Para muchas personas, y desde ya hace muchos años, el aperitivo es sinónimo de BitterKAS. Ahora, esta bebida y el actor Santi Millán se han unido para buscar los mejores sitios de Barcelona donde tomar un aperitivo, y desde Time Out ¡nos sumamos a su propuesta! La mayoría de los locales escogidos por ellos, son clásicos de nuestra revista, algunos incluso premiados y otros valorados con cinco estrellas. Lugares que son un paraíso para tomar un aperitivo y que no os tenéis que perder. Además, si todavía queréis estar más al día, no os perdáis la “Guía de nuestros aperitivos favoritos 2017”, que se presentará el próximo día 14. ¡Una excusa ideal para iniciarse o consolidarse como bebedor de BitterKAS!
A veces necesitas desesperadamente encontrar un lugar que sea tu salvavidas a cualquier hora del día. El Tarannà es uno de esos milagros que aparecen de repente en tu existencia. Un flotador furtivo en medio de un naufragio. ¡Y con terracita! El lugar ideal para tomar un aperitivo cualquier día del año. Quizá por eso está valorado con cinco estrella por Òscar Broc en Time Out.
Este local que ganó el Premio Time Out 2013 al Mejor Bar, repleto de gente con copas en la mano, no hace mucho era un taller mecánico de motos. Els Sortidors del Parlament es el nuevo paraíso para los que disfrutan de un buen pica pica. Entre toneles de vino y mobiliario distraído, la gente se sienta a beber entre taburetes y mesas a compartir, en un caos ordenado. La lista de tapas es abundante y repleta de clásicos. Encontraréis anchoas, quesos artesanos, secallona…, pero también se incluyen otras tapas bien curiosas, como un pincho de tortilla de huevos de codorniz con aroma de trufa negra y la sardina ahumada con escalibada.
Con una terraza ubicada en un pasaje del barrio de Sant Antoni, este local con mucha historia tiene un vínculo especial con México que se refleja en sus platos y tapas. Guacamole nachos, quesadillas y otras delicias ideales para hacer un aperitivo con una buena bebida refrescante. Y si vais con perro, no sufráis: ¡a él también le servirán agua para saciar la sed! Nos gusta tanto que en el año 2012 le dimos el Premio Time Out al Mejor Bar de la ciudad. ¡Imbatible!
Lo dicen todas las guías del mundo y siento repetirme pero Quimet i Quimet es, bueno, para que te salten las lágrimas. Tienen cerveza propia, sirven el mejor vermut de grifo del planeta, ofrecen una variedad de vinos que llega hasta el techo y, para los que no quieran alcohol, ahora también tienen BitterKAS. Todo este cúmulo de felicidad acompaña a unas tapas que harían resucitar a los muertos.
Para disfrutar de un aperitivo a cualquier hora del día hay que ir al Morro fi, porque les encanta saltarse las normas y te lo servirán aunque sea de noche. Este es el espacio minúsculo donde tres exblogueros (Marcel Fernández, Marc Monzó y Guillermo Ptaff) han desarrollado todo lo que han aprendido peregrinando de bar en bar y lo han convertido en un paraíso del ‘tapeo’. Sujeta fuerte tu bebida, porque el espacio es tan pequeño y se llena tanto, ¡que corre el riesgo de caer!
Frente al mercado de la Barceloneta, Caballa Canalla presenta un abanico interesante y diferente de oferta gastronómica y lúdica. En un espacio amplio, a cualquier hora del día, se puede disfrutar de tapas y platillos elaborados con productos buenos y frescos procedentes del mercado vecino, además de una coctelería, de una amplia selección de vinos y de un BitterKAS bien fresco.
Cuando alguien asegura que haces las mejores bravas de Barcelona, te está poniendo una soga al cuello. A los del Bar Tomàs ya hace mucho tiempo que los erigieron como los reyes de la patata brava ¡y eso es muy duro! No hay día que se les pueda quemar una patata, ni nadie permitiría que se les acabase la salsa. En cualquier momento, puede llegar un cliente de la otra punta del planeta a probar las bravas del Tomàs. Son muy buenas, eso es cierto, pero yo no dejaría de probar el resto de tapas, por si acaso.
Dirigido por la familia Miralles, el Senyor Vermut tiene en el vermuteo su espina dorsal. La carta de tapas y platillos está repleta de clásicos, todo con el toque Miralles. Un gazpacho de melocotón, unas croquetas –fantásticas las de setas–, un capipota con el gusto de los menús que preparaba la abuela, unas bravas interesantes, no superlativas, y una brocheta moruna bien marinada con aceite y especias.
Este es un espacio de lo más singular: en pleno centro del paseo de Gracia, este es un espacio industrial de 3.500 metros cuadrados bajo una bóveda catalana, con cuatro restaurantes, cuatro barras, 200 empleados, y una capacidad para atender a 2.500 clientes. Podemos pasar por: La Parada, un fast food de delicatessen sanas (tortas, queso, ensaladas, verduras, embutidos), La Tapería (buenas tapas frías y calientes, y guisos), La Lonja (donde se puede escoger pescado a peso y comerlo al horno, a la parrilla, al vapor, frito y a la plancha) y La Brasería, donde se expone la carne madurando en vitrinas y donde se puede optar por carne de primerísima calidad.
El local del lado del Suculent es mucho más que un apéndice del restaurante, aunque formalmente sea una barra: aquí podemos encontrar tapas con el punto justo de imaginación y clasicismo. Como por ejemplo, un paté de mejillones finísimo, un brazo de gitano de ensaladilla rusa –clásico olvidado– o un guiso donde las crestas de gallo sustituyen la tripa. Todo viene en raciones pequeñas, y la cerveza es muy buena. Tienen predilección por la casquería creativa y cierto toque de tasca andaluza. Siempre abierto, cocina sin interrupciones, de pie o en el taburete.
