Aranjuez en invierno y con nieve. Pueblo bonito
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Los pueblos nevados más bonitos de Madrid

Cuando nieva, estos lugares son de cuento, como recién salidos de una postal de Navidad y perfectos para visitar en invierno

Noelia Santos
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Cuando empieza a nevar en Madrid y los primeros copos comienzan a cubrirlo todo con su manto blanco, apetece más incluso que en verano, hacer un poco de turismo rural. Porque con frío y nieve como que apetece viajar a lugares remotos y caminar entre pinos, perderse por callejuelas empedradas, alojarse en casas de tejados de pizarra y buscar refugio al calor de la chimenea. Es lo que ofrecen estos pueblos con encanto de la sierra y muy cerca de Madrid, buenos destinos para desconectar de la ciudad por unas horas o varios días, si se puede. 

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Aranjuez

Aunque la primavera suele ser la estación preferida para una escapada a Aranjuez (la tercera ciudad más visitada de la Comunidad), durante el invierno la ciudad tiene también su encanto. De su pasado como real sitio, desde que fuera elegida por Felipe II para pasar aquí largas temporadas, perviven numerosos monumentos y espacios como su célebre Palacio Real, la Casa de Oficios y Caballeros, la Casa de los Infantes y hermosos jardines como el de La Isla, el del Rey, el del Príncipe o el de Isabel II. La gran belleza del entorno hizo que la Unesco lo reconociera en 2001 como Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad.  

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La ciudad de las letras, famosa por su Universidad, se convierte en un cuento de Navidad cuando llega el invierno y caen las primeras nevadas. Pasear por sus plazas y callejuelas, y recorrer sus monumentos históricos de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, no parece mal plan para una escapada. Pero además del manto blanco que cubre la ciudad natal de Cervantes, durante estas fechas despliega todo su encanto apoyado en guirnaldas de led y bombillas de colores. Aunque este año el paisaje será diferente, porque la infraestructura de grandes dimensiones a la que nos tiene acotumbrados(ellos lo llamaban 'la ciudad de la Navidad'), el ayuntamiento ha decidido volver a los orígenes, centrando toda su programación en la plaza de Cervantes, situada en el casco antiguo de la ciudad. Qué mejor manera de presumir de Patrimonio.

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Patones de Arriba

Calles empedradas, casas de pizarra y un entorno enmarcado por los paisajes de media montaña han convertido a Patones de Arriba en uno de los municipios más visitados y fotografiados de la región y en una de las opciones preferidas por los madrileños en sus escapadas de fin de semana, sea cual sea la época del año. Considerado como uno de los pueblos más pintorescos y con más encanto de España, Patones ofrece una de las muestras más representativas de arquitectura negra de la región, con la piedra de pizarra como principal elemento de construcción. Esta roca, muy abundante en la zona, es la gran protagonista de todos los edificios del pueblo, incluso de aquellos levantados en las últimas décadas del siglo XX. A unos cinco kilómetros de él, se encuentra la Dehesa de la Oliva, que acoge un importante yacimiento con restos arqueológicos que datan desde el Paleolítico hasta la Edad Media. 

Rascafría

Rascafría es una parada obligada dentro de la Sierra de Guadarrama. Perderse por el pueblo ya es una maravilla, pero es el cercano Monasterio de Santa María de El Paular la gran referencia turística del lugar. Construido en 1390, fue el primer monasterio cartujo en tierras castellanas y aún hoy cuenta con gran actividad gracias a los monjes benedictinos que viven entre sus paredes. Hablar de Rascafría también es admirar los bellos paisajes que la rodean, decorados con el omnipresente río Lozoya, y sus diversas rutas ayudan a descubrir, entre otras bellezas, el bosque de Finlandia, las cascadas del Purgatorio, el Puente del Perdón o sus piscinas naturales. Motivos, todos ellos, por los que ha sido finalista a mejor destino rural de 2020. 

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Al noroeste de la sierra de Guadarrama y muy cerca del puerto de Navacerrada se encuentra este municipio, uno de los más transitados por los madrileños en fines de semana (sobre todo cuando nieva), quizá por su cercanía al centro de la ciudad en transporte público. Cercedilla está en el corazón del valle de la Fuenfría, rodeado de pinares, chopos, acebos, retama, tejo, serbal, enebro, brezo... un sinfín de especies vegetales que hacen olvidar el asfalto por un rato. Porque aquí el alquitrán se sustituye por las calzadas empedradas que todavía quedan en pie, antiguas vías de comunicación romanas, como la que aparece en la bifurcación del camino Schmidt hacia el puerto de la Fuenfría, uno de los senderos más conocidos. 

