Cuatro cojinetes en línea y una bota dan mucho de sí. Puede ser vuestro medio de transporte para ir al trabajo, el gimnasio para perder peso o el hobby de fin de semana. Barcelona presenta multitud de opciones para los patinadores, pero cuidado, hay que estar preparado antes de empezar. No solo hay que comprar un buen equipo, sino tener suficiente habilidad como para no estamparse una y otra vez.
Antes de que se pusiera de moda, ya contábamos con centros de referencia como la Escuela Oficial de Patinaje, avalada por la Federación Catalana. Desde 1996, miles de patinadores han hecho sus primeros pinitos delante de los ojos de sus profesores. Las clases empezaron en el Polideportivo de la Estación del Norte, a cubierto, de forma que el clima no impide mantener un calendario regular los doce meses. Ahora, también dan clases en tres centros más. La variedad de estilos -desde el slalom hasta el hockey o el baile-, de edades y de horarios dan una flexibilidad apta para todos los públicos.
La Barcelona post-olímpica también hizo nacer la Escola Rodats, precisamente en la Vila Olímpica, espacio ideal para los fanáticos del 'roller blade'. Tienen clases para todos los niveles a partir de cuatro años de edad, y siempre en la calle. Están vinculados a la tienda Dinamic-Sport, de la calle Casp.
Son muchas las tiendas especializadas que organizan cursos para captar clientela. Es el caso también de Patinalia, en la Avenida Icària. En Inèrcia no hay clases, pero sí un buen servicio de reparación de patines. Otras opciones para equiparse son Barovari o Tot Patí.
La opción más accesible son las clases gratuitas de iniciación de la Asociación de Patinadores de Barcelona. Se hacen cada martes a las 21.30 h en el Paseo Garcia Faria. Si queréis subir de nivel, os podéis hacer socios -30 euros/año- y las clases también serán gratis. La APB también ofrece por la cara rutas guiadas por la ciudad, cada viernes a las 22.30 h. Patinar a oscuras por la ciudad -tienen una docena de rutas, de cerca de 20 kilómetros cada una- está ganando adeptos a buen ritmo. De hecho, es un buen lugar para conocer a guiris que aprovechan para hacer deporte y conocer la ciudad de la mano de guías locales.
Y si sois de los que siempre ponen la excusa del tiempo para no hacer deporte, se acabó la broma. Olvidad el temor por las clases particulares: en clasespatinajebarcelona.com no se enseña matemáticas, sino la física del patio. El trato, más individualizado, garantiza una progresión rápida.
Sobre todo, tened en cuenta que hay que ir bien equipados: patines de vuestro número con freno y protecciones para las caídas -que habrá, podéis estar seguros. Incluso podéis llevar casco, que no sobrará. Buscad lugares poco transitados: no solo por coches sino por peatones. El paseo Marítim y la zona del Fòrum son ideales. Después, cuando estéis seguros de que sabéis frenar bien, ya os podréis animar a descubrir nuevos territorios sobre ruedas.