Buscamos a los más insolentes e impúdicos del año, los más deliciosamente aberrantes, quienes han hecho guerrilla artística, los mal educados. No hablamos de rebeldes de panfleto, de emisarios de ideología barata ni de aspirantes a Che Guevara con pincel. Hablamos de quienes este 2013 se han jugado el cuello por su obra.
LITA CABELLUT
Es una rockera de pura raza, de las que no tienen miedo de hacerse heridas en las piernas y, si hace falta, perder un par de dientes por el camino. Lo que pasa es que en vez de derrapar mientras rasca una guitarra, Lita Cabellut se deja la salud pintando cuadros. Ahora que tiene 52 años va a un osteópata que la obliga a ponerse rodilleras y un corsé para evitar lesiones en la columna. Porque ella se niega a domar la fiera que lleva dentro. Y esto es bueno: sus telas son de una energía que te hiela la sangre. Antes del verano, en Vol-Art, vimos su 'Trilogia del dubte', y nos gustó tanto que no podemos sino desear que siga haciéndose sangre muchos años más.
LA ESCULTURA VA A MÁS
Una auténtica animalada, lo que ha pasado este año en materia de escultura. Empezando por los hombrecillos despelotados que Samuel Salcedo llevó a la galería 3 Punts, unos pobres miserables de carne blanca como una butifarra cruda, efebos sin un pelo. Y acabando con la Andrea de Javier Vázquez, una especie de Afrodita de la generación de la electrónica que estuvo sentada durante unas cuantas semanas en el suelo de la Trama, con los brazos al aire, los riñones al descubierto y una boca grande como un buzón de correos.
LA VIDA DE PICASSO
Podemos violar el canon tanto como os apetezca, pero sacar a un grande como Picasso de esta lista sería pecado. Sobre todo, después de las dos señoras exposiciones que le han dedicado en la calle Montcada. La primera era la de los autorretratos. La segunda, una monográfica alrededor de 'La vida', la pieza más conocida del periodo azul, que no visitaba Barcelona desde hacía más de 100 años. En cartel hasta el 19 de enero.
DE MADOZ A LYON
Volvemos a ponernos punks, ahora para hablar de fotografía. Nos quedamos con dos imágenes que le harían sangrar los ojos al más puritano. Una es la de aquel columpio hecho con dos cadenas y un cinturón de castidad, obra de Chema Madoz que estuvo haciendo temporada en la Joan Prats. La otra es de aquel presidiario que arrastraba los pies encadenados por una carretera de Texas, uno de los retratos de 'Conversations with the dead' de Danny Lyon en el Foto Colectania. Demencial.
EULÀLIA GRAU
Hay una foto del año 73 donde se la ve de pie, con vestido corto, la mirada baja tapada por el cabello negro levantado con mucha laca y cigarrillo en la mano. Salía en el cartel promocional de su primera exposición en la Sala Vinçon. Ahora tiene 67 años. Cuando nosotros la visitamos llevaba un cuello Mao y el pelo rojizo, pero no había perdido aquellos aires de luchadora insobornable que han marcado toda su carrera. Eso sí, estaba entusiasmada como una niña, porque el Macba le dedicaba una magnífica retrospectiva.
ISMOS Y MÁS ISMOS
No es por quitarle importancia a este personal, pero siempre han existido artistas rebeldes. Fijaos en Pissarro, un anarquista indolente con mucha barba, padre del impresionismo. Fijaos en Depero, el futurista, con su vida de vanguardia y ocurrencia. Ambos han estado expuestos este otoño en Barcelona. Así que deberíais conocerlos.