14 razones para querer a Madrid ahora más que nunca

No aparecerá en nuestro refranero popular, pero estaba cantado. Tras el rotundo éxito de los pollofres (tuvieron incluso una versión helada), que llegara la interpretación femenina era cuestión de tiempo. En verano Pedro Buerbaum abrió un segundo local donde estos sexualizados gofres se rellenan de varios sabores y se maquillan con distintos 'toppings'.

Durante el estado de alarma no solo siguieron al pie del cañón sino que rejuvenecieron su clientela. Y el Ayuntamiento quiere premiarlo: además de subvencionar su digitalización –"la idea es que todos los puestos tengan venta 'online'"–, incluirá los 45 mercados municipales en la web Madrid Capital de Moda.

Una piscina de bolas azules, una sala de espejos infinitos, una habitación de burbujas color rosa y hasta alguna con neones luminiscentes. Si sois adictos a subir fotos a redes sociales, mejor no perdáis de vista Ikono, un nuevo espacio de arte experiencial, porque es lo que todo perfil de Instagram necesita. 

Nada puede con esta corriente culinaria. Y todos encantados. El Hombre Pez propone unir Cantabria con la India, servir un pastel de cabracho con mahonesa de curry y unas sardinas de Santoña en naan de mantequilla, mientras Fayer descubre y abrillanta los nexos gastronómicos entre las comunidades argentina y judía.

Esta crisis sanitaria sí ha sacado lo mejor de algunas personas. Tras las despensas solidarias, que tantas bocas llenaron durante el confinamiento gracias a voluntarios, llega el momento de iniciativas como #PorMadrid2020. 

La expectación que ha creado el primer hotel Four Seasons en Madrid solo es comparable al nivel de sus instalaciones (una noche en la suite real cuesta más de 2.000 euros) y a la historia de los edificios que ocupa: el complejo Canalejas, que está a punto de ver (por fin) la luz.

Es imposible asomarse a la azotea Ella Sky Bar y no recordar aquella secuencia de 'El día de la bestia'. O simplemente sacar el móvil, escoger filtro y subir la foto a Instagram. Gestos casi automáticos, según cada generación, mientras se apura el cóctel y cae el día.

Y es que en este lugar nada es lo que parece. Habitaciones del revés, cuartos que simulan encoger al mirarlos, pasillos que se alargan hasta el infinito, salas en las que no hay gravedad (o quizá sí)... Un sinfín de ilusiones ópticas, que resultan auténticos rompecabezas para la vista, aguardan en el interior de este espacio tan enigmático que acaba de abrir.

La apuesta por la movilidad sostenible va en aumento: además de ampliar la oferta de BiciMad, con más estaciones fuera de la M-30, y hasta bicicletas sin parada fija, la expulsión de los coches del centro es cada día más real. Las obras de peatonalización de la histórica Puerta del Sol hoy son su máximo estandarte, y parece que no será el único... 

Antonio, Kike, Joaquín y Martino son la cara opuesta a los cuatro jinetes del Apocalipsis. No van a caballo, como otros, ni en moto ni en coche eléctrico pero su pedaleo es tan firme como su ideario. En La Pájara equilibran la mensajería con el reparto de comida a domicilio desde un espíritu cooperativo y enfocados en el comercio local.

No siempre ha sido así, por eso es de agradecer que en los últimos años consistorios de todos los colores políticos hayan apostado por la restauración de espacios tan icónicos como el Beti-Jai, un frontón de pelota vasca único en Madrid con más de un siglo de historia y declarado Bien de Interés Cultural que ahora se puede visitar de forma gratuita tras su rehabilitación.

Furgonetas y buzones de Correos se vistieron con los colores del Orgullo el pasado mes de junio, demostrando que cualquier gesto por la visibilidad LGBTI, por pequeño que sea, siempre es bien acogido por la mayoría de madrileños. Hoy, la señal de metro de Chueca sigue luciendo orgullosa el arcoíris.

La ciudad silencia las estaciones. Hay que salir para escucharlas. Y si es por caminos poco transitados, aún mejor. La guía 'Guadarrama desconocido' revela 30 paseos para redescubrir nuestro Parque Nacional.

Entrar y darte de bruces con 'La Anunciación' de Fra Angélico. Y, sin mover apenas los pies, girar la cabeza y quedar absorbido por otro vestido azul, por otra Virgen, la de 'El Descendimiento' de Van der Weyden. Estos diálogos se superponen a lo largo de la galería central. Si así se presenta Reencuentro, la efímera pero prorrogada exposición de obras maestras con la que el Prado retomaba su actividad, queremos que todos los abrazos que demos, cuando nos dejen, tengan esa exaltación.