Torreznos

Bares para comer torreznos en Barcelona

Hay mucho arte en cada torrezno, una tapa mitológica para hincar el diente con pasión

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Todo vuelve, dicen. Pero hay cosas que nunca se han marchado. Los torreznos son esa parte poco valorada de la carta de aperitivos que en el fondo marca la esencia y la personalidad de un bar de toda la vida. El rey del crujido que pide cerveza al siguiente trago, remedio mitológico para contrarrestar la resaca, el acompañamiento de cabecera de los habitantes de los bares de de tapas de verdad. Ahora que Paquita Salas, la representante más famosa de la ficción, ha tocado este manjar con su varita glotona, repasamos los bares de Barcelona que tienen los torreznos en el pedestal que merecen.

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  • Bodegas
  • El Clot
  • precio 1 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bodega Carol
Bodega Carol

¿De qué va? Una bodega cañí de barrio, recuperada por Alberto Moyano, abogado tabernero, factótum de la Monferry de Sants, y propietario de Sants es Crema. El sitio mantiene su brutal encanto obrero –¡esa colección de llaveros!– y ha incorporado una impecable oferta de tapas bien cerdas: albóndigas, cecina de toro, croquetas y cualquier cosa del cerdo. Cuando tocan embutidos, tocan materia prima ibérica de clase muy alta. Siempre hay torreznos. “El día que dejemos de tener torreznos chaparemos el garito”, dice Moyano.

¿Y el torrezno, oiga? Pues quizás el más famoso de Barcelona. Moyano lo prepara así: un cacho de panceta curada de 1,50 cm –el canon son 2,5 cm, pero ellos lo hacen así– frito con aceite iracundo primero para que la piel haga la burbuja, para bajarlo y subirlo de nuevo. El resultado es el clásico crujiente por fuera, tierno y grasiento por dentro, y una cobertura de deliciosas burbujas estallando en tu boca.

-Ricard Martín

  • Bares de tapas
  • Sant Antoni
  • precio 1 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¿De qué va? La tradición tiene muchos sabores y en esta casa son muy potentes y cuidados: 'cap i pota', albóndigas de carne, patatas de Olot y todo tipo de guisos de excelencia pretérita. La tradición también tiene mucho de olor y textura de freidora, y por eso en la mítica Bodega d'en Rafel podréis comer algunos de los mejores torreznos de Barcelona.

¿
Torrezno, oiga? Os gusten o no, parte de la degustación del torrezno tiene que ver con el ambiente en el que se le hinca el diente. Pocos bares como este acogen tanto al cliente y lo trasportan a ese sueño material de la barra amiga que te hace sentir como en casa.

–Manuel Pérez

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  • Catalana
  • precio 2 de 4
Haddock
Haddock

¿De qué va? Un restaurante con espíritu de taberna en el que Fran Monrabà –un cocinero fantástico, de los de creatividad directa y sencilla, fue jefe de cocina en Can Fabes– dispone cada día un menú inspirado y generoso: producto de proximidad excel·lente y mucha cantidad (macarrones, garbanzos salteados con buti de la buena, pescado fresco...). Por la noche, noctambulismo macarra, con una carta de tapas top y actuaciones de jazz y sadomaso del bueno (el otro socio proviene del añorado Bel·Luna Jazz Club).

¿Y el torrezno, oiga? Muy bien, gracias. Cada día está entre las tapas de la barra. Si no quedáis satisfechos con su menú (15,50 €), siempre cabe rematar la jugada con una ración de tres grasientas, crujientes y jugosas piezas de torrezno que por supuesto preparan ellos mismo.

-Ricard Martin

  • La Barceloneta
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out

¿De qué va? No, aquí los torreznos -'cortezas 'como las llama la dueña, aunque no son lo mismo- son de bote, por desgracia. Pero ya sabéis que el local que regenta la reina de la Barceloneta no brilla por la calidad de su cocina sino por el ambiente que se gasta la parroquia. Flamenco, palmas y coña marinera, que procede en el barrio.

¿
Torrrezno, oiga? La suerte es que mientras bailáis y os ponéis como Las Grecas, si sois buenos, la dueña os los puede llegar a poner como premio a la consumición y/o la conversación. Paquita Salas disfrutaría mucho con la 'jukebobox' llena de éxitos de los 90.

-Manuel Pérez

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  • Española
Casa Nova
Casa Nova

¿De qué va? Un guiño a los bares de tapas de Barcelona de hace 30 años, en una ubicación inmejorable: el centro del Born. Buena materia primera cocinada con profesionalidad, que abraza el hecho castizo y catalán: ved la convivencia del bocadillo de chipirones fritos y su versión de la butifarra 'esparracada', en este caso con setas y espárragos. Y todo el repertorio obvio, claro.

¿Y el torrezno, oiga? Del todo fiable. A estilo de Burgos, con la panceta cortada en cachitos cuadrados, crujientes y jugosos, acompañados por una buena rebanada de pan.

-Ricard Martín

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