¿Hartos de antros de moda donde os sirven el gin-tonic en una pecera y con una ensalada flotando? ¿Estáis hasta las narices de encontraros con un Dj a la hora del carajillo? Os conviene visitar algunos bares de toda la vida, lugares donde pasar un buen rato, como decían Gabinete Caligari, "al calor del amor en un bar". Y donde no hay 'afterwork' sino partidas de Remigio.
Ocho bares de toda la vida
Esta acera es el Barrio Chino y la otra ya es el Raval, explica Rosa. Ella nació en Batea, un pequeño pueblo de la Terra Alta. Allí había un señor muy rico que se dedicó a comprar bares en Barcelona y poner a gente del pueblo a trabajar en ellos. Así lo hicieron los padres de Rosa, que se instalaron en Barcelona en 1969 para encargarse del Bar Bodega Terra Alta. Después lo cogió Rosa y su marido navarro y lo hicieron suyo: hace diez años que acoge a la peña Clarete, del Osasuna, y todo el mundo dice que ir a su bar a ver un Barça-Osasuna es lo que más se parece a vivir los Sanfermines desde Barcelona.
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