De paseo por Vallecas

En una pequeña callecita se encuentra esta peluquería de caballeros de barrio de las de toda la vida, regentada por un único barbero desde hace mas de 30 años. Adrián te cortará el pelo con esmero al estilo ‘old school’, con las mejores máquinas como la Oster clásica, o una de masaje manual que no la tienen ni en las barberías ‘trendy’ de 30 euros el corte de pelo. Él te lo hace por 5 euros, tomándose su tiempo y rematando todo a la perfección. Una verdadera experiencia de barbería, sin resquicio alguno de postureo ‘hípster’ y a un precio imbatible. Puedes salir de aquí con ‘fades’ y cortes ya olvidados como el corte a cepillo, el tupé Pompadour o el corte a navaja desfilado, cortes de los de toda la vida, con estilazo clásico y con una atención impecable.

Vallecas es barrio de inmigrantes, y la comunidad latinoamericana es una de las más numerosas. Integrados totalmente en este acogedor barrio, han montado diversos negocios de su rica gastronomía. Uno de ellos es el Bar Cafetería Lima, un restaurante de comida latina donde predominan los platos peruanos. Destaca su ceviche, que aunque sea de perca está tan perfectamente macerado y fresco que se nos olvida ese pequeño detalle. Tienen además empanadas con los sabores de Chile, Ecuador, Perú, Bolivia, aparte de los tradicionales platos peruanos como la leche de tigre, el lomo saltado o su delicioso y ultra calórico postre estrella: los picarones. Un delirio de comida latina a un precio casi la mitad que los restaurantes de esta gastronomía en Chueca o Malasaña.

El Estadio de Vallecas es la meca de los vallecanos que aman el fútbol. No en vano, es aquí donde el Rayo Vallecano disputa sus partidos, con una afición entregada y comprometida que, con sus cánticos, crean un clima único en cada encuentro. En pie desde 1976, son muchos los cambios que han vivido estas instalaciones y parece que ahora se enfrenta a uno más. Quizá, el definitivo. Y es que, los dirigentes del club consideran que se ha quedado pequeño para las necesidades del equipo y de las competiciones en las que participa y piensan no en una reforma por las complicaciones que supondría, sino más bien en un cambio de ubicación. Además de fútbol, en este campo se han vivido grandes noches relacionadas con la música. Aquí han tocado grupos y artistas como Bob Dylan, Queen o Metallica.

Vallecas es zona de rockeros y esta sala es una de las esenciales en cuanto a mezcla de estilos musicales, pues suenan y programan grupos de heavy metal, rock, punk, rap, ska, etc... Un escenario no muy grande con música en directo y dónde se puede beber y picar algo para empezar la famosa ruta de bares heavys del barrio. Aunque a veces se llene y resulte algo agobiante es una parada obligatoria de la noche vallecana. Es de esos garitos que dan fe de la identidad de un barrio. Si te gusta el rock de toda la vida y quieres ver algo auténtico, este sitio es muy recomendable.

Junto con el ya cerrado Excalibur, Hebe es un local fetiche para los amantes del heavy y el rock. Situado en pleno epicentro de Vallecas, ofrece música y espectáculos en directo (monólogos y conciertos). Sitio ideal para quedar a tomar algo e incluso echar unos bailes. Llevan unos treinta años ofreciendo noches de diversión etílica y  ockera para disfrutar a tope del rollo vallecano en toda su esencia. Por las tardes hacen conciertos de diferentes estilos musicales: rock, heavy, ska, reagge, soul... y luego entrada la noche ya empiezan con sus sesiones de rock duro para bailar. Panteras de barrio y "chulazos" rockeros de pelo largo y tatuajes conviven con viejos rockeros de la época dorada del heavy vallecano al estilo de Obus o Leño. Por cierto, los componentes de esos grupos y otras estrellas de la escena heavy española suelen dejarse ver por allí.

Uno de los sitios claves para tatuarse en el barrio es Vallekas Tattoo Zone, que llevan más de 15 años dibujando y perforando los cuerpos de los vallecanos. Hacen tatuajes de todos los estilos, desde los tribales, pasando estilos más rockeros y heavys, hasta ‘tattoos’ vintage años 50, y todo a precios razonables. Es todo un puntazo saber que te han tatuado en uno de los lugares más auténticos, rodeados de gente profesional, pero con ese punto canalla que da ser de Vallecas. Tienen ese don como algo innato, sin pretensiones de ningún tipo.

Vermú de grifo, cañas bien tiradas, vinos y patatas fritas caseras con anchoas, encurtidos o solas, las croquetas de la abuela, hechas de forma artesana con carnes y caldo del cocido, callos a la madrileña con el toque justo de picante, bocatas de calamares, y sobre todo el que pasa por ser runo de los cocidos madrileños mejores de toda la ciudad. Esto es lo que encontraréis en Cruz Blanca Vallecas. Un restaurante bar con una de las barras más castizas de Madrid para tapear al viejo estilo, sin florituras, pero con la calidad de toda la vida. Vallecano y madrileño por los cuatro costados, y con visitantes tan ilustres como el mismísimo rey emérito don Juan Carlos, que gusta de la buena mesa  a la antigua usanza.

Es una cafetería que se fundó en 1954 y que parece que el tiempo se ha detenido como en años 70, tanto en el servicio a la antigua, sus camareros veteranos uniformados con chaquetilla, y su estupendo café, chocolate con porras y churros. Un establecimiento tradicional hasta la médula, con más de 60 años de existencia, donde se ideó la popular carrera San Silvestre Vallecana. Muy cercano al transitado Puente de Vallecas, es la cafetería perfecta para para desayunar y merendar y mezclarse con los autóctonos vallecanos, que siguen fieles a esas meriendas de tarde. Sobre todo gente mayor, pero también jóvenes adultos con criterio que prefieren este tipo de sitios auténticos.