander Herold, el mismo dúo que nos hizo morirnos de risa en 'Pel davant i pel darrera'. Y la causa principal que ha dado a la productora Anexa los derechos de explotación en el Estado de este hit nacido en el National Theatre londinense y que tenía hasta ocho novias españolas diferentes. "Esto de pagar religiosamente los derechos durante diez años da sus frutos", avisa Toni Albaladejo, presidente de Anexa.
Es difícil saber el motivo por el que una obra de texto funciona. Yo la vi a mediados de diciembre en Londres y puedo decir que se disfruta mucho de eso que sólo tienen las grandes obras: capacidad de levantarte de la silla, de hacerte olvidar que estás en un teatro. Cuanto entras te encuentras con un cuarteto de rockabilly, traje gris, corbata, sonrisa perpetua. Y cuando se levanta el telón ya intuyes que no podrás parar de reír. El protagonista, Francis (Dino en la versión española), tardará cinco minutos en aparecer, pero lo hará como una tormenta. Será el culpable de todo, un liante tan profesional como patoso que acabará trabajando, a la vez, para dos mafiosos que, según parece, se odian a muerte. En medio, una boda frustrada, un aspirante a actor que busca venganza, una sirvienta que quiere mambo, un cambio de sexo, lío y un ritmo trepidante.
Los actores te hacen entrar dentro de código de la commedia dell'arte con una escenografía de los años 60 sin problema: nos encandilarán los apartes de los actores, la gestualidad exagerada, el vestuario llamativo... Y desearemos ser los escogidos del público que subirán al escenario para participar más activamente de la fiesta, conducida con mano firme por el jeta. En el Theatre Royal Haymarket, ahora mismo, tenemos a un extraordinario Owain Arthur en el papel principal. Él fue el primer cover del actor que la estrenó, James Corden, ganador de un Tony -los premios de teatro de Nueva York- por este rol. En Barcelona, Diego Molero llevará el peso de la función. No será tarea fácil. A pesar de haber salido en la serie 'El comisario' y haber participado en el éxito teatral madrileño 'El apagón', no es alguien súper conocido. Anexa pensó, de entrada, en un Buenafuente o un Berto Romero, pero Molero, por físico, talante, les cayó del cielo.
Mir avanza que la historia se ha trasladado de Brighton -escenario del hampa a la Inglaterra de los años 60- a un "lugar indeterminado" del Mediterráneo, y que el cast habla en castellano (sobre todo) y en catalán. Pensaron el llevarla a Marbella, pero se veían desembocados en cierto tono basto que han evitado. Da lo mismo. En todas partes hay mafiosos de medio pelo y criados incompetentes que los vuelven todavía más locos. Y público, claro, dispuesto a mirlo desde la barrera y llorar de la risa.