San Lorenzo de El Escorial

Entorno natural y patrimonio artístico se conjugan a partes iguales en San Lorenzo de El Escorial, el segundo municipio más visitado de Madrid tras la capital. Su histórico monasterio, Patrimonio de la Humanidad desde 1984, merece contemplarlo y disfrutarlo sin prisas, ya que la historia que guarda entre sus paredes explica mucho de la propia historia de España. Para no olvidar su Cripta Real, donde reposan los restos de la mayoría de los reyes y reinas del país. El pueblo, además, es un regalo que invita al paseo para descubrir sus rincones, su ambiente y su rica gastronomía. Abantos o La Herrería, con la famosa Silla de Felipe II, son los principales reclamos naturales de un pueblo imprescindible.

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Manzanares El Real

Este pueblo al pie de La Pedriza ofrece una de las visitas más atractivas que se puede hacer en Madrid y su capacidad para atraer turistas hace que sea una de las localidades más animadas de la sierra. Manzanares es muy conocido por su bello y cinematográfico Castillo de los Mendoza, una fortaleza medieval del siglo XV, muy bien conservada, que representa la postal más representativa del municipio. Además de otros puntos de interés en la localidad, su entorno paisajístico es único gracias al cercano embalse de Santillana y a las montañas que la rodean, casi siempre con nieve en las cumbres. Anima, sin duda, a tenerla como punto de partida para hacer rutas de senderismo. 

Buitrago de Lozoya

Practicar senderismo, montar en bicicleta, disfrutar de una ruta a caballo, hacer piragüismo... son solo algunas de los variados atractivos que ofrece Buitrago del Lozoya para sacar el máximo partido a uno de los espacios naturales más espectaculares de Madrid. Enclavado en la Sierra Norte, a los pies del puerto de Somosierra y a unos 75 km al norte de la capital, Buitrago es el único pueblo de la comunidad que conserva íntegras sus murallas defensivas, que se alzan sobre el río del que toma su nombre. En este recinto amurallado, declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural, se sitúa la Iglesia de Santa María del Castillo, la Torre del Reloj y su conocido castillo (antigua residencia del Marqués de Santillana), conformando un entorno medieval que ayudan a conocer las visitas teatralizadas con las que cuenta el municipio. Buitrago es cita obligada también para los amantes del arte contemporáneo, ya que en él puede visitarse el Museo Picasso, que acoge 60 obras donadas al municipio por Eugenio Arias, barbero e íntimo amigo del pintor malagueño.

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Navacerrada

Navacerrada es uno de los pueblos más emblemáticos de la Comunidad de Madrid. Su cercanía a la capital, a poco más de 50 kilómetros, lo convierten en un destino perfecto para una escapada de fin de semana, tanto en verano (muchos madrileños tienen aquí su segunda residencia) como en invierno, gracias al puerto de Navacerrada y sus pistas de esquí. Aunque el pueblo es en sí mismo un rincón con mucho encanto, de casas de piedra y tejados de pizarra tan típicas de la sierra de Madrid, enclavas en el entorno de alta montaña del Sistema Central. De ahí que el agua brote por doquier, procedente de los manantiales de aguas frescas que resultan del deshielo de las nieves de las cumbres. Por eso las fuentes son uno de los emblemas del pueblo. Caminando por sus callejuelas se pueden ver hasta 12, algunas con varios siglos de antigüedad, como la de la Canaleja o la de San Antonio.

La Hiruela

En plena Sierra del Rincón, en el límte con la provincia de Guadalajara, se encuentra uno de los municipios más hermosos y menos conocidos de Madrid. Las viejas casas de piedra con ventanucos y puertas de madera y las calles empinadas de La Hiruela conservan la esencia y el encanto rural de antaño, con un tejido urbano que se ha mantenido prácticamente inalterable desde hace más de dos siglo y medio. El Museo Etnológico, que recrea el interior de una casa de pueblo; la Carbonera, donde los vecinos hacían el carbón vegetal para calentarse; o el antiguo Molino Harinero nos ayudan a recrear y hacernos una idea de cómo era hasta no hace mucho la vida en la sierra, nada que ver con el Madrid urbanita que conocemos. Situada en un entorno natural espectacular, declarado Reserva de la Biosfera, La Hiruela se encuentra a escasos kilómetros de otros preciosos parajes naturales muy recomendables como el Hayedo de Montejo y el Hayedo de Tejera Negra.

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  • Fuera de Madrid

Vale, lo sabemos, la Granja no está en Madrid, pero está tan cerca, y en invierno es tan apetecible, que merece estar en este listado. Fue Felipe V quien se enamoró de este lugar –perteneciente ya a la provincia de Segovia– a finales del siglo XVIII y decidió levantar en él un palacio y unos jardines de paisajismo afrancesado (al estilo del esplendor de las monarquías francesas de la época). Pero su encanto va más allá de la arquitectura real. Su rico patrimonio natural, declarado reserva de la biosfera, lo convierten en un lugar imperdible cuando se trata de salir de la capital para desconectar del bullicio y reconectar con la tranquilidad.

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