“Desde una sencilla tostada de ricota con tomates confitados hasta unos elaborados huevos rancheros, tenemos una docena de platos que solemos ir cambiando cada estación. Se queda apenas fijo un 20 %. Bocados como el sándwich mixto, que ha sido un éxito desde el principio. Pero es que cocinamos el jamón a baja temperatura y le ponemos un buen queso pasiego”, comenta Pablo, uno de los tres socios de esta cafetería, hermana de Hola Coffee, abierta a finales de 2017, evidenciando el cuidado que le ponen a la expresión culinaria. En los fogones están Manu (que viene de La Tasquería) y Mai (socia de Bolero Meatballs) haciendo suculentos platos a diario desde una materia prima virgen, con libertad para innovar y bajo la máxima del espacio: cada paso importa. “Y la misma atención que le dedicamos al café –somos tostadores y hemos invertido en una La Marzocco muy muy especial– se replica en la parte dulce. Contamos con un repostero a tiempo completo. Todo –croissant, mayffin, cruffin...– se hace aquí desde cero”. Amor a primera vista y un buen abrigo siempre.
El del desayuno o el del brunch, el de después de comer, el de media tarde… el café está presente prácticamente a lo largo de todo nuestro día. Y aunque cada vez hay más tránsfugas que se pasan al té, la cafeína sigue siendo la preferida por los madrileños. Sin embargo, al igual que ha pasado con productos como el pan o el queso, cada vez demandamos más y mejor calidad en lo que consumimos. Por eso, las cafeterías se han reinventado y adaptado al nuevo mercado, ofreciendo desde café ecológico de filtro hasta leches vegetales y edulcorantes más naturales que el azúcar. Repasamos esos templos del café abiertos en los últimos años.