Calamares, chopitos, patatas ali oli y lo que diga su pizarra: cigalas, gambas plancha... El clásico bar-cafetería con bocadillos, montaditos y camareros de camisa blanca que conserva ese tono familiar y delicioso donde cabe el seco, el amigable y el que podría estar ya jubilado. Lleva aquí cerca de cuatro décadas y es uno de los sitios caros del barrio pero su terraza, olivo incluido, siempre resulta apetecible. Buena parada para combinar cañas y unos huevos rotos con jamón. Tienen alrededor de veinte mesas pero no te confíes. Se anima. No se dice no a una ración de tranquilidad llana.
Ya están aquí esas malditas horas entresemana que parecen un juego de supervivencia donde cada uno tira de los recursos que tiene a mano, más desarrollados cuanto antes se disfrute la jornada intensiva. En Madrid a partir de junio, sales de la oficina y sólo puedes hacer dos cosas si quieres llegar vivo e hidratado al final del día. O te encierras en casa (u otras cuatro paredes: cine, expo…) y te abrazas al ventilador, o te sientas en una terraza y, una cerveza tras otra (hasta hemos bebida ad hoc: tinto de verano), te mueves lo mínimo hasta que se haga noche cerrada. Bueno, también hay piscinas (municipales, naturales o de amigos) y gente que se larga de vacaciones, donde el calor es menor y siempre duele menos. Pero unos tienen que volver y los otros… o se hacinan en el agua o en la sombra de los cuatro árboles de turno.
Cuando cae la tarde, las opciones en una ciudad repleta de bares son infinitas. Esto es simplemente una breve lista. Mañana podría ser otra. En cada distrito hay decenas de terrazas y cada uno es parroquiano de la suya. Aquí os dejamos algunas, dispersas por distintos códigos postales, en las que nos gusta parar, donde estamos cómodos, donde saben conjugar el bebercio con un tapeo relevante. Direcciones informales, sencillas, con carisma, que valen igual para un miércoles a las 20 h o un sábado a las 13 h. De azoteas chic y restaurantes bien con terraza ya hemos hablado en otras ocasiones. Esto va de esas cuatro mesas donde te encuentras a gusto y las raciones apetecen. Puede que incluso sepan tu nombre. Lugares que hacen barrio